Porque mientras el PAN y el PRD naufragan en las pantanosas aguas de una gran alianza opositora —y no atinan a darle cuerpo, rostro y alma al frente amplio—, el PRI los rebasó por el flanco ciudadano y hasta les arrebató dos de las principales banderas. ¿Cuáles banderas?
La primera, que luego de remover sus estatutos y abrirse a un candidato independiente, no partidista y externo —sin militancia del PRI—, no existe nada más cercano a los ciudadanos que entregarles el partido y al mismísimo candidato presidencial.
Si eso no es comerle el mandado a todos los partidos —y en especial al PAN y al PRD—, entonces no entienden que nada entienden del tema de percepción. Y es que hoy el PRI puede tener candidato presidencial sin militancia, no partidista y hasta surgido cien por ciento de la sociedad civil. ¿No es regresar el partido y el poder a los ciudadanos?
La segunda bandera que el PRI les arrebató al resto de partidos, rumbo a 2018, se llama “gobierno de coalición”. De nueva cuenta el PRI les gana a los opositores del PAN y del PRD la partida. ¿Por qué?
Porque el PRI entiende que en el mundo y en México ya ningún partido puede gobernar por sí solo. Tampoco mediante alianzas electorales. Hoy, la sociedad reclama gobiernos de coalición para garantizar los cambios que requiere un nuevo régimen.
Y, quieran o no muchos ciudadanos ciegos y sordos, el PRI está listo para responder a lo que en otras partes del mundo han llamado “el asalto de la sociedad a los partidos”. El PRI tiene listas sus reglas del juego para convertirse en un partido ciudadano.
Pero tampoco es todo. En la clausura de la 22 asamblea del PRI, Enrique Peña delimitó la batalla electoral de 2018.
Dijo que mientras el PRI apuesta “a un mejor futuro… hay quienes pretenden regresarnos al pasado; apuestan al caudillismo y a la división”.
Y cerró con lo que pareció una invitación: “México gana, cuando gana el PRI”.
Y es que, según Peña, la batalla de 2018 no solo “será decisiva”, sino que la protagonizarán las dos versiones del viejo partido; el PRI de hoy que apuesta a que la sociedad decida, y el PRI rancio de Morena. Y según esa percepción, el PAN y el PRD poco o nada tendrían que hacer en la contienda presidencial venidera.
Y que nadie descarte que la derecha y la izquierda decidan sumar fuerzas con el PRI, cuando los tricolores propongan un candidato ciudadano.
Mensajes de la asamblea del PRI.
Al tiempo.