EL ESTADIO DE LA CORRUPCIÓN, EL AGUSTÍN “CORUCO” DÍAZ, YA TIENE DUEÑO…
México es un país que cuenta con millones de metros de litorales, montañas, valles, ríos y más de tres millones de microclimas que hacen tenga zonas nevadas, desérticas y de abundancia verde.
Las riquezas como son el petróleo, el oro, la plata, el niquel, el carbón y otro tipo de piedras y materiales preciosos, que son la envidia a nivel mundial, todo eso lo tenemos en el país.
Pero el problema es que todo lo que nos ha regalado la naturaleza por la ambición de unos cuantos, lamentablemente todo se acaba como es el petróleo, las grandes montañas y hasta los litorales.
Somos un país dividido porque así conviene a los partidos políticos, a los gobiernos y a esos cuantos que hoy se hacen millonarios del trabajo de los mexicanos.
A ese grupo selecto que son los menos no le preocupa lo que pasa en las comunidades, solamente gustan de vender lo que no es suyo o bien regalarlo, porque al final a ellos nos les cuesta nada y al contrario obtienen grandes ganancias.
Tal es el caso del estadio Agustín “Coruco” Díaz que fue hecho con un crédito que presuntamente estaba destinado para la obra de infraestructura, ahí se cedieron 800 millones de pesos que los morelenses y no el gobernador Graco Ramírez vamos a pagar durante los próximos 30 años.
Entre la clase política y la pudiente suelen otorgarse lo que no es suyo, en el caso del estadio de la corrupción construido en pleno centro del municipio de Zacatepec que ahora ya tiene un dueño y se llama Jorge Carlos Vergara Madrigal.
A Jorge Vergara, como comúnmente se le conoce al dueño de la empresa Omnilife y el equipo de futbol soccer Guadalajara, un puño de dedos le otorgó 15 años de gracia y de hacer negocios con el estadio de la corrupción el Agustín “Coruco” Díaz.
Sin embargo, los morelenses para que nos traiga un remedo de equipo el señor Vergara le tenemos que pagar el costo de los servicios del estadio, la pintura, el corte del pasto, el agua para su riego, sus viajes y los de quienes integran al hoy pomposamente llamado Atlético Zacatepec.
La privatización del “Coruco” Díaz deja en entredicho el llamado impulso al deporte en la zona cañera, como se prometió cuando fue inaugurado el edificio deportivo de la corrupción.
A cambio, el señor Vergara solamente tendrá derecho en hacer negocios, con la compra-venta de jugadores, con el expendio de comidas, bebidas y otros productos al interior del estadio y sus alrededores.
Incluso, ya desde Guadalajara trae sus propios trabajadores y dejará sin empleo a más de 300 personas que realizaban diversas labores directa e indirectamente, porque así conviene a sus intereses.
El gobierno “progresista” de Graco Ramírez sin duda alguna que conforme pasa el tiempo hace los grandes negocios, ahora también con la venta del edificio que alberga la Fiscalía General del Estado de Morelos y cuyo monto a ofrecerse nadie sabe cuánto será.
El problema es que tampoco el dinero se quedará en la tesorería del estado, o en alguna obra en las comunidades de la entidad y el vox populi, que es la voz de Dios, ya habla que los millones de pesos pararán en las cuentas de la familia imperial Ramírez Cepeda.
La comunidad tiene toda la razón, porque al momento nadie sabe en dónde quedaron los dos mil 806 pesos de un crédito solicitado, que por cierto tiene que darse una renegociación, porque el gobierno no ha pagado un solo centavo.
De esos dos mil 806 pesos dicen, porque no lo han comprobado, 800 o más, fueron para el estadio de la corrupción, que tiene fallas estructurales y sigue sin concluirse porque no les alcanzó el dinero.
No hay las famosas obras de infraestructura que decían están en la página de transparencia, que son palpables y pueden verse por todo el estado.
Nada más falso que eso, porque las únicas obras que hay en los municipios son recursos que provienen del gobierno federal, con base en la gestión de los diputados federales del PRI y PAN, principalmente.
Sin duda alguna, hoy vivimos momentos de tristeza en Morelos, porque la corrupción y la impunidad es lo que gobierna y lo único bueno es que ya falta menos para que se vayan los saqueadores, en un año habrá que pensar bien el voto y en 15 meses podría venir el cambio deseado. ¡Que así sea!