I. Síndrome del avestruz. Mientras las bancadas del PRI y del PAN solicitaron a la Procuraduría General de la República que se investiguen los presuntos nexos de Rigoberto Salgado, delegado de Tláhuac, con Felipe de Jesús Pérez Luna, El Ojos, líder narcomenudista abatido por fuerzas federales, el delegado simplemente se lava las manos. No ha explicado, por ejemplo, el supuesto financiamiento a su campaña por parte de la gente de Pérez Luna, entre ellos los mototaxis que circulan en la demarcación, pero insiste en que es parte de un linchamiento político y sólo calumnias. El colmo es que asegure que no hay narcotráfico en la delegación, y más bien se trata de “un problema de adicciones”. Desde que se inventó la semántica, se acabaron los culpables. Dicen por ahí.
II. Equivocados. Mucho se han quejado de la función de los derechos humanos, acusándolos de defender a los criminales. Y pareciera que sí. Luis Raúl González Pérez, el ombudsman nacional, confirmó que se presentaron dos quejas ante la CNDH por el operativo del jueves pasado en Tláhuac. En la Cámara de Diputados, afirmó que los familiares de Felipe de Jesús Pérez, El Ojos, presentaron una queja para que se les entregara el cuerpo del líder del cártel de Tláhuac que fue abatido durante el operativo. Y una segunda queja interpuesta por un particular, por allanamiento de domicilio. Por otro lado, el ombudsman pidió no especular sobre el presunto vínculo del delegado Rigoberto Salgado, con la organización delictiva que encabezaba el El Ojos. Por cierto, el criminal debía cuando menos 50 muertos. ¿A qué tanta condescendencia?
III. Violencia excesiva. Daniel Aceves Villagrán, director del programa Prospera, tiene que redefinir el rumbo. El costo de la entrega de recursos es excesivo y enluta a muchos hogares mexicanos. La Coordinación Nacional de Prospera condenó los hechos ocurridos en Ahuacuotzingo, Guerrero, en donde fallecieron siete personas durante una emboscada para robar los recursos que se entregarían a sus afiliados. La Sedesol lamentó la muerte de dos trabajadores del Banco Nacional del Ahorro y Servicios Financieros, y de cinco policías. “Para los beneficiarios que no recibieron su apoyo por estos sucesos, se les informa que ha sido reprogramado”, explicó el organismo. ¿Y las transferencias electrónicas? ¿Por qué jugar a las diligencias cargadas de dinero, como en el Viejo Oeste?
IV. Tarjeta roja. Por rijoso, el alcalde de Cuernavaca está metido en líos severos. Por incumplimiento de pago, un juez ordenó 36 horas de arresto para el exfutbolista Cuauhtémoc Blanco, que incumplió el pago a la empresa Totcher, S.A. de C. V., de 27 millones 789 mil pesos, importe correspondiente a 75 facturas por servicios de recolección de residuos adeudadas por el municipio. El juez encargado del caso determinó el pago adicional de una multa de poco más de seis mil pesos en total, en un plazo no mayor de 24 horas. Al parecer, al Cuau no le importó mucho, pues el Ayuntamiento no movió un dedo. Con tanta basura regada y aún quiere ser gobernador. Je, je.
V. Avísenle. Hugo Estefanía Monroy, edil perredista del municipio de Cortazar, Guanajuato, se adelantó a todos los pronósticos. A un año del proceso electoral en el estado, abandonó su labor para recibir al excandidato al gobierno del Estado de México, Juan Zepeda. Estefanía se ausentó del Palacio Municipal y viajó a la capital del estado, y apareció en la rueda de prensa, entrevistas y fotografías con Zepeda. Regresó a encabezar un mitin en donde fue acompañado por decenas de empleados municipales que, según dijeron, fueron amenazados con ser cesados si no mostraban su apoyo. Va, además, fuera de tiempo; que alguien le advierta.