Socavón: ¿y la disculpa a Ruiz Esparza?
Y vale la memoria porque hoy la noticia no es que el dictamen del socavón del Paso Express exoneró a Gerardo Ruiz Esparza, titular de la SCT.
No, la noticia es que hasta hoy ninguno de los cientos que insultaron a Esparza, que destruyeron su imagen, la de su familia y que exigieron su renuncia, son incapaces de una disculpa.
¿Y por qué una disculpa? Porque sin prueba alguna, Esparza fue tratado como “perro del mal” por las redes y por cierta prensa que hace de MP, juez y verdugo.
Y si vemos la cara opuesta de la moneda, recordaremos que los ciudadanos se quejan, con razón, del grosero “usted disculpe”, luego de abusos de la autoridad.
Pero ningún ciudadano es capaz de aceptar errores y abusos —sobre todo en tiempos de redes— cuando cometen idénticas arbitrariedades al señalar, acusar, condenar y asumir el papel de verdugos —sin pruebas a un servidor público al que queman en leña verde.
Y es que desde que el pasado jueves se conoció el dictamen de expertos sobre el socavón del Paso Express, no hay un periodista, analistas u opinante capaz de una disculpa por la alevosa madriza propinada al titular de Comunicaciones y Transportes.
Lo cierto es que en el delirio colectivo —y a partir de percepciones y sin pruebas— vimos el rostro del periodismo matón que acusa, enjuicia, sanciona y prende fuego al culpable imaginario. Hoy, el peritaje cerró la boca a miles.
Aún así, el viernes, sábado y domingo, la jauría de idiotas y otros que rinden culto a la infalibilidad, regalaron a sus lectores la faena clásica: “Si la realidad no se ajusta a mi opinión, que se chingue la realidad”.
Tratan de desvirtuar un dictamen científico cuya conclusión es que el socavón resulta de una criminal omisión del grupo constructor de la obra, así como de una no menos criminal omisión de la delegación de la SCT, cuyo titular obtuvo el cargo a solicitud del gobernador de Morelos.
Es decir, todos los que después de la tragedia “madrearon” a Ruiz Esparza, que pidieron su renuncia, demolieron su imagen pública y lastimaron la de su familia… no han sido capaces de un “usted disculpe”.
Y es que el peritaje de los expertos es demoledor. La responsabilidad del socavón es del consorcio que, por ahorrar dinero, omitió “construir un embovedado” en el tubo de drenaje.
Dice el dictamen, en tres momentos: “El embovedado de la alcantarilla que contempla el proyecto, con seguridad pudiera haber evitado el dislocamiento del tubo que ocasionó el taponamiento de la alcantarilla”. Y remarca “con seguridad”. Pero repite: “Sin embargo, de haberse embovedado el tubo, como lo señalaba el proyecto, hubiera sido un factor de protección de suma relevancia”… Lo mismo dice el dictamen en las conclusiones.
Es decir, la empresa constructora no hizo el proyecto como estaba diseñado y por ahorrar dinero no protegió el tubo con la bóveda diseñada en el proyecto de origen. Y, en efecto, también falló el delegado de la SCT, quien —debe insistirse— obtuvo el cargo gracias a los buenos oficios del gobernador de Morelos.
Y en el caso de las muertes, la responsabilidad recae totalmente en instancias de Protección Civil –municipal y estatal– que no aplicaron el protocolo. Y es que el padre y el hijo fallecidos no recibieron lesiones que comprometieran su vida, con motivo de la caída del automóvil en el que viajaban. Murieron por asfixia.
Además, el dictamen determinó que “el taponamiento por basura” fue otro factor determinante de la tragedia. Y “no se hizo la recolección de basura en los causes antes de la época de lluvias”. ¿Y a quién corresponde ese trabajo? A la autoridad municipal.
Por último, si bien el dictamen dice que no existe evidencia de que se haya verificado la alcantarilla por el consorcio constructor, lo cierto es que la SCT entregó a la Función Pública copia del dictamen de verificación de la alcantarilla, realizado por SACC Ingeniera SA de CV.
¿Dónde está la responsabilidad de Ruiz Esparza? Sí, tiene responsabilidad política, pero se determinará a partir de peritajes y deslinde de responsabilidades.
Por eso, y aclarado que la responsabilidad recae en el consorcio constructor, el gobierno federal analiza demandar “a quien resulte responsable”, por daños a la imagen y el honor de los servidores públicos. ¿Por qué esa medida?
Porque se sabe que el consorcio constructor habría estimulado y/o pagado para desacreditar en medios a la SCT para desviar la responsabilidad.
Por lo pronto, es casi un hecho que el consorcio constructor perderá la licitación de la torre de control del nuevo aeropuerto.