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Serpientes y escaleras

Desde hace tiempo hay señales de alarma en Morelos: en comunidades rurales la gente se organiza, se arman y forman autodefensas para protegerse y salvaguardar sus bienes. En colonias urbanas los vecinos colocan mantas donde advierten a los ladrones que no llamarán a la policía porque harán justicia en propia mano. En menos de una semana han ocurrido dos linchamientos con saldo de dos muertos. Y aún así el gobierno dice que no pasa nada.

 

 

El enfado y desesperación social está llegando a niveles preocupantes en Morelos. La impunidad como operan los delincuentes, la falta de resultados en la estrategia de seguridad y la indolencia del gobierno frente a los hechos delictivos está generando un clima ríspido que ya cobró dos vidas en la última semana. Aunque oficialmente se niega, en algunas regiones del estado ya se han formado grupos de autodefensas que están tomando la justicia en propia mano; en menos de una semana, dos personas han sido linchadas por ciudadanos hartos de la violencia. El problema es muy grave.

Gobernar no es tuitear, aunque algunos personajes piensen lo contrario. Presumir un estado color de rosa y mentir sistemáticamente no cambia la realidad que viven los ciudadanos de Morelos, por mucho que se repitan ello en Twitter. La inseguridad en la tierra de Zapata es enorme, casi tan grande como la impunidad que prevalece en muchos aspectos de la vida de nuestra entidad.

Cada día conocemos hechos violentos, personas que son despojadas de sus bienes en las calles, en sus casas, en sus negocios o que son privadas de su libertad, de la vida y de su tranquilidad; también nos enteramos de empresas y comercios que cierran sus puertas por la crisis económica o como consecuencia de actos delictivos y de ciudadanos que deciden irse del estado porque no encuentran opciones de desarrollo o han sido agraviados por los criminales.

Todo esto ocurre a plena luz del día, ante los ojos de las autoridades y frente a la actitud indolente de un gobierno que no acepta críticas ni reconoce fallas. Para Graco es más fácil evadir responsabilidades, repartir culpas y descalificar las voces críticas que aceptar la realidad; me atacan, dice el mandatario cuando escucha puntos de vista diferentes al suyo, son unos cuantos, repite, sólo aquellos que tienen un interés electoral o una relación perversa con el crimen.

El escenario en Morelos es desolador: pero un lado está la ciudadanía que denuncia, se queja, reclama y exige justicia, y por otro un gobernador que no escucha, que desprecia y que vive en un sueño de marihuana y amapola. En medio de ello aparecen los ciudadanos que son doblemente victimizados por los criminales y por las autoridades: unos los roban, los golpean, los extorsionan, los secuestran, los asesinan… otros hacen oídos sordos, dan la espalda y permiten que la impunidad y la omisión proteja a los bandidos.

Esta situación comienza a tener consecuencias: la acumulación de quejas y el enojo ciudadano mezclado con la creciente desconfianza en las instituciones y los gobiernos provoca reacciones violentas de la sociedad. En varias partes del estado (como sucede en otros lados del país) la gente comienza a organizarse para defenderse por si misma y suplir las funciones y deficiencias de las autoridades; en casos más extremos el enfado rebasa los límites de la prudencia y desencadena actos de violencia y de rebeldía donde se toma la justicia en propia mano. En menos de una semana en Morelos, en dos actos distintos en Emiliano Zapata y Yecapixtla, la gente ha linchado y privado de la vida a dos personas.

No hay forma de excusar este tipo de acciones (los linchamientos) ni manera lógica de defender un acto de barbarie. Pero estas cosas están sucediendo, la gente está molesta y ante la falta de actuación de las autoridades está reaccionando de forma agresiva. No es correcto, pero está pasando.

Los linchamientos son un foco rojo en Morelos, son algo que las autoridades no pueden dejar de lado ni deben considerar un hecho aislado. No basta con detener a algunos de quienes participan de estos actos, hay que ir al fondo del problema, entender el porqué se presentan este tipo de situaciones y tomar medidas que eviten que esto se repita.

