En sus hipótesis advirtió acción extranjera; se fortalece tras detención del chileno Raúl Escobar Poblete
Raúl Escobar Poblete, antiguo miembro del movimiento rebelde Frente Patriótico Manuel Rodríguez detenido en Guanajuato, está acusado en Chile de asesinar en 1991 al senador Jaime Guzmán.
CIUDAD DE MÉXICO.
Expertos en el análisis de la semiótica que trabajaron de la mano con los investigadores que siguieron el caso del secuestro de Diego Fernández de Cevallos –entre mayo y diciembre de 2010–, manejaron la hipótesis de que el secuestrador que escribía los comunicados sobre el estado del excandidato presidencial del PAN era sudamericano.
Con este contexto, la captura del chileno Raúl Escobar Poblete, el pasado 30 de mayo, acusado de secuestro en San Miguel de Allende, Guanajuato, fortalece la línea de investigación que sigue la Procuraduría General de la República (PGR) en torno al plagio de Fernández de Cevallos, en el que pudo haber estado involucrado el llamado comandante Emilio, acusado de homicidio y terrorismo en Chile.
Excélsior obtuvo algunos de los análisis que en su momento investigadores de la PGR utilizaron en la búsqueda, infructuosa, de Fernández de Cevallos, porque incluso a siete años del hecho, no se conoce la ubicación de la casa de seguridad donde el Jefe Diego estuvo durante siete meses.
La hipótesis del sudamericano redactor de los reportes surgió a partir del análisis del comunicado que los llamados Misteriosos desaparecedores enviaron el 26 de junio de 2010, cuando hicieron pública una carta de puño y letra escrita por Fernández de Cevallos a su familia y junto con ésta una misiva.
El 19 de diciembre de 2010, este diario y Milenio anunciaron que los secuestradores de Fernández de Cevallos lo dejarían libre porque había sido pagado el rescate acordado.
En ese paquete enviado por correo electrónico, los secuestradores hacían una serie de puntualizaciones. Y ahí fue donde los analistas en semiótica sembraron la hipótesis del secuestrador sudamericano.
El comunicado de los Misteriosos desaparecedores analizado fue fechado el 20 de junio de 2010, pero hecho público seis días después, y es el siguiente:
“No hemos reducido el monto del rescate. No ha existido comunicación telefónica alguna entre el archiduque de Escobedo y su familia. Y no se han detenido las pesquisas policiacas para dar con su paradero. Lo único cierto es lo que con pasmosa astucia las autoridades han podido reconstruir. El grupo esperó que descendiera de su camioneta para someterlo y luego se lo llevaron. También es cierto, aunque eso no demuestra tanta astucia, que los órganos de inteligencia siguen sin pistas sobre el lugar donde se encuentra el incómodo desaparecido.
“Mientras tanto, a más de dos meses de su desaparición, al Jefe Diego le ha dado por confiarnos algunas de sus cuitas, de sus negocios, así como de sus amores y desamores —personales y políticos- aunque luego, y ya casi postrado por la depre en su nueva, forzada y recóndita curul, le ha dado por exclamar imparable y angustiosamente Diego, David, Claudia, Rodrigo, Liliana. ¿Están ahí? Seguiremos informando”.
El análisis de los expertos en semiótica en el que se sugiere que hay un sudamericano en el grupo de secuestradores señala: 1. El daño que los medios producen a las investigaciones criminales por su alto nivel especulativo, lo que provoca nerviosismo entre los propios retenedores de DFC.
El primer párrafo parece decir a las autoridades y a los familiares: seguimos esperando que cumplan con la negociación en los términos originales.
2. El segundo párrafo, dirigido a la policía, pareciera escrito por policías mismos, con gran certeza de que quienes investigan realmente no tienen pistas, inteligentes y con la mofa salinista del sujeto incómodo, lenguaje no tan propio de cualquier delincuente ni de grupos radicales.
3. Hay un desenfado en el lenguaje burlón y una violencia sofisticada escondida (sus cuitas, negocios, amores, depre, etcétera. ¿Lo están quebrando por tortura sicológica?) no propia hasta ahora de comunicados de grupos radicales.
Por el lenguaje da la impresión de un grupo criminal que imita bien modus operandi diversos para ocultar su personalidad, podría haber policías especializados dentro. Tienen tiempo pero están preocupados quizá de cómo cobrar; las “hablillas” son un recurso lingüístico muy sofisticado si lo referenciamos al uso del salmo apocalíptico que anuncia destrucción y muerte sin perdón por arrogancia (encuadra con la figura pública de DFC); también puede ser un descuido que refleja un localismo sudamericano escrito por un líder que no consultó con otros de su nivel la forma del texto, o él es el de nivel más alto.
Sin elementos
Sin embargo, en declaraciones a este diario, Diego Fernández de Cevallos señaló: “Yo no tengo ningún elemento para suponerlo vinculado a mi secuestro. Porque la forma como se operó durante siete meses y diez días esa privación de la libertad (...) no escuché alguna voz extranjera o no tuve elementos para suponer que pudieran ser partícipes algunos que vinieran de fuera”.
Prometen celeridad a extradición
Los cancilleres de México y Chile coincidieron en dar la mayor prioridad al caso de Raúl Escobar Poblete, detenido la semana pasada en Guanajuato, de manera que su proceso de extradición avance con la mayor celeridad.
En reunión bilateral realizada en el marco de la Conferencia sobre Prosperidad y Seguridad en Centroamérica, el ministro Heraldo Muñoz se refirió a la importancia de este caso para Chile.
Por su parte, el canciller Luis Videgaray expresó la plena disposición de trabajar de manera coordinada y colaborativa en este caso; asimismo, señaló que el gobierno mexicano atenderá puntualmente el desarrollo del proceso de extradición.