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SERPIENTES Y ESCALERAS

¿Qué tiene de diferente la marcha que hoy realizarán diversos actores sociales y políticos en contra de la inseguridad en Morelos? ¿Habrá un cambio de actitud en el gobierno estatal? ¿Encontrarán respuesta a sus peticiones en el gobierno federal? Nunca antes un obispo había encabezado una movilización en contra de un gobierno en Morelos.

 

Este día habrá una nueva marcha en contra de la inseguridad y la violencia en Morelos; no será igual que las anteriores, aunque probablemente el reclamo tampoco será escuchado. El Obispo de Cuernavaca, el rector de la universidad y diversos grupos ciudadanos caminarán durante tres días hasta las oficinas de la Secretaría de Gobernación en la Ciudad de México. A un mes de que inicie el proceso electoral, las cosas se le siguen complicando al gobernador Graco Ramírez.

No existe un antecedente en nuestra entidad de una movilización así. Las marchas, los plantones y los actos de resistencia civil se han vuelto cosa común a lo largo de este sexenio, pero es la primera vez en la historia del estado que se llevará a cabo una manifestación así.

No recuerdo un momento anterior en donde el Obispo de Cuernavaca participara de manera activa en temas distintos a la agenda religiosa, ni mucho menos encabezara una marcha contra el gobierno. Lo que veremos esta semana es inédito, llamará la atención nacional y meterá mucha presión a la administración perredista de nuestra entidad.

Hemos visto muchas marchas a lo largo del sexenio de Graco Ramírez; a pesar de que en su discurso de toma de protesta el gobernador aseguró que en Morelos se acabarían las manifestaciones porque habría un gobierno de puertas abiertas, desde el principio del régimen las inconformidades sociales se han multiplicado y se replican en calles, avenidas y carreteras.

Como nunca antes en la historia local la iglesia católica y la universidad del estado habían salido a las calles a reclamar al gobierno; la constante de las marchas ha sido la inseguridad y la violencia que se ha apoderado del estado, los actos de corrupción que se atribuyen a algunos funcionarios y la falta de respuesta a las peticiones ciudadanas. Miles de personas han marchado, muchas veces el zócalo ha sido tomado y se ha vuelto común el cierre de vialidades por gente inconforme. Nunca ha pasado nada.

Los reclamos de la gente no han modificado la actitud del gobierno local, ni tampoco han podido hacer que la Federación voltee la vista al estado. A pesar de que en este sexenio se han registrado más marchas y manifestaciones que en cualquier otro en la historia local, no hay respuesta oficial a una demanda básica: seguridad.

Un elemento ha sido clave en este problema: la comunicación política. El gobernador maneja una doble agenda y dedica mucho tiempo a actividades de carácter partidista y fuera del territorio estatal; estas ausencias no han sido cubiertas por su equipo de gobierno y por el contrario, su primer jefe de gabinete (Jorge Messeguer) en lugar de dialogar con los inconformes se dedicó a descalificar los problemas y a combatir a quienes opinaban diferente. Ahí se comenzó a descomponer el ambiente social y político en la entidad.

Lo que veremos esta semana llama la atención por distintas razones: la manifestación ya no será local, los organizadores han elevado el tono de su reclamo y llevan su inconformidad hasta la Ciudad de México. La participación del Obispo de Cuernavaca atraerá reflectores de todos lados y caminar durante tres días meterá el tema a la agenda nacional. Nunca en la historia morelense un jerarca católico encabezó un movimiento de resistencia ciudadana y hace mucho tiempo, desde el movimiento zapatista en Chiapas, no vemos algo similar en el país.

La participación de Ramón Castro es el punto clave de la movilización, el Obispo se llama perseguido del gobernador y afirma que la iglesia católica está siendo atacada de manera recurrente por el gobierno de Graco Ramírez por denunciar la violencia y la corrupción.

Varias veces el gobernador y los diputados han criticado la participación del obispo en actividades políticas, han acudido a la Secretaría de Gobernación y al Episcopado Mexicano a exigir que le pongan un alto a Ramón Castro y han pedido su destitución por encabezar la oposición en Morelos. A pesar de ello este día el clérigo irá al frente de la caminata.

Junto al obispo marchará el rector Alejandro Vera, el poeta Javier Sicilia y la CMMC; un cuarto personaje en esta historia es el alcalde capitalino Cuauhtémoc Blanco, quien ha confirmado su apoyo al movimiento, aunque no estará de manera permanente en el mismo para cuidar las formas y los horarios de trabajo. Un obispo, un rector y un ex futbolista son un platillo político imperdible para la prensa.

A lo largo de cinco años hemos visto en Morelos innumerables marchas y manifestaciones reclamando seguridad, pero hasta ahora nada ha pasado. La movilización de esta semana es inédita por varias razones y el gobierno federal nunca se ha atrevido a actuar, ni a reforzar el problema de inseguridad que agobia nuestra entidad. La seguridad es un problema cuya responsabilidad concierne a los tres niveles de gobierno.

La caminata de hoy es diferente a las anteriores y podría obtener resultados distintos. La participación de varios actores sociales y políticos y los tiempos en los que ocurre esta movilización generará mucha presión al gobierno estatal y lo puede obligar a modificar su actitud respecto a sus opositores.

Por el bien común, ojalá esta caminata provoque un cambio de actitud en todos.

  • posdata

No es lo mismo un acto de resistencia social el primer año de gobierno que el quinto, ni tampoco es igual enfrentar a la oposición con el apoyo de la Federación que sin él. La clave para entender lo que puede suceder luego de la caminata por la paz en Morelos depende de un elemento: si Osorio Chong recibe personalmente a los manifestantes.

