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SERPIENTES Y ESCALERAS

Graco Ramírez podría quedarse hasta el final de su mandato y observar tranquilamente el proceso de sucesión federal, pero quiere ser parte de la construcción de un gran bloque opositor porque sabe que ello le garantiza inmunidad política. La decisión no es sencilla, porque los escenarios futuros tampoco lo son. Tiene que decidir: allá o acá, no se puede en los dos lados.

 

La posibilidad de que Graco Ramírez deje la gubernatura de Morelos antes de que concluya su periodo de gobierno es directamente proporcional a la apuesta del PRD por construir un frente opositor nacional en el 2018. El tabasqueño es quien más insiste en suma de fuerzas para arrebatar al PRI la presidencia de la república y también el que reiteradamente habla de un gobierno de coalición y una segunda vuelta electoral. Las próximas semanas serán de definición en la mente del gobernador morelense.

Concluir su mandato es lo más natural en un gobernador, pero no en el caso de Morelos. A Graco Ramírez le queda poco más de un año de gestión, aunque sólo unos meses de poder real. En septiembre arranca legalmente el proceso electoral y en noviembre los partidos deberán registrar sus alianzas y coaliciones. En enero se llevará a cabo el registro de candidatos y en julio del próximo año se efectuará cabo la elección. El 01 de octubre del 2018 concluirá el sexenio de Graco Ramírez y alguien más protestará como jefe del ejecutivo en Morelos.

En términos políticos el sexenio de nueva visión está a punto de concluir; conforme se acercan los tiempos electorales y comienzan los procesos internos en los partidos, el jefe del ejecutivo pasa a segundo término porque la atención de todos se centra en los posibles candidatos. En las oficinas gubernamentales han comenzado ya los trabajos de la entrega-recepción y los funcionarios empiezan a poner en orden sus cuentas para que todo quede en orden y listo para su revisión.

En Morelos el actual cierre de gobierno puede ser distinto a los anteriores; salvo en el sexenio de Jorge Carrillo Olea, donde hubo tres gobernadores, en todos los casos los mandatarios entregaron la estafeta el último día de su mandato. Con Graco Ramírez la historia puede cambiar, porque el tabasqueño se ha convertido en un actor principal en su partido a nivel nacional y podría ser parte de la construcción de un frente opositor en el 2018.

A Graco ya le urge irse de Morelos, sabe que quedarse hasta el final representa un enorme riesgo personal, porque casi todos los gobernadores que han concluido su sexenio en los últimos dos años enfrentan serios problemas políticos y legales. Guillermo Padrés, Tomás Yarrington, Javier Duarte y Beto Borge, de Sonora, Tamaulipas, Veracruz y Quintana Roo son claros ejemplos de ello.

Precisamente por so Graco insiste en participar en la carrera presidencial desde cualquier trinchera; primero dijo que quería ser candidato, luego afirmó que podría ser el eje de una gran alianza con el PAN y ahora busca se presenta como el constructor de un gran acuerdo político nacional.

Al tabasqueño ya le incomoda Morelos y su gente, pero sobre todo le preocupa el séptimo año de su administración. Las circunstancias que rodean a su administración y el clima social y político en la entidad advierten un sexto año muy turbulento. Quedarse hasta el final, pero sobre todo perder el fuero y la protección política es algo que sí le quita el sueño al mandatario.

El futuro del perredista puede observarse desde dos ángulos: si llega al final del 2018 como gobernador, el riesgo de enfrentar un proceso similar al de otros mandatarios será muy alto; el próximo gobernador podría perseguirlo de la misma manera como él persiguió a Marco Adame, con la salvedad de que la opinión pública compara a Graco con Duarte y exige que se le procese de la misma manera que al veracruzano.

Por eso Graco podría no concluir su administración. El perredista entiende su circunstancia local y su rol nacional. El gobernador de Morelos es una de las piezas claves del partido, tiene cercanía con la presidencia de la república y también mantiene una buena relación con el PAN. Graco ya entendió que no tiene la rentabilidad electoral ni el capital económico para buscar una candidatura presidencial, por ello hace lobbying políticos en los pasillos de poder, vendiéndose como un constructor de acuerdos; si Graco participa en la definición de una alianza opositora, estará en condiciones de proteger su salida del gobierno estatal y eventualmente colarse en la siguiente administración federal.

