-Ramón Castro ofició ayer una misa en la fosa común de la FGE del panteón Jojutla
-Ahí, han sido exhumados alrededor de 85 cuerpos, esto es más de la mitad de los que la Fiscalía tenía registro
Jojutla, Mor.- “Qué triste es tener que venir y vivir un momento de dolor acompañando a las personas, a los hermanos, a las hermanas que han tenido que enfrentar esta terrible situación. Los mexicanos estamos sumidos en una profunda crisis de humanidad…”, de esta manera inició la Homilía el Obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, a pocos metros de la fosa común que usó la Fiscalía General del Estado (FGE) en el panteón municipal de Jojutla en donde en un mes se exhumaron 85 cuerpos en calidad de desconocidos cuando el gobierno solo tenía registro de 35.
La misa organizada por el jerarca católico reunió a más personas involucradas en la política que a familiares de víctimas de violencia que durante los trabajos de exhumación estuvieron presentes esperando noticias de los cuerpos para su pronta identificación.
Durante su intervención el Obispo habló de las cifras duras del panorama violento que se ha hecho presente en todo el país en los últimos 20 años: 57 mil 861 casos de desaparecidos, más la cifra negra de los no reclamados; y en los últimos diez años las autoridades han encontrado 855 fosas clandestinas con al menos mil 548 cuerpos, los datos son de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), y sin embargo no son datos contundentes, dijo el Obispo.
Luego de que la FGE concluyó la tercera etapa de los trabajos de exhumación el pasado 28 de abril con un saldo de 75 hallazgos y al menos 85 cadáveres o restos óseos, Castro Castro pidió a la Fiscalía que retome la diligencia de exhumación con la misma seriedad que las tres etapas anteriores.
En su sermón hizo un recuento de lo que ha sido hallado en esta fosa, como los cuerpos de menores de edad y los signos de tortura en otros cadáveres.
“No debemos acostumbrarnos a esto, es lo peor que nos puede pasar, los católicos, los cristianos no debemos mantenernos indiferentes (…) después de estos trabajos de exhumación, nos sentimos como Ezequiel en la primera lectura que hemos escuchado, en un valle lleno de huesos, igualmente nos sentimos perplejos y llenos de preguntas, ¿qué pasó aquí?, ¿qué pasó en este lugar?, ¿qué pasó con esos adolescentes, con esos bebés que fueron inhumados en esa fosa común?, con un registro oficial que existe por parte del Estado, en donde se supone que había 35 expedientes y después de este arduo trabajo se han encontrado más de 80 ¿qué pasó?, por qué si esta fosa hace uso de ella la Fiscalía por qué se han encontrado tantas irregularidades de un modo indigno en que fueron enterrados, casi echados a la basura, algunos de ellos incluso con posibles señales de tortura…”, dijo Ramón Castro.
Al término de la misa, el Obispo, varios sacerdotes, algunos familiares de las víctimas e invitados, se dirigieron a la zona cero y detrás de la cinta roja roció agua bendita y pronunció oraciones por los muertos.
Asistieron algunos invitados como Javier Sicilia, del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad; el rector de la UAEM Alejandro Vera; el alcalde de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco, entre otros.