Ocurrió en la Feria DIFerente en la localidad de Tabasco, donde a los muchachos se les ocurrió vestirse con ropa y gorras militares camufladas, lentes oscuros y las caras totalmente ocultas bajo pasamontañas.
“Queremos ver jóvenes bailando aquí, vestidos de médicos, de ingenieros, de astronautas, porque nuestros jóvenes son inmensamente valiosos; no los queremos ver vestidos como sicarios”, dijo la señora.
Y le llovió.
Demagogos “defensores de los derechos de la infancia” y políticos en el Congreso local se le fueron encima por “discriminadora”, y en una entrevista radiofónica dijo ayer haber sido amenazada en las redes sociales y recibido fotografías de gente armada y camionetas (parecidas a las que utiliza su familia) baleadas.
Vaya caso: por decir algo sensato, terminó por disculparse...