La estrategia de los organizadores está bien pensada: quieren colocar el tema en la agenda nacional sacando la marcha de los límites del estado e incluyendo figuras llamativas. La participación del Obispo, el rector, el alcalde capitalino y diversos grupos sociales es una mezcla social, política y periodísticamente atractiva, de ahí el plan de llevar el reclamo hasta la Ciudad de México y prolongar la caminata durante cuatro días. Las pernoctas serán, además, un elemento que generará mucha información en medios e innumerables crónicas en periódicos y redes sociales a lo largo (al menos) de toda una semana.

Los tiempos en los que ocurre esta manifestación también son importantes: no hay en la agenda nacional algún asunto explosivo que opaque la marcha y en las peticiones incluyen un tema que ha acaparado la atención nacional: el socavón. Ver a un obispo caminando setenta kilómetros para exigir un cese a la violencia y a un ex seleccionado nacional actuar como activista social podrá el asunto en las primeras planas de la prensa nacional. Ítem más: si el gobierno federal opera, esta marcha puede sustituir el debate mediático del socavón y volver la atención a un tema local.

El objetivo de los manifestantes es claro: quieren meter el asunto en la agenda nacional y cuestionar al gobernador en la víspera de que inicie el proceso electoral y se defina el relevo de Alejandra Barrales en el PRD; aunado a ello, por la forma e ingredientes de la marcha, tratarán de llevar la discusión a un plano en donde el gobierno federal decida: defiende a Graco o asume las consecuencias de la crisis.

La caminata de esta semana pone a Graco Ramírez en una encrucijada: enfrentar otra vez a sus críticos o abrir canales de comunicación con sus opositores.

  • nota

Los acomodos en la dirigencia estatal del PRI confirman lo que muchos advertían: el partido quedó en manos de dos grupos: el de Amado y el de Maricela.

La que encabeza Alberto Martínez es una dirigencia débil, cuestionada y con una enorme responsabilidad por delante. El ex diputado no tiene un liderazgo natural, ni tampoco una trayectoria política sobresaliente; hasta hace poco se le consideraba parte del engranaje del PRD en el congreso local y de no haber sido por la cercanía de Maricela Velázquez con el gobierno, quizá no habría obtenido el cargo.

La llegada de la dupla Martínez-Velázquez al PRI no refleja un cambio de rumbo en el partido y por el contrario, para algunos representa la entrega de la plaza al gobierno estatal. A Maricela y Alberto los consideran cercanos a Rodrigo Gayosso, les han reclamado su falta de atención a la agenda estatal y les critican que representan a los dos grupos que han hundido al priísmo en Morelos.

Si la nueva dirigencia quiere modificar esa imagen y sobre todo, encaminar al PRI en una ruta de competitividad electoral, tienen que actuar de inmediato.

Hoy el PRI en Morelos no muestra nada nuevo. Ni mejor.

  • post it

Salvador Camarena hizo un interesante análisis de lo ocurrido en el socavón del Paso Exprés Cuernavaca. Esto es parte de lo que publicó hace unos días en El Financiero:

… Conocer las causas del socavón es obligado para exigir que aquellos que fallaron, sean las empresas, los gobiernos o una mezcla de ambos, paguen por su negligencia. El anuncio del túnel suena a desesperación.

¿Qué pretende la SCT ocultar con ese túnel? Faltan muchas explicaciones. No es aceptable que pretendan que ya tienen la solución cuando no nos han dicho el origen del problema.

Por ejemplo, tienen que informar su proceder luego de que el 31 de octubre de 2016, mediante el oficio CEAGUA/SSE/125/2016, la Comisión Estatal del Agua de Morelos planteara al ingeniero José Luis Alarcón Ezeta, director general del Centro de la SCT en Morelos (hoy cesado), las quejas de vecinos de Chipitlán sobre la barranca donde hoy está el socavón.

En ese documento se establecía que “se tiene conocimiento que la barranca referida presenta problemas de desbordamiento en el tramo ubicado inmediatamente aguas arriba del cruce con el libramiento, debido a que el tubo de 1.22 m. de diámetro que existe actualmente es insuficiente para las avenidas máximas que escurren por la barranca en época de lluvias.

“Se requiere de una tubería con diámetro de 2.44 m. y una pendiente de 5 milésimas, o bien una alcantarilla con sección rectangular de área hidráulica y pendiente similares que la tubería indicada”.

¿Qué hizo la SCT con tan específica petición? Si las respuestas no convencen, Ruiz Esparza se hundirá más y más, así se saque de la manga un túnel que no le alcanza para ocultar su opacidad.

  • redes sociales

En México hay un grave malentendido con respecto al deporte; suponemos que tenemos vocación y aptitudes para practicarlo, cuando la verdad es que para lo que somos buenos es para verlo.

Lo mismo ocurre con la política y la ciudadanía: nos gusta opinar, disentir, corregir, acusar, señalar, pero no participar.

Todo buen mexicano trae en su interior a un director técnico, un coach, un entrenador o mínimo un representante de artistas; nos sentimos expertos en política, leyes, medio ambiente y por supuesto somos peritos electorales. Lo que no se nos da es pasar de la opinión en las redes sociales a la actuación cívica, es decir, opinamos en Facebook, pero no votamos.

El día que los mexicanos le demos más importancia a la política que a los deportes y le exijamos más a nuestras autoridades que a los futbolistas, nuestro querido país saldrá adelante; cuando nos interesemos más por un problema social que por el escándalo sexual de un artista, tendremos un México diferente.

Las bases para ser un país de primer mundo están a lo largo y ancho de nuestro territorio, en nuestros litorales, nuestros campos y nuestra gente; lo que nos falta es decidirnos a  ser diferentes y eso empieza por dejar de elegir malos gobernantes y tolerar la corrupción en los gobiernos.

¿Cambiamos?

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