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LA PROPUESTA

Durante 10 años, el único culpable del crecimiento de la delincuencia organizada y la ola de violencia en el país fue el gobierno federal. Declarar la guerra al narcotráfico y perderla fue la principal causante de la derrota del presidente panista Felipe Calderón Hinojosa. Mediáticamente figuró como el único responsable, mientras los gobernadores y los presidentes municipales de todos los partidos sólo se agazaparon.

Los primeros 4 años del sexenio del priísta Enrique Peña Nieto se continuó con la misma tónica. El culpable es el gobierno federal. En meses pasados comenté que se estaba gestando una nueva estrategia de parte de la administración federal para exigirle a los gobernadores y a los presidentes municipales asumir su responsabilidad.

La nueva estrategia se estrena con fuerza, y con resultados, en la delegación de Tláhuac. La primera versión difundida masivamente, tras la muerte de Felipe de Jesús Pérez, El Ojos, fue: ¿Por qué el delegado, el responsable del gobierno municipal, Rigoberto Salgado Vázquez, no vio a El Ojos en su demarcación? Por supuesto también se lanzó la pregunta al jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera. Pasaron los días y se ha intensificado y focalizado el bombardeo hacia el jefe delegacional, desde mi punto de vista, principalmente por ser emanado de las filas de Morena, el partido a vencer en el 2018.

Se ha especulado incluso sobre si Rigoberto Salgado no solamente se hizo el ciego ante la presencia de El Ojos en Tláhuac, sino también se le involucra mediáticamente. La pregunta es: ¿Por qué la PGR no detuvo al delegado sí tenía indicios de que estaba involucrado?

Me parece obligatorio que todas las instancias de gobierno sean requeridas ante la grave problemática del crecimiento de la delincuencia organizada. Por varios años los presidentes municipales y gobernadores, jefes delegacionales o de gobierno en caso de la Ciudad de México, se han mantenido en una zona de confort, dejando el combate al gobierno federal, con el argumento legal, y válido, de que la ley no los obliga a participar en estas tareas.

Si van a cambiar las cosas, que cambien, pero parejo. De ahora en adelante hay que preguntar en cada municipio, en cada gobierno estatal, ¿por qué no ven o no vieron a los presuntos delincuentes caídos por fuego de la propia delincuencia, o de las fuerzas armadas del país? ¿Son o fueron cómplices?

 

Priístas despojados… de sus teléfonos en reunión con Diva Gastelum. ¿A qué vino la senadora Diva Gastelum, secretaria de Atención de Estados en Oposición, o más bien en estados donde no gobierna el PRI? No lo sabemos, porque ella arribó este jueves a Villa Béjar, en Cuernavaca, y sostuvo una larga charla con la nueva dirigencia estatal del tricolor, pero todos los participantes fueron despojados de los teléfonos celulares.

Solamente en sindicatos totalmente antidemocráticos, como el SNTE, había visto algo semejante, no solo el despojo de los teléfonos, también el encierro de las personas, para que no hablen con nadie.

Los priístas morelenses entregaron, sin excepción, sus aparatos telefónicos antes de entrar a la reunión a desarrollarse en el salón de Villa Béjar. ¿De qué hablaron, o por qué ni siquiera una fotografía se les permitió tomar? Varias horas de espera para los medios de comunicación, con la certeza de que en algún momento se permitiría entrar a tomar gráficas… Nada, al final la senadora salió y atendió una entrevista en la puerta del salón, con maestría, emitió un discurso, medio respondió unas preguntas, pero de fondo, no dijo nada.

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