Superada la elección en el Estado de México, la atención de todos se pone en el proceso electoral del 2018. Estamos a un año de que se lleven a cabo las elecciones y unos meses de que se registren oficialmente las alianzas y las coaliciones.

Si Graco quiere participar del proceso electoral federal, deberá retirarse de la gubernatura. Los futuros escenarios políticos, sociales y electorales en Morelos dependen de la decisión personal que tome el gobernador en los próximos días.

  • posdata

Van a cumplirse dos semanas de que el G10 y un grupo de trabajadores tomaron las instalaciones del Congreso Morelos en demanda de que les sean cubiertos los sueldos a poco más de 150 empleados. La historia se complica día a día y pronto no será suficiente el pago de los salarios caídos.

Los diputados han metido presión al tema incluyendo otros asuntos, como las nóminas de los coordinadores, los adelantos de participaciones y el uso discrecional de los recursos. Recordemos que el déficit que arrastra la legislatura 53 comenzó en el 2016 y se multiplicó en 2017, lo cual representa un quebranto de casi mil millones de pesos, si se suma el presupuesto de los dos años.

A la crisis económica que agobia la cámara de diputados se añade la falta de voluntad política de las partes para llegar a un acuerdo. La legisladora federal Lucía Meza ha pedido a los legisladores que dialoguen y no afecten a los trabajadores en tanto que el secretario de gobierno, solicita cordura para terminar con la parálisis legislativa.

Prolongar esta situación no conviene a nadie, en el congreso hay temas que tienen términos de ley y requieren ser desahogados en una sesión; paralelamente hay iniciativas estancadas y asuntos de coyuntura que tendrían que comenzar a dialogarse.

El problema no es menor, a la vuelta del tiempo podría haber un acuerdo respecto al pago de los empleados, pero no sobre la manera como se ejerció el gasto. Una de las últimas ideas que se han puesto en la mesa sobre este tema es la solicitud de desafuero del diputado Francisco Moreno y la demanda en su contra por el mal manejo del dinero. Los primeros veinte votos para ello ya están, falta que sus correligionarios formalicen la propuesta.

Insisto: el problema económico en la cámara de diputados ya derivó en una crisis política y en ese escenario nadie gana.

  • nota

Siete ejecutados fue el saldo sangriento del fin de semana pasado en Morelos. No hay manera de afirmar que las cosas van bien cuándo vemos cosas así.

  • post it

A propósito de los logros en materia de seguridad que presume el gobernador perredista, recuperemos parte de un interesante artículo que hace algunos meses publicó José Gil Olmos en Proceso:

“Más de la mitad de los jóvenes que viven en Cuernavaca y Cuautla decidieron dejar de salir los fines de semana y si lo hacen, algunos portan armas por temor a que los secuestren, extorsionen, asesinen o desaparezcan, asevera el rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), Jesús Alejandro Vera Jiménez.

Además, el llamado “corredor de la violencia” o “de la muerte” se prolongó desde Acapulco hasta Huitzilac, a pocos kilómetros de la Ciudad de México. Por esa zona, Los Rojos y Guerreros Unidos transportan droga, según el Atlas de la Seguridad y la Violencia (ASV) realizado por la UAEM y el Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (Casede).

El 19 de enero, el gobernador Graco Ramírez se desplazó hasta la Ciudad de México para lanzar, desde ahí, el mensaje de que Morelos está tranquilo. Por alrededor de 65 mil pesos rentó un salón en el lujoso hotel St. Regis y acarreó a un numeroso grupo de reporteros de su entidad sólo para que el fiscal Javier Pérez Durón leyera una presentación –en Power Point– acerca de la investigación sobre el asesinato de la alcaldesa de Temixco, Gisela Mota, y para que el mandatario hiciera una declaración sin permitir preguntas.