También se debe observar con cuidado el tema de las auto defensas. Oficialmente en Morelos no tenemos estos grupos, pero es claro que en varios lados la ciudadanía se está organizando para cuidarse a si misma. En comunidades rurales y zonas ganaderas o agrícolas los pobladores empiezan a mostrar armas e implementan rondines para salvaguardar sus bienes; en colonias urbanas aparecen anuncios en donde se advierte a los delincuentes que habrá consecuencias y que los vecinos están armados.

La gente está molesta en Morelos, los constantes embates de la delincuencia, el miedo que se percibe en diferentes sectores y la impunidad como actúan todos los grupos delictivos está generando un caldo de cultivo que ya cobró las primeras víctimas y amenaza con replicarse en otros lados por cualquier motivo. Dejar correr esta situación, no observar que ya tenemos casos concretos de linchamiento y señales muy claras de autodefensa, es negarse a ver la realidad y retar al destino.

Insisto: gobernar no es tuitear. Es imposible tratar de sostener el éxito de una administración con discursos triunfalistas y a contrapelo de lo que piensan y sienten los ciudadanos de Morelos.

Las cosas en nuestro estado ya están muy mal y las autoridades se niegan a reconocerlo.

  • posdata

Los conflictos en el transporte público son cosa común, pero no por ello normales. En las últimas semanas los permisionarios han incrementado sus demandas y una buena parte del sector, con el apoyo de varios diputados locales, insisten en la necesaria salida del titular de la dependencia.

Jorge Messeguer no es especialista en transporte, ni experto en movilidad, vialidades o desarrollo; con un perfil cien por ciento político y limitados conocimientos en ingeniería (¿ejerció alguna vez su profesión?), el titular del área tomó la dependencia como un premio de consolación luego de su abrumadora derrota electoral en Cuernavaca.

El transporte nunca ha sido un área sencilla de operar, reiteradamente se menciona que es una bomba de tiempo y cíclicamente vemos manifestaciones y denuncias por actos de corrupción, abusos y complicidades. Hoy no es diferente.

Para tratar de sacar adelante la oficina Messeguer pactó con un sector de los transportistas, les hizo promesas de diversas índoles y les ofreció cosas que van más allá de su oficina y competencia. A algunos les garantizó facilidades permanentes en sus trámites, a otros les ofreció oportunidades de crecimiento económico personal y con unos más, los transportistas-empresarios, el acuerdo alcanzado gira en torno a obra pública.

El problema es que la dependencia no da pie con bola: los programas fallan, la operación se ha burocratizado. La modernización es utópica y la corrupción es visible desde lejos. Antes había coyotes que deambulaban en las instalaciones, ahora son los propios funcionarios los que “facilitan” las cosas y operan (dicen que a nombre de Messeguer) las cuotas que se exigen a taxistas y permisionarios, mismas que se depositan directamente a sus cuentas personales de banco. El caso de Daniel Montes es el más reciente ejemplo de ello.

Habrá que ver hasta dónde alcanza la habilidad política y los acuerdos de poder a Jorge Messeguer para mantener a flote la oficina. Sus nuevos aliados (los empresarios-transportistas) confían en su palabra y esperan ver dividendos económicos en sus bolsillos a cambio de su entrega y solidaridad. Frente a ellos hay otros grupos de poder, que no son ni más ni menos malos, pero que mantienen una postura diferente y demandan un relevo en la secretaría.

Algo es claro: Jorge Messeguer está rebasado y la imagen de honestidad que le caracterizó por mucho tiempo ha sido desplazada por las recientes historias de corrupción que se cuentan en su nombre. Hace bien el ex candidato capitalino en tratar de abultar su cartera en esta oficina, pues muy probablemente será el último espacio público que ocupará en su vida.

Jorge quiso ser Graco y se convirtió en Rodrigo.

  • nota

Que el ayuntamiento de Cuernavaca transparente las multas que aplica por servicios públicos o infracciones viales, pide el diputado Francisco Santillán. Hay que evitar actos de corrupción, dice el diputado.

