[ Primera Parte ]
Reos de alta peligrosidad, sentenciados por delitos graves, operan su propio sistema bancario al interior de las cárceles de la Ciudad de México.
Lo hacen a través de cuentas comunes de entidades financieras, las que se usan para el pago de extorsiones, privilegios y otros servicios. Estas transacciones incluyen el cobro de comisiones y primas.
“Son como banquitos manipulados por los internos más fuertes, los que mandan y son cómplices de funcionarios. Se pueden realizar depósitos por favores, urgencias, peticiones especiales y todos los actos posibles de corrupción”, describió a Crónica un interno del Reclusorio Sur, con quien se hizo contacto para ingresar a las instalaciones penitenciarias.
Los “jefes” controlan el flujo de dinero en prisión. Este diario pudo corroborar el uso de cuentas de bancos como Bancomer y Banamex.
El modo de operación fue detectado no sólo en el Reclusorio Sur sino también en el Norte y en el Oriente. En cada centro carcelario, sólo unos cuantos presos, los poderosos, pueden administrar este engranaje bancario.
“Aquí conocemos sólo cinco o seis reos que dirigen el negocio y nadie más se puede meter”, contó otro procesado en el Reclusorio Norte. En el Oriente se ubicaron cuatro cuentas.
“Los custodios y demás funcionarios penitenciarios, conocen el mecanismo, pero lo permiten porque se llevan su tajada”, detalló ahí el contacto.
ENTRAMADO. Las cuentas son utilizadas para recibir depósitos de familiares y amigos de todos los internos, para gastos ordinarios tras las rejas; también para el pago de deudas relacionadas con venta de drogas, uso de teléfonos móviles u otros aparatos electrónicos, acceso a redes sociales, cambio de celdas o dormitorios, protección y otras gratificaciones. Y el cobro de extorsiones a las familias, a cambio de no asesinar, golpear o maltratar a sus presos.
Se emplean asimismo para costear favores como la obtención de pases de visita, aún sin registro previo en el kárdex, el cual es una tarjeta de control donde el preso anota qué personas podrán visitarlo en un determinado periodo de tiempo.
“Es un complejo entramado financiero que no teníamos detectado”, dijeron fuentes en la Procuraduría General de Justicia de la CDMX, instancia que abrió ya una averiguación previa para indagar el asunto.
“Si esto ocurre en las cárceles de la ciudad, es muy probable que se esté repitiendo en las de otros estados y municipios”, indicó uno de los policías investigadores consultados.
Crónica se concentró por ahora en abordar la problemática en los centros penitenciarios de la capital del país, debido a los elementos disponibles y comprobables de su incidencia.
Sin embargo, el esquema también forma parte de investigaciones abiertas de manera reciente en la Policía Federal y en la Procuraduría General de la República. Los “administradores de las cuentas” cobran una comisión de por lo menos el 10 por ciento de todos los depósitos realizados. Por ejemplo, si un familiar desea enviar a su interno mil pesos, debe depositar mil cien pesos para cubrir el porcentaje cobrado por el “jefe”.
PECES GORDOS. Crónica decidió hacer operaciones en el sistema financiero de los reos en busca de corroborarlo y develar los alcances de su mecánica criminal…
Contactó a tres reos: uno en el Norte, otro en el Sur y uno más en el Oriente… Con los tres, la petición fue obtener un pase de ingreso, el cual vale en el mercado carcelario entre 800 y mil 500 pesos.
El del Sur fue el primero en responder, después de un par de días.
—Ya tengo el trato —dijo.
Aunque había adelantado un costo menor a mil pesos, al final solicitó mil 500 pesos por el pase. Aquí, el diálogo integro:
—La visita cuesta mil 500 pesos y hay que depositar a más tardar mañana —señaló el reo.
—¿Depositar?
—Sí, aquí hay cinco peses gordos que manejan cuentas bancarias.
—¿Quiénes son esos peces gordos?
—Son reclusos que tienen poder.
—¿Los que controlan el reclusorio?
—Sí, los que gobiernan aquí. Te cobran además el 10 por ciento de comisión. Tendrías que depositar mil 650 pesos: mil 500 del pase y 150 pesos de comisión.
—¿Y qué garantía tengo de entrar?
—Toda la garantía de acceso y seguridad.
—¿Me van a registrar?
—No importa que no estés anotado en el kárdex, cuando llegues a la visita preguntas por el jefe de custodios y él dará todas las facilidades.
—No tengo credencial de elector…
—No importa, con el pago te meten sin credencial, con cualquier otra identificación te hacen el paro.
—¿Y estas cuentas sólo se utilizan para visitas?
—Para depósitos de cualquier tipo, están disponibles para que depositen a los internos por cualquier necesidad o hagan transferencias desde afuera.
—Y si se hacen tantos depósitos, ¿cómo sabrán cuál es el mío?
—Se rastrea por el monto y por la hora de la transferencia.
El preso compartió un número de cuenta de débito de Banamex. El pago se pactó para el siguiente día antes de las 16:00 horas. Y aunque hubo retraso, se concretó a las 16:40 horas, según el voucher impreso en una tienda de conveniencia.
Bastó proporcionar la hora exacta de la transferencia para, en menos de un minuto, tener la confirmación desde la cárcel.
“Ya está aquí el dinero, el comandante te espera a las 8 de la mañana, podrás entrar a las 10 y salir hasta las cinco de la tarde”. Y una advertencia: “En caso de no asistir el día señalado, deberá hacerse otro depósito de 500 pesos por el pase y 50 pesos de comisión”.
La experiencia fue similar con el reo del Reclusorio Norte, aunque en este caso se compartió una cuenta de débito de Bancomer, y el pago solicitado fue de mil 300 pesos, más 200 pesos de prima para “el apoderado bancario”.
En el Oriente la cuenta era de Banamex. El pase costaba mil pesos, más 200 pesos de comisión.
“Aquí adentro se puede proporcionar el servicio de grabación y video, si lo requieren; el trato es aparte y hay que depositar otra lana”, describió el contacto.
—¿Cuánto?
—Eso ya se negocia en la visita, pero también hay que depositarlo en la cuenta de los patrones…
1.- Se establece la cuota por el privilegio
2.- Se paga en el banco indicado
3.- La gente del “jefe” (el reo que
controla la cuenta) verifica el depósito
3.- El reo o la visita es anotado en
la lista de privilegios
4.- Se recibe el privilegio dentro de prisión