Vera Jiménez, en cambio, asienta que Morelos está muy lejos de la tranquilidad que Ramírez presume. De acuerdo con estudios realizados por la UAEM, indica, 30% de las familias morelenses desea mudarse a sitios más seguros.

Con base en un análisis de los datos y encuestas compendiados para el ASV, el académico señala que muchos de esos núcleos familiares reportan que la situación en Morelos ha empeorado durante la administración actual y que los delitos no se reportan por falta de confianza en las autoridades.

“La información que tenemos no coincide con lo que dice el señor gobernador”, zanja el rector…

Vera Jiménez es un académico que ha denunciado la situación en Morelos. Es responsable del proyecto de investigación Diagnóstico estatal de la percepción ciudadana sobre la violencia, la delincuencia, la inseguridad y la dinámica social e institucional, financiado por los Fondos Mixtos del Conacyt.

En los últimos años ha asumido un papel importante en el movimiento ciudadano que pide un alto a la violencia y la inseguridad en Morelos. Él mismo, sus parientes y amigos han sido víctimas de múltiples ataques y amenazas de muerte.

Sólo el año pasado el académico sufrió dos atentados; una de sus hijas recibió amenazas de secuestro de gente relacionada con la Fiscalía General del Estado; María Elena Ávila Guerrero, esposa del rector, fue perseguida por un vehículo sin placas y con vidrios polarizados, que permaneció estacionado afuera de su casa, y un grupo de desconocidos irrumpió en su hogar, amedrentando a su familia, que en otras ocasiones ha sido agredida telefónicamente…

Los estudiantes y trabajadores de la universidad también han padecido la inseguridad. Se tienen registrados 11 levantones de alumnos, además del de Isaac Rivera, sobrino del secretario general del sindicato de la UAEM. Y ahí no acaba: han sido intimidados 71 miembros del Consejo Universitario…

El rector destaca que hay un grave problema de corrupción e infiltración del crimen organizado entre los políticos locales: “Tenemos el caso del anterior presidente de la comisión de Educación (del Congreso local), Alfonso Miranda, a quien se le acusó pero no se le detuvo porque tenía fuero –y no se le quitó–. Ahora ya no lo es, pero tampoco lo han detenido y ni lo han llamado a rendir cuentas. Entonces parece ser que sólo se trata de un golpeteo político”…

Uno de los descubrimientos del estudio realizado por la UAEM y el Casede es el llamado “corredor de la muerte” que se inicia en Acapulco, pasa por Iguala y Cuautla y llega hasta la zona oriente de Morelos, próxima al Distrito Federal y el Estado de México. Se trata de una ruta que se disputan Los Rojos y Guerreros Unidos.

“Morelos es parte del trasiego, de las rutas de la criminalidad. Después de que cayeron los Beltrán Leyva el cártel se desmembró y las células empezaron a pelear por el control de la droga. Y también somos el paso obligado de otras bandas delictivas que vienen de otros estados”, detalla el rector.

Advierte que en ese corredor ocurrió la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, y antes de que sucediera esa tragedia, la UAEM y el Casede entregaron el ASV al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, porque Graco Ramírez se negó a recibirlo.

“Le dimos la información al gobierno del estado y lo único que hizo fue bloquearnos. El gran problema, entonces, es que se desestiman las cifras, los estudios serios, y se toma la palabra de las autoridades que dicen que todo está bien”, reitera.

Otro dato importante del ASV está relacionado con el cambio de hábitos de los jóvenes a raíz del crecimiento de la inseguridad en el estado.

“Tanto en Cuernavaca como en Cuautla, por ejemplo, 51% de los jóvenes encuestados dicen ‘evitar salir de noche’, un dato razonablemente más alto que el de la media nacional, que es de 38.3%. Además, casi 42% de los muchachos de Cuernavaca declaran que ahora saldrían con precaución, y 36.7% da esa respuesta en Cuautla. Es de llamar la atención que en Cuautla hay 2.7% de menores que, ahora, asegura ‘salir con armas’ para evitar ser víctima de la delincuencia”, se señala en el estudio.”

  • redes sociales

La buena: los diputados ya dialogan.

La mala: sólo lo hacen a través de cartas.

La peor: no saben escribir.

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