A cambio, agrega el rotativo brasileño, Odebrecht ganó una licitación de 115 millones de dólares para realizar las obras en una refinería en Tula, Hidalgo.
‘‘A principios de 2012, constaté que Emilio Lozoya había alcanzado una posición destacada en el PRI (Partido Revolucionario Institucional), que disputaba las elecciones presidenciales de julio de 2012, cuyo candidato era el favorito en las encuestas electorales’’, relató Luis Alberto de Meneses Weyll, ex director de Odebrecht México a fiscales brasileños, en un testimonio emitido el 16 de diciembre de 2016.
Meneses Weyll había llegado a México en 2009 desde Perú, donde desarrolló y afinó su método para contactar y cooptar a funcionarios públicos a fin de que favorecieran, en licitaciones y contratos, a la empresa dirigida por Emilio y Marcelo Odebrecht.
De acuerdo con el periódico brasileño, ya en 2011 el propio Lozoya aconsejó a la firma de esa misma nacionalidad que se asociara con la compañía Construcciones Industriales Tapia, a fin de que juntas participaran en la licitación que se daría a conocer para para construir una nueva refinería en Tula, Hidalgo.
Siempre según el testimonio de Meneses Weyll, cuando parecía evidente que el PRI ganaría las elecciones y Lozoya ocuparía un cargo en el gabinete de Peña Nieto, Odebrecht le entregó a aquél 4 millones de dólares como ‘‘anticipo’’ de lo que le esperaba de seguir adelante con su colaboración.
En 2013, la asociación Odebrecht-Tapia ganó la licitación para ampliar las refinerías, y ‘‘los pagos para Lozoya comenzaron inmediatamente (...) Con el argumento de que nos había ayudado a posicionarnos en la licitación él (Lozoya) entendía que debíamos hacer un pago en su favor del orden de 5 millones de dólares’’, refirió el entonces director de Odebrecht México. Al asumir la Presidencia –continúa narrando el diario– Peña Nieto decidió no construir la refinería, pero ya como director de Pemex, Emilio Lozoya se encargó de favorecer a la dupla de empresas en una nueva licitación de obras destinadas a modernizar y ampliar la refinería Miguel Hidalgo, también ubicada en Tula.
Lo cotizado por Odebrecht-Tapia era de 115 millones de dólares, y 65 por ciento de esa cifra iría a parar a las arcas de la primera de esas firmas. ‘‘Los pagos a Lozoya –asegura O’Globo– comenzaron de inmediato’’.
En 2016, cuando el titular de Petróleos Mexicanos dejó su puesto, Odebrecht ya había cobrado la totalidad del monto presupuestado por sus trabajos.
El rotativo brasileño, que no pudo contactar con la defensa de Lozoya Austin, escribió que ahora toca que la Procuraduría General de la República realice ‘‘investigaciones para descubrir si el dinero pagado por la empresa era sólo para él o si benefició a otros integrantes del gobierno de Peña Nieto’’.
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