I. Decepcionados. De día, de noche, en las calles, en domicilios o en las arterias principales, en Naucalpan, Estado de México, los delincuentes actúan con toda libertad. Imagínense, si a unos metros de la alcaldía a cargo de Edgar Olvera los criminales han hecho su punto para delinquir, qué se podrá esperar en los sitios más alejados. Ahí, a unos pasos de donde supuestamente despacha el edil, un comando detuvo el tránsito y realizó un asalto masivo. En un recorrido por la zona, en dos kilómetros, de las Torres de Satélite al Palacio Municipal, sobre el Anillo Periférico, sólo existen dos cámaras de videovigilancia, pero están fuera de servicio. Eso sí: este año la administración del panista gastará cerca de dos mil millones de pesos en pago de sueldos a sus empleados. De ese tamaño la realidad.
II. Irresponsabilidades. Ayer, una obra inaugurada hace apenas tres meses colapsó por culpa “del drenaje”. El socavón que se produjo en el Paso Exprés de Cuernavaca se tragó a un vehículo y sus dos ocupantes, padre e hijo, murieron. Gerardo Ruiz Esparza, el titular de la SCT, dio la cara. Confirmó el fallecimiento de Juan Mena López y Juan Mena Romero. Sin embargo, el funcionario no es el culpable. El agujero se abrió, dicen, debido al desgaste del drenaje por el exceso de basura, la acumulación de agua y la deforestación en el área. ¿Pero… en tres meses? ¿Y dónde quedó aquello de que “Lo hecho en México está bien hecho?”. ¿O sólo es un mal eslogan? Dos muertos de los que nadie se hace responsable. ¡Da coraje!
III. Gasto inútil. El nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio costó a la Federación nueve mil millones de pesos. Y la cifra aumenta considerablemente si tomamos en cuenta que, desde 2008, cuando se publicó la reforma constitucional que creó el nuevo Sistema de Justicia, hasta 2016, cuando entró en vigor, la Federación canalizó nueve mil 269.2 millones de pesos, mientras que la estimación más optimista de los recursos canalizados por los gobiernos estatales establece otros 40 mmdp. Es decir, unos 50 mmdp. Un análisis realizado por senadores de la Comisión de Justicia, al que tuvo acceso Excélsior, deja ver cómo el dinero simplemente se esfuma. Y lo peor de todo es que seguimos como al principio: sin un confiable Sistema de Justicia. Pero con funcionarios de carteras llenas.
IV. Examigo. Lino Korrodi saltó a la fama meses antes de las elecciones en las que Vicente Fox venció al PRI después de 70 años; con su grupo llamado Los amigos de Fox, hizo posible el sueño del panismo de ocupar la silla presidencial. Quién lo iba a pensar, las vueltas que da la grilla. Ahora, Korrodi vuelve a la escena pública, pero disfrazado de morenista. Sin embargo, el exrecaudador de Fox recibió ya un claro mensaje de Delfina Gómez, excandidata a gobernar el Edomex, quien le dijo que puede estar en las filas de Morena, pero que su partido no funciona como agencia de colocaciones de empleo o de banco. ¿Alguien imaginó algún día a Korrodi y a Manuel Bartlett como acólitos del mismo templo?
V. Tramposos. Los hackers siempre buscan huecos que les permitan cometer sus ataques y, en México, 52% de las compañías les ponen su sistema en charola de plata. Más de la mitad de las empresas en el país usan software pirata, lo que no les permite actualizar programas, obtener parches de seguridad o tener acceso a soporte técnico y eso las vuelve vulnerables ante ciberataques. Como resultado de lo anterior, ahora sufren los costos: alrededor de mil 300 millones de dólares al año. Para Kiyoshi Tsuru, director general de la BSA en México, “quienes crean los malware son personas con un grado muy alto de sofisticación tecnológica, y los códigos maliciosos están mutando varias veces al día”. Aquí es donde la máxima nos retumba siempre a los mexicanos: “Lo barato sale caro”.