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PUNTO Y APARTE

 HACERSE JUSTICIA

El espíritu de Fuente Ovejuna, o hacer justicia por su propia mano, no es nuevo en Morelos, pues evidencia los trances por los cuales atraviesan el aparato judicial y policiaco del Estado, al mismo tiempo de mostrar el grado de irritación social ante la impunidad, el abuso y la ineficacia policíaca. Lo anterior va ligado a lo siguiente. Tal como lo hicimos al iniciar 2013, los medios volvemos a informar sobre la presunta existencia de patrullas comunitarias o grupos de autodefensa en Morelos, lo cual no debería extrañarnos, sobre todo los establecidos en zonas acostumbradas a los linchamientos, esos estallidos espontáneos, generalmente de origen popular, que suelen generar inmediata o mediatamente lazos de solidaridad entre distintos estratos sociales.

 

La historia morelense está llena de estas ejecuciones colectivas; actos violentos en los cuales fragmentos de la sociedad decidieron poner un coto a los abusos de autoridad, la negligencia de jueces, policías y funcionarios públicos. Al igual que las patrullas comunitarias o grupos de autodefensa, los linchamientos tienen un carácter político en la medida en que se cuestiona el orden político y social existente. La acción social-colectiva pretende reestablecer el orden, aunque sea por medios violentos. Sin embargo, dos casos recientes ocurridos en tan solo una semana requieren información precisa de las autoridades ministeriales, frente a las características esenciales de esos tumultos vengativos. Para definirlos como tales deben ser cometidos por una multitud. Los hechos acaecidos en Emiliano Zapata y Yecapixtla fueron el resultado de acciones violentas dirigidas hacia ciertas personas, provocando reacciones emocionales en el mismo sentido entre sus familiares. A los sujetos involucrados en presuntos delitos les propinaron golpizas, hasta matarlos.

 

Tocante al caso de Emiliano Zapata saltó la probable participación de un policía, quien encolerizó a los parientes de dos hombres que fueron arrollados y lesionados. ¿Participó una turba enardecida? No lo sabemos con precisión. Y en torno a los hechos de Yecapixtla, los familiares de un joven con capacidades diferentes, abusado sexualmente, iniciaron los golpes hasta matar al malhechor. ¿Hubo otra turba enardecida? Hasta el momento de redactar esta columna no lo sabíamos. Ojo: los dos inculpados fueron abatidos sin proceso legal, lo cual pudiese ajustarse al espíritu de Fuenteovejuna, cuando la multitud sirve para encubrir las responsabilidades penales de quienes incitan a la violencia. Al final del día, la impunidad se combate con más impunidad. En los linchamientos las autoridades nunca investigan… Y con relación a los grupos de autodefensa, el gobierno estatal debe informar, con datos exactos, sobre su existencia (hay grupos coadyuvantes con la policía desde tiempos de Pedro Benítez Vélez en la extinta Procuraduría) o inexistencia. Un paso en ese sentido lo dio anteayer el fiscal Javier Pérez Durón, quien se reunió con líderes de 11 asociaciones de ese tipo instituidas en igual número de comunidades del oriente morelense. Pero falta información. Mientras tanto, el tema fomenta el oportunismo entre los enemigos del gobernador.

 

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