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SERPIENTES Y ESCALERAS

Priístas quieren cerrar paso a Meade

En contra de la intención del Documento de Trabajo del CEN del PRI, que planteaba abrir la candidatura presidencial a un “ciudadano simpatizante” y no militante de ese partido, el martes se reunieron dirigentes de varias corrientes del priísmo y acordaron impulsar que en la XXII Asamblea Nacional se mantenga en los estatutos el requisito de 10 años de militancia para el abanderado presidencial, con lo que le cerrarían el paso al secretario de Hacienda, José Antonio Meade. Ulises Ruiz, Ivonne Ortega, José Ramón Martel y Encarnación Alfaro establecieron también unir sus corrientes para impulsar la consulta directa a la base para la elección de candidatos en 2018 y un nuevo “candado” para que diputados y senadores plurinominales no puedan brincar de una cámara a otra en los próximos comicios federales.

Esas propuestas de corrientes como Alianza Generacional, Experiencia Militante y Democracia Interna son apoyadas por el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, con quienes esos grupos tienen coincidencias en sus propuestas rumbo a la Asamblea Nacional de agosto. Y es que la misma exigencia cobra fuerza entre la militancia priísta de los estados. En las mesas de trabajo que se llevan a cabo en las entidades, con miras al cónclave priísta, afloran propuestas que apuntan hacia el método de “Consulta Directa a militantes y simpatizantes para elegir candidatos a cargos de elección”, además de “candados” para los aspirantes presidenciales, según las conclusiones de la Mesa de Aguascalientes, contenida en un documento del Comité de Documentación y Memoria de la XXII Asamblea priísta, fechado ayer 18 de julio.

En ese mismo documento, los priístas de Chihuahua proponen “que la selección de los candidatos sea bajo el escrutinio partidario y popular”, mientras que los delegados de Colima y Guanajuato piden “respetar los estatutos de los requisitos para los candidatos” y “elecciones abiertas a la militancia”. En Hidalgo, la Mesa sobre Requisitos para los candidatos, arrojó: “Que se reforme y adicione el artículo 166, fracción IX, para que el militante postulado como candidato a Presidente de la República o gobernador, además de cumplir los 10 años de militancia, haya ocupado por lo menos un cargo de elección popular”, es decir restablecer los “candados” eliminados en la pasada asamblea, por órdenes directas del presidente Enrique Peña Nieto.

Ese documento, en poder del PRI nacional y del que esta columna tiene copia, también recoge las propuestas de las mesas de Michoacán: “Blindar la elección de candidatos plurinimonales, exigiéndoles que hayan ocupado al menos un cargo de elección popular”; de Nayarit: “Acreditar la capacitación al cargo al que se pretende postular”; de Nuevo León: “Establecer que la elección del candidato a la Presidencia sea por consulta a la base; y para Presidente y gobernador, el requisito de haber ocupado un cargo de elección popular”; de Puebla: “Artículo 166, último párrafo, impulsar las candidaturas ciudadanas”; Quintana Roo: “Se solicita de nuevo entren a los estatutos consultas a las bases, para que se elijan personas con imagen limpia y sin acuerdos en lo oscurito”; Sinaloa: “Acreditar que además del perfil necesario que cuentan con capacidad para el cargo al que aspiran; y postular candidatos ciudadanos que garanticen aceptación del electorado”; Veracruz: “No a la imposición de candidatos y consulta a la base para designarlos”; y Zacatecas: “Que se reforme el artículo 166 para que el método sea de consulta a la base para cargos de elección popular”.

Y mientras crece entre priístas la exigencia de Consulta a la Base para elegir a sus candidatos, incluido el presidencial y el regreso de “candados” para aspirantes a la Presidencia, desde Los Pinos y la dirigencia nacional del PRI han designado como sus “operadores” para la Asamblea, en busca de controlar a las Mesas de Trabajo y evitar “rebeliones y sorpresas”, a José Murat, presidente de la Fundación Colosio, y a Alejandro Moreno, gobernador de Campeche; ellos son los designados por Peña Nieto y Enrique Ochoa para “operar” una “Asamblea bajo control” del gobierno.

En la batalla por la Asamblea todos se mueven en el agitado ambiente priísta, y a Claudia Ruiz Massieu se le vio el lunes en una reunión con la corriente de César Augusto Santiago, en la que la secretaria general busca tender un “puente” con ese grupo con miras a que la apoyen en un posible relevo de Ochoa en la dirigencia. Por cierto, según asistentes a ese encuentro a puerta cerrada, Ruiz Massieu se sinceró y volvió a repetir algo que ella y Emilio Gamboa habían dicho cuando Ochoa quiso nombrar a José Murat como dirigente de la CNOP: “Murat es impresentable”, le escucharon decir a doña Claudia.

Así están las cosas en el viejo partido, a punto de ebullición, a sólo tres semanas de la Asamblea de las definiciones.

Ámbito: 
Nacional