Incognitapro

LA CRÓNICA DE HOY: Venden TAG pirata para los segundos pisos

De manera sistemática se están cometiendo fraudes con la venta y recarga de los TAG, que se utilizan para poder ingresar a las autopistas de peaje de la Ciudad de México.

Cerca de los accesos a la Supervía Poniente, la Autopista Urbana Sur y la Norte, se ofertan dispositivos pirata o hechizos, cuyo costo va de los 200 a 500 pesos; sin embargo, el plástico en forma de tarjeta no vale más de 10 pesos y no funciona para lo que fue adquirido.

Cuando algunos conductores abren el empaque del TAG se dan cuenta de la estafa y no hay marcha atrás; otros se percatan del robo cuando intentan pasar por la caseta de peaje y leen en las pantallas las leyendas “TAG Invalido”.

Los aparatos son ofertados por vendedores callejeros que llevan chalecos amarillos o azules con verde, con las leyendas “Televía” o “Pase”.

Y si el conductor ya tiene el TAG, hay personas que cometen otro tipo de fraude al ofrecer recargas que nunca son aplicadas al dispositivo.

De acuerdo con Televía, sí tienen personal en las calles que venden y recargan estos dispositivos, no obstante, explicaron que todos ellos están obligados a entregar un ticket con un número de folio para que, en caso de existir algún reporte o se solicite una aclaración, la empresa pueda devolver el pago o resolver el conflicto, basándose en el número entregado al cliente.

Sin embargo, en Reforma y Periférico, una mujer de unos 25 años aseguró ser empleada de Televía y refirió que ella no entrega recibo a sus clientes.

“Yo no doy recibo ni nada porque mando un mensaje a otra persona y ella es la que aplica la recarga a quienes me la piden a mí”, dijo a Crónica un tanto molesta cuando se le solicitó el ticket una vez que se le pidió hacer una recarga.

La joven explicó que mediante su teléfono celular da aviso a otro de sus compañeros de que un automovilista le pagó una recarga.

Además, se supone, manda el número del dispositivo así como el monto que la víctima le entregó.

El sábado pasado, metros antes del acceso que se encuentra en Viaducto y Periférico, Itzel se detuvo para hacer una recarga a su TAG y así poder ingresar a la vía elevada.

El sujeto, que también portaba la vestimenta de la empresa, le aseguró que la recarga pasaría tan sólo cinco minutos después de haberla pagado.

La joven no recibió comprobante alguno del pago. Al intentar ingresar, el personal que trabaja en el acceso de la Supervía le indicó que su TAG no tenía saldo suficiente y le pidieron que se saliera para permitir el ingreso de otros autos. 

SIN CASTIGO. Elementos de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina saben del tema y aseguran que no pueden hacer nada debido a que no hay denuncias de los usuarios, ya que cuando regresan a buscar a quien vendió el dispositivo, esta persona ya no está o es otra.

Nancy trabaja sobre Constituyentes y su cruce con Jesús Moran; la mujer está enfundada en un chaleco amarillo un tanto descolorido con la leyenda “Televía”. Arriba de ella un letrero informa a los automovilistas que ahí se hace venta y recarga de TAG´s. Espera paciente a sus víctimas.

En la acera de enfrente hay dos policías, quienes aseguraron que no pueden hacer nada por quitar a la mujer y a sus tres cómplices. Nancy logra enganchar a su primera presa y luego de 10 minutos lo convence.

Abre el empaque y saca un aparato; dos minutos después la transacción está lista. Unos 200 metros más adelante, donde está el ingreso al segundo piso, el conductor no puede pasar. No tiene dinero en el dispositivo que minutos antes compró a Nancy.

Las quejas, de acuerdo con el oficial Velasco, son una constante en el sitio; sin embargo, aunque elementos de la Secretaría de Seguridad Publica los han detenido en varias ocasiones, basta con pagar una multa en el Ministerio Público para que regresen a defraudar automovilistas.

Otro uniformado explicó que en cada punto trabajan de dos a cuatro personas.

“Sólo se para uno y  los demás están en los otros puntos trabajando, en la misma vialidad y en distintos sentidos. Ya que vendieron un TAG se van rotando por si el automovilista regresa a reclamar ya no sea el mismo”, señaló el oficial.

El policía cuenta por decenas a las personas que llegan en busca del defraudador; escucha las quejas pero nada puede hacer. Lo mismo sucede en la gasolinera ubicada Calzada de los Toros, en donde los encargados se vieron afectados, ya que los automovilistas pensaban que los despachadores estaban coludidos con los vendedores del TAG.

Incluso tuvieron que pedir a estas personas que dejarán de ofertar los dispositivos frente a la gasolinera debido a que las múltiples quejas a través de redes sociales disminuyeron las ventas.

Ámbito: 
Nacional
Tema/Categoría: