Indicó que el 80 por ciento de la basura que el ser humano genera es reciclable y al menos la mitad es de origen doméstico.
Agregó que a pesar del avance tecnológico se observa un importante deterioro en la cultura de la basura en la sociedad.
En este sentido, aseveró que es necesario efectuar un análisis profundo sobre el comportamiento humano, además de hacer un estudio extenso de la productividad de la basura.
Manifestó que los ambientalistas no llevan a cabo una investigación de manera profunda y que sólo se enfocan en realizar campañas de no tirar basura en espacios públicos y naturales, por lo cual sostuvo que se debe realizar una indagación sobre qué productos son necesarios sacar del mercado.
“Un ejemplo es el unicel y la bolsa de plástico, materiales que se degradan lentamente durante miles de años y afectan gravemente el subsuelo”, dijo la investigadora.
Exclamó también que deben ser capacitados en nuevos programas o tomar las estructuras de otros países, como en Alemania.
MÓNICA RAMÍREZ López, del Centro de Investigaciones Biológicas de la UAEM, urgió a crear la cultura de la separación de desechos.
“En este país, por cada bolsa o bote de basura que generes te cobran, y ante esta acción Alemania ha logrado bajar un 30 por ciento los desechos, además de que en sus basureros o rellenos sanitarios tienen las máquinas al 100 por ciento para lograr separar los productos orgánicos de los inorgánicos”.
Es fundamental que se tenga un control sobre los residuos que producimos en el hogar, porque el 55 por ciento de basura que llega a los rellenos sanitarios es de comida orgánica, reveló.
Esto es provocado, explicó, debido a que la sociedad en general está acostumbrada a comprar lo que no se va a comer.
Añadió que se debe aprovechar al máximo cada uno de los recursos, así como efectuar la separación de basura básica en la casa y en los negocios.
Puntualizó que la selección de la basura es el método más eficaz para facilitar el reciclaje, pues una parte importante de los residuos urbanos están formados por materiales que pueden ser elegidos para un doble uso.
Éstos, además, constituyen materias primas recuperables como el papel, cartón, vidrio o plástico.