Espionaje: ¿otro GIEI?
El anuncio del fiscal especializado de la PGR, Ricardo Sánchez, sobre la creación de un “grupo de apoyo técnico” formado por expertos de varias instancias internacionales y del Instituto Politécnico Nacional para “coadyuvar” en la investigación del espionaje del gobierno a través de “Pegasus” que denuncian activistas, defensores y periodistas, parece la reedición de un esquema que ya conocimos bien los mexicanos: el gobierno que, en busca de credibilidad para sus indagatorias, va tras la opinión de expertos internacionales que luego, cuando opinan, si no le gustan al gobierno o a sus defensores oficiosos, son descalificados, cuestionados y su actuación, capacidad e imparcialidad se pone en entredicho.
Fue la desconfianza de los espiados y denunciantes la que hizo que se propusiera un Panel de Expertos Internacionales que, ante la falta de autonomía de la PGR, investigue el espionaje. Se pedía que mediante algún mecanismo de cooperación internacional el gobierno mexicano convocara a ese panel. Pero lo anunciado ayer por la Fiscalía Especializada fue sólo un “grupo de apoyo técnico” que no investigará y a la que sólo se le pedirán sus “opiniones y peritajes técnicos” para determinar si existió o no el espionaje —cosa de la que duda el presidente Peña y así lo dijo públicamente— y determinar cuál fue el origen de los servidores espías y si éstos fueron o no de agencias del gobierno, algo también negado por el jefe del Ejecutivo.
Ayer mismo, el grupo de denunciantes de espionaje descalificaban el anuncio de la PGR y cuestionaban los criterios con los que se definió a los expertos internacionales que serán consultados. Es evidente que la procuraduría en manos del mismo gobierno que va a autoinvestigarse no genera la más mínima confianza. Y los expertos independientes, más allá de la figura utilizada, no suelen ser escuchados por las autoridades mexicanas cuando su opinión difiere de la “línea oficial”. Una investigación dudosa y otro conflicto con instancias internacionales, como el que ya ocurrió con el GIEI y la CIDH, serían letales para un gobierno que está bajo sospecha de espionaje y en la mira internacional.
NOTAS INDISCRETAS… “Felizmente casado”, como se definió él mismo en sus redes sociales un día después de su boda del sábado pasado, el gobernador Eruviel Ávila ya prepara maletas. Pero no para la luna de miel, sino para un “inminente llamado” que, dicen sus cercanos, podría recibir desde el centro para incorporarse ya sea al gabinete de Peña Nieto o a la dirigencia nacional del PRI. Eso sí, en el Palacio de Gobierno de Toluca no descartan que a su jefe recién casado el matrimonio le traiga una enorme torta bajo el brazo con la leyenda: “candidatura al 2018” ¿Será?... Por cierto que la boda y las versiones de que Eruviel Avila podría pedir licencia pronto al cargo, ya desataron también nombres de posibles “gobernadores interinos” para terminar los tres meses que le restan al sexenio. Y el que más suena es el de José Manzur, el cercano secretario de Gobierno, hombre de todas las confianzas del actual gobernador y quien, por cierto, fue el único miembro del gabinete estatal que fue invitado a la boda ¿Sería la señal?.. Y ya que andamos por los ecos de la Hacienda de Santa Mónica, nos cuentan que llamó la atención que del gabinete federal, a quien no se vio en la unión del gobernador mexiquense fue al titular de la Secretaría de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. ¿Será que no fue invitado? Los dados se baten. Serpiente y caída libre.
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