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VIDA POLÍTICA

EN ILEGALES RETENES, AVALADOS POR GRACO RAMIREZ, LA “POLICÍA MORELOS”, EXTORSIONA TODOS LOS DÍAS A INOCENTES TRANSEÚNTES…

En el Año de Hidalgo y ante la ausencia de autoridad, hay quienes aprovechan este tipo de situaciones, sobre todo cuando son parte de un gobierno y en casi todas las municipalidades hay actos de extorsión hacia los ciudadanos.

De pronto, salen elementos de la Policía Morelos que gustan instalar retenes, totalmente ilegales e inconstitucionales (ver artículo 11 de la Constitución Política Mexicana), para atracar ciudadanos, automovilistas y lo que pase por donde colocan sus patrullas.

Este asunto es cotidiano y el problema es que no hay una sola oficina en la que los afectados puedan quejarse, porque la “multa” mínima de quien suele toparse con los elementos policíacos es de 300 pesos.

El quejarse en la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos (CDHEM) sobre los atropellos no resuelve los problemas, porque su titular –Jorge Arturo Olivares Brito- sigue de vacaciones pagadas, además de que la institución carece de reconocimiento legal para realizar sanciones ejemplares; es decir, es de pantomima.

El asunto es que por el Año de Hidalgo y los abusos de poder, la sociedad está desprotegida sobre sus propias autoridades, que legalmente son quienes deben de proteger y dar certidumbre en su bienestar.

Sin embargo, como la legión extranjera tiene copado al estado, los abusos antes de que termine su gestión van en aumento y quizá esos elementos tengan una cuota para continuar con sus labores.

Cierto, desde la llegada de Jesús Alberto Capella Ibarra a Morelos como encargado de despacho de la entonces Secretaría de Seguridad Pública, los delitos de alto impacto crecieron, como los homicidios.

Con Alicia Vázquez Luna hubo una disminución del 35 por ciento, conforme a las cifras oficiales, así como un respeto de los elementos hacia los ciudadanos en las formas de actuar.

Después de la renuncia de la morelense y con la llegada del originario de Tijuana, Baja California, los principales delitos han superado cifras –tan solo en un año- de las que hubo en todo un sexenio como el de Marco Antonio Adame Castillo.

Actualmente, con los retenes instalados en diversas zonas del estado, los elementos del Mando Único o Policía Morelos están únicamente dedicados a extorsionar, porque la cuota mínima para poder pasarlos al automovilista o peatón es de 300 pesos.

Por citar un ejemplo, diariamente suelen apostarse entre cuatro a cinco elementos de Cuernavaca a unos metros de la ex Hacienda de Atlacomulco, que ya es municipio de Jiutepec, en donde detienen, cuando menos, 20 automotores y causan un tremendo caos vehicular.

En los recorridos diarios por las diversas comunidades del estado no son los únicos puntos, porque bajo el pretexto del alcoholímetro (a las 10 o 12 horas del día) suelen colocar sus conos anaranjados y continuar con la extorsión.

Lo anterior ha provocado un serio enojo social, que podría provocar un linchamiento hacia una policía que desde la llegada de Alberto Capella Ibarra es inútil a los morelenses.

Los retenes instalados en Morelos son violatorios al artículo 11 de la Constitución Política Mexicana, eso hay que repetirlo al comisionado estatal de Seguridad Pública porque al parecer su carrera como abogado la pasó no de noche, sino en la madrugada de un fin de semana.

Por lo pronto, los subordinados del tal Capella Ibarra tienen que llevarle sus cuotas para continuar con su labor que no es la de otorgar seguridad social, sino de acrecentar su cuenta bancaria personal porque después de Morelos ya no habrá recursos financieros públicos para mantener a su familia, que vive en una de las exclusivas y cómodas zonas residenciales de San Diego, en los Estados Unidos de Norteamérica.

El abandono de Morelos es evidente, avenidas destruidas, un zócalo “remodelado” en Cuernavaca con materiales que aun sin inaugurar ya hay evidentes fallas y baches, pero que tuvieron un costo de más de 100 millones de pesos.

Tan solo en días recientes, al que se dice gobernador de Morelos, Graco Ramírez, se le ocurrió recorrer las zonas de las obra todos y todos le rehuyeron y no porque los dejará sin la cartera, sino ante el temor de que les robara su credencial de elector y para el 2018 los empadronados voten contra de su partido.

El hartazgo social hacia el actual gobierno estatal es evidente, más aún cuando sus elementos policíacos más que impedir las agresiones contra la sociedad están hoy dedicados en extorsionar. ¿Por qué chingados nadie pone orden en Morelos?

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