¡El fin de la “honestidad valiente”!
Sería ensordecedora la escandalera social y mediática si las corruptelas y el uso ilegal de dinero público —en los que incurren por sistema dueños, gerentes, candidatos y líderes de Morena— los hubieran cometido PRI, PAN, PRD o sus políticos y gobernantes.
Pero si no pasa nada a pesar de la exhibición de escandalosos niveles de corrupción en el partido más joven de México —a pesar de las evidencias de todo tipo de raterías cometidas por dueños y gerentes de Morena—, entonces debemos concluir que el problema no son los partidos o los políticos rateros.
¿Quién, entonces?
El verdadero problema de la deshonestidad son —somos— los ciudadanos en general, a pesar de que muchos se escandalizan cuando se sugiere que todas las evidencias apuntan a que los ciudadanos son —somos— la principal fuente de corrupción; más corruptos que los partidos.
¿Quieren pruebas…?
La primera prueba es pública —está a la vista de todos—, y es que todas las mediciones muestran que el partido de mayor crecimiento en México se llama Morena, a pesar de que medios y redes han demostrado la montaña de corruptelas en las que incurrió Morena desde su gestación. Y en la cultura corrupta incurren desde su dueño, pasando por los gerentes y candidatos a puestos de elección popular.
Dicho de otro modo, que poco o nada importa a millones de mexicanos que Morena y sus candidatos, su dueño y sus líderes sean de los políticos más corruptos.
La segunda prueba, también pública, son las encuestas de preferencias electorales en el Estado de México, Coahuila y Nayarit. Resulta que a pesar de que los aspirantes de Morena a esos gobiernos tienen un negro historial de transa y corrupción, son muchas las posibilidades —como en el Estado de México— de que los corruptos de Morena ganen. Es decir, ciudadanos y electores gustan de llevar a los más pillos y rateros al poder.
La tercera prueba —igualmente pública— es un homenaje a la deshonestidad de Morena, de su dueño, pero sobre todo es un monumento a la deshonestidad de los ciudadanos en general.
En el último spot de Morena —durante la temporada electoral de 2017—, su dueño les dice a todos los electores que son corruptos y que, por ello, deben votar por el partido más corrupto de todos, llamado Morena. ¿Dudan que eso dice AMLO?
En el spot en cuestión, López Obrador dice que los partidos corruptos tratarán de comprar el voto ciudadano y que, para ello, regalan todo tipo de dádivas. Enumera las dádivas —entre puercos, cochinos y marranos—, y al final dice a los ciudadanos y potenciales electores que acepten todo lo que les dan —que sean parte del acto de corrupción que está criticando—, pero que voten por Morena, que también regala todo tipo de dádivas y que se construyó con dinero ilegal.
¿Qué significa ese mensaje?
Sí, les guste o no a los militantes y simpatizantes de Morena, se trata del más feo reconocimiento de que los ciudadanos son corruptos y que, por ello, no solo deben aceptar la corrupta invitación de AMLO —de agarrar todo lo que les den los partidos corruptos—, sino que a pesar de tragarse el insulto de que son corruptos, los ciudadanos deben votar por Morena.
¿Qué no eran los próceres de Morena la honestidad valiente?, ¿no será que Morena y su claque sufrieron una metamorfosis kafkiana y hoy son todo aquello que de jóvenes criticaron del viejo PRI?, ¿se habrá hecho realidad el estribillo de que “la corrupción somos todos”?
Pero si aún tienen dudas, en las horas previas al proceso electoral del 4 de junio se difundieron profusamente declaraciones de Óscar González y de Eva Cadena —ex candidato del PT al gobierno mexiquense y la ex candidata de Morena al municipio de Las Choapas, en Veracruz, respectivamente—, quienes ratifican todas las pillerías que por años se han denunciado sobre la corrupción de Morena y de su líder.
¿Y qué declararon?
Que Morena vive de dinero sucio, que desvía recursos públicos, que engaña a los ciudadanos, que Morena se construyó burlando a autoridades electorales, engordando de manera tramposa las asambleas fundacionales, que desde gobiernos municipales y estatales, además de congresos locales y el Congreso de la Unión sale dinero ilegal para la construcción de Morena y para que vivan como reyes los dueños y los gerentes de ese partido.
Pero la mayor tragedia es que a pesar de todas esas evidencias y todas las pruebas de corrupción en torno a Morena, el partido de AMLO puede ser el más votado.
Estamos ante el fin de la “honestidad valiente”, pero ante el nacimiento del eslogan de “la corrupción somos todos… los ciudadanos”.
Al tiempo.