JAVIER SICILIA evidencia una delicada confusión conceptual del deber ser en Morelos cuando por un lado demanda paz, justicia y dignidad, y por el otro amenaza violentar la norma en el caso fosas de Tetelcingo.
No hace mucho había convocado a no votar en el proceso electoral, más echado adelante por la emoción que por la razón, lo que de suyo violentaba la norma… y de paso parecía echarle la mano a un partido.
Ahora que en el sentido más estricto amenaza con violar la ley con la exhumación de cadáveres, enervado por hacer justicia a mano propia, una vez más tirado a la convicción de su verdad absoluta sobre la ley.
CUÁN IMPORTANTE ha de ser la presidencia de la comisión legislativa de Hacienda, en el Congreso doméstico, que el PAN le bajó dos rayitas a la beligerancia del grupo y ahora busca parchar la rasgadura hecha.
De fondo, la causa de que le quitaran a los azules esa posición no parece tanto la acusación de que ahí se mezclaban intereses públicos con intereses privados, sino el desafío y ataque a los demás diputados.
Toca al cerebro del grupo, Carlos Alaniz, atenuar el exabrupto hepático del grupo, que ni el galeno Víctor Manuel Caballero fue capaz de evitar. Como sea, ya vieron que las cosas no se dan solo por sus azules.
AHORA QUE la polémica sobre la seguridad pública en Morelos se da, por un lado, en la mitificada figura de las “autodefensas”, y, por el otro, en la persistencia del modelo de Mando Único, vale algo de historia:
“En casi todos los pueblos (michoacanos) están los infiltrados (del narco) que son personas que tienen dinero y que por el mismo poder que les da ocuparon el lugar de líderes (en las autodefensas).”
Es lamento de Hipólito Mora, activista comunitario de aquella entidad que acusó incluso a la autoridad de meter la mano en validar esa figura de seguridad. Eso y la “guardia comunitaria” llevan alto riesgo.
¿HAY EN Morelos garantía de que modelos como ronderos, guardias, autodefensas o similares no estarán infiltradas por intereses ajenos al de la paz social? En dimensión: si MU no es opción; lo primero, menos.
Por E. Zapata / opinion@diariodemorelos.com / Twitter: @ezapata19