Los cobros que hace el municipio no son claros y en algunos casos parecen discrecionales, lo que puede dar pie a actos de corrupción de parte de algunos funcionarios.

¿Si nos quitan la oportunidad de hacer negocio, cuál es el chiste de ser gobierno? Reflexiona un funcionario municipal.

  • post it

Así lo escribió hace algún tiempo Héctor Gutiérrez en El Financiero, a propósito de la economía y la seguridad en Morelos:

Graco Ramírez, gobernador de Morelos, prometió durante su campaña someter su mandato a revocación cada dos años. “(…) Que el ciudadano tenga acceso pleno a la iniciativa popular; referéndum y plebiscito e incorporar en la legislación estatal la figura de la revocación de mandato cada dos años”, se lee en su plataforma de campaña. Nunca lo cumplió.

Incluso el 5 de junio de 2012, en campaña, sostuvo vía Twitter: “Cada dos años, como gobernador de Morelos, me someteré a votación para que la gente decida si me quedo o me voy. Habrá revocación de mandato”.

Una vez ganadas las elecciones y, para romper esta promesa de campaña, en 2014 ordenó que las leyes locales se “armonizaran” con la reforma electoral que acababa de ser aprobada por el Congreso de la Unión, situación que aprovechó para desaparecer de la Ley de Participación Ciudadana de Morelos al órgano local que sería el encargado de someter a consulta la revocación de su mandato.

El entonces candidato Graco Ramírez prometió, también, acabar con la inseguridad en Morelos en 18 meses. “Vamos a tener que tomar decisiones muy importantes para que tengamos una absoluta seguridad pública en Morelos, se va acabar la inseguridad. Les pido 18 meses para que tengamos la certeza de que en Morelos vamos a estar cuidando el territorio, las entradas y salidas (…)”, dijo en un discurso el 24 de mayo de 2012.

Sin embargo, los secuestros, extorsiones y robo de vehículos con y sin violencia siguen siendo delitos que ni con la presencia del Mando Único se han logrado disminuir.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de Seguridad Pública (ENVIPE), por cada 100 delitos cometidos en 2014, sólo diez se denunciaron. De cada diez delitos que se cometen en Morelos, en menos de un caso de denuncia se inició la averiguación previa correspondiente.

Según la ENVIPE 2015, tan sólo en 2014 la tasa de delitos en Morelos por cada 100 mil habitantes fue de 29 mil 647, superando incluso la media nacional, que fue de 28 mil 200. 

De acuerdo con su plataforma electoral y sus discursos de campaña, Ramírez Garrido Abreu prometió de todo a los morelenses: desde crear un sistema de transporte similar al Metrobús de la Ciudad de México o instalar alumbrado público con base en energía solar o crear tres nuevos municipios indígenas. Nada aún.

También se comprometió a generar miles de fuentes de empleo. Cuando asumió el gobierno, a finales de 2012, la tasa de desempleo, de acuerdo con cifras de la Secretaría del Trabajo, era de 3.5 por ciento, pero hoy en Morelos 4 de cada 10 habitantes no tienen empleo, es decir, la tasa de desempleo subió .5 por ciento. 

En cuanto a la pobreza, en la plataforma de campaña de Graco Ramírez se establece: “Esta visión de Morelos nos llevaría en un relativo corto plazo, a reducir la pobreza, aumentar el bienestar de la mayoría de los morelenses (…)”.

La realidad es otra. Incluso el Coneval reporta que Morelos es la entidad en donde la pobreza creció más entre 2012 y 2014; es decir, cuando Graco Ramírez asumió el gobierno, 45.5 por ciento de la población de Morelos vivía en la pobreza. Dos años después, 52.3 por ciento de los morelenses lo estaban.

  • redes sociales

Así anda Morelos:

Las autodefensas son resultado de la falta de resultados del gobierno, dice el presidente de la comisión estatal de los derechos humanos.

Quien afirma que en Morelos hay autodefensas está obligado a probarlo, afirma la presidenta de la Junta Política del Congreso de Morelos

  • es viernes

Obvio: Hoy toca.

 

http://elregional.com.mx/Noticias/?id=79101

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