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Punto y Aparte

El mono de cilindrero

Pudo haber quebrantado las constituciones de México y Morelos o resultado un inepto para desempeñar el cargo de alcalde de Cuernavaca, pero la realidad es que Cuauhtémoc Blanco tiene la protección federal a través de la Secretaría de Gobernación, cuyo titular es Miguel Osorio Chong. De lo anterior presumen el ex futbolista y José Manuel Sanz, su guía moral y actual secretario técnico del Ayuntamiento. Como dato adicional agregaré que el 5 de abril, antes de inaugurar el Paso Exprés, el presidente Enrique Peña Nieto saludó afectuosamente a Blanco indicándole que lo buscara si algo se le ofrecía.

Conclusión: ante ciertos miembros del poder nacional, el “Cuauh” posee la popularidad de la cual carece hasta el más posicionado de los políticos (verbigracia López Obrador). Y si quienes lo cobijan decidieron utilizarlo sobre escenarios electorales, ya lo están experimentando.

Es indudable que en 2015 el ahora edil violó la Ley General en Materia de Delitos Electorales, cuyo artículo 13 dice: “Se impondrá de sesenta a doscientos días multa y prisión de tres a siete años, a quien (…) I. Por cualquier medio altere o participe en la alteración del Registro Federal de Electores, Padrón Electoral o Listado de Electores o participe en la expedición ilícita de una o más credenciales para votar con fotografía”. A estas alturas del juego político, nadie en su sano juicio desconoce que Blanco obtuvo una carta de residencia falsa en Cuernavaca para, a su vez, tramitar de manera fraudulenta su actual credencial de elector, todo ello a fin de contender por el cargo donde ahora despacha. Es, pues, un delincuente electoral que, infortunadamente para el estado de derecho mexicano, se encuentra impune gracias al manto protector proveniente de la Segob.

Y también es indudable que los más encumbrados miembros de la política nacional, con Osorio Chong como operador, están dispuestos a emplear la fama del “Cuauh” para incrementar la rentabilidad electoral de determinados candidatos, en las regiones donde ellos indiquen, e inclusive proyectarlo a la gubernatura de Morelos o hasta a la mismísima presidencia de la República. Así de loco anda el mundo político mexicano.

Así las cosas, el edil no tuvo empacho para trasladarse a Veracruz y Nayarit y promover a candidatos del Partido Encuentro Social (PES), al cual se adhirió hace escasos meses, instituto político cuyo control corre a cargo de Miguel Osorio Chong. Blanco cometió un nuevo delito electoral, pues violó el artículo 11 de la citada Ley General en Materia de Delitos Electorales, donde leemos: “Se impondrán de doscientos a cuatrocientos días multa y prisión de dos a nueve años, al servidor público que (…) V. Proporcione apoyo o preste algún servicio a un precandidato, partido político, coalición, agrupación política o candidato, sea que lo haga por sí mismo o a través de sus subordinados, en sus horarios de labores”. Esto sucedió anteayer, pero Blanco se cree todopoderoso, aunque es un simple mono de cilindrero.

http://www.moreloshabla.com/opinion/punto-y-aparte/el-mono-cilindrero/

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