MATIAS QUIROZ, EL “PERRO DE LA CASA”; EL QUE CUANDO HAY PROBLEMAS TIENE QUE LADRAR Y EN LAS FIESTAS LO ENCIERRAN PARA QUE NO MUERDA A LOS INVITADOS…
El médico de Milpa Alta, Matías Quiroz Medina, desde que llegó a Morelos ha sido el principal obstáculo en el desarrollo político y social del estado, porque solamente abre la boca para decir tonterías y está escaso en sus neuronas para dirimir los problemas que hoy padece la entidad.
Con un salario extraordinario y toda su prole en la nómina, al momento, el “encargado de la política interna del estado” no ha resuelto ni un solo problema social y su paso por el gobierno del estado es solamente para cobrar.
Nunca en su vida el médico de Milpa Alta, Matías Quiroz Medina, soñó que alguna ocasión viajaría en una camioneta blindada, con un séquito de vigilantes hasta para ir al baño, porque su capacidad nunca rebasó el solamente ser un alcalde “pueblerino”, porque como diputado local fue un levanta dedo.
La realidad es que hay un cargo de secretario de Gobierno, pero quien hoy suele ocuparlo la silla le quedó grande y no se diga la extensa oficina, porque lejos de ser el conciliador el titular del área solamente habla cuando se lo ordenan.
La historia política de Matías Quiroz Medina es tan escasa como su capacidad para resolver los conflictos en la entidad, está considerado en el pueblo que lo acogió como “un bueno hombre” y ya.
En su primera administración como presidente municipal tuvo una actuación regular siempre blando y simple, pero sin apoyar a su comunidad y en espera de solamente resolver los problemas con el apoyo del gobierno estatal.
Posteriormente, como diputado local pasó de noche y dentro de la Quincuagésima Segunda Legislatura local solamente se le recuerda, porque su asiento estaba en la esquina del lado izquierdo del salón de sesiones.
Hoy, el gobierno de Morelos y especialmente el Poder Ejecutivo vive con múltiples problemas, en los que no hay soluciones y suelen convertirse en conflictos que rebasan las fronteras del estado.
Los mismos por ley deben ser atendidos por el Secretario de Gobierno, pero al haber una silla vacía en esa oficina el estado de Morelos está a la deriva de la ingobernabilidad.
Matías Quiroz Medina, su papel es de conciliar, de llegar a acuerdos, de hacer que la gobernabilidad y la seguridad prive en una entidad como es Morelos, el segundo estado más pequeño del país y el señor no puede ni quiere hacer este papel.
Es tan malo el papel del secretario de Gobierno que dentro de su cada lo cuestionan, en Tlaltizapán prefieren evitarlo y cuando llega al Palacio de Gobierno lo hace a escondidas y por la puerta de atrás.
El mediador, el pacífico y el que debe tener el control de la política interna en un estado hoy está ausente, solamente sirve para cobrar y hacer negocios, tener a su familia en la nómina y abrir la boca porque así se lo ordena su amo.
Cierto, hoy Matías Quiroz Medina lamentablemente hace el papel del perro de la casa, el que cuando hay problemas tiene que ladrar y en las fiestas lo tienen encerrado para evitar que siga con los ladridos.
Hoy hay miles de problemas en Morelos, de todo tipo: sociales, políticos, de seguridad pública y hasta algunos más que no los suele ver el médico de Milpa Alta, porque su visión es demasiado corta.
El partero que llegó a Tlaltizapán por azares del destino, hoy tiene un cargo público al que desde hace tiempo debió haber renunciado, pero hoy plantea buscar ser gobernador de un estado al que llegó con una mano por delante y la otra escondiendo la piedra.
Mantiene una campaña adelantada y debe ser sancionado con todo el peso de la ley, porque también utiliza los recursos públicos para un fin personal que al final le dejará buenos dividendos financieros.
Su real función como secretario General es solamente de obedecer desde lo que sale de la calle Ocotepec, en la colonia Reforma de Cuernavaca y no hacer nada más que a eso.
El secretario de Gobierno en el papel hasta el día de hoy sigue siendo un personaje incapaz y un simple gato de quienes hoy ostentan el poder, que en 14 meses ya no lo tendrán y su futuro es irse de la entidad, así como llegaron: nomás de paso.
La realidad es que Matías Quiroz Medina no es más que un pobre diablo, que como tal es parte de los que saquean los recursos del estado de Morelos y pronto tendrán que huir, porque ya ni al Tlaltizapán que saqueó, volverá, simplemente porque de médico partero se convirtió en enemigo de este municipio, hoy, por desgracia, en poder de grupos delincuenciales.
En breve, Matias Quiroz ya no viajará en camionetas blindadas, ni le cuidarán las tepaljuanas una docena de “guarros”, mucho menos obtendrá viáticos de 50 y hasta 100 mil pesos diarios sin comprobación, pero lo peor, es que este corrupto, mustio y gris personaje ya no tendrá recursos para mantener su nuevo vicio al que lo “metieron”, por que ese vicio si cuesta y mucho. ¡Diiiiicen eh, que quede claro!.