La Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) presenta serias limitaciones para verificar la calidad de las obras de carretera federal que contrata entre empresas privadas, y actualmente sólo tiene capacidad financiera y operativa para verificar cinco de cada 10 proyectos que ejecuta a escala nacional.
Tan sólo este año, de acuerdo con la propia dependencia, redujo los recursos para los trabajos de verificación de 300 millones de pesos ejercidos en 2016 a 120 millones en 2017 y pasó de revisar 5 mil 500 a 2 mil 475 kilómetros en ese lapso.
De acuerdo con el programa de Verificación de calidad de las obras de construcción, obtenido por EL UNIVERSAL, y en medio del reciente socavón en el Paso Exprés del pasado 12 de julio, donde fallecieron dos personas, la dependencia advirtió los problemas de no contar con montos de inversión necesarios para llevar a cabo los trabajos de verificación.
“[En caso de no contar con recursos] la secretaría no dispondrá de información confiable y suficiente de la calidad con que se realizan las obras de infraestructura vial, porque carecerá de los elementos suficientes que le permitan evaluar y analizar la calidad de las obras de construcción, modernización y conservación”, expone la SCT.
La dependencia revela que el “control de calidad” de las obras recae en las propias empresas constructoras, por lo que sólo realiza supervisión de los trabajos de manera aleatoria y en menor escala porque no dispone del personal suficiente ni de los equipos necesarios.
La verificación de calidad se tiene que realizar a través de terceros, por empresas especializadas del mercado nacional, “ya que realizarlo por administración no es viable, debido a que no se cuenta con el equipo y personal técnico suficiente para ejecutarlo”.
La SCT detalló que en el supuesto de hacerlo, se requieren gastos de operación consistentes en combustibles, lubricantes, viáticos, pasajes, mantenimiento de equipos y vehículos, reposición de equipos de medición y exploración, entre otros gastos que excedería el ejercicio fiscal.
Añadió que para verificar la calidad de 5 mil 500 kilómetros en promedio anual, se requiere una plantilla de 291 especialistas (31 jefes de verificación de calidad, 31 jefes de laboratorio, 93 laboratoristas y 136 auxiliares de laboratorio).
De ellos, la dependencia sólo cuenta con 54 técnicos a escala nacional los cuales, además, tienen que realizar otras funciones.
Esto ha ocasionado que un residente de obra “en vez de supervisar la ejecución de una obra, en el caso de construcción y modernización de carreteras federales, tenga a su cargo dos o más; de conservación de carreteras cuatro o más, y de carreteras alimentadoras y caminos rurales más de 10 obras a la vez”.
Consecuentemente, la SCT reconoce que: “Más que supervisar la ejecución de los trabajos, administran contratos. De ahí que no tengan capacidad suficiente para supervisar el control de calidad que lleva a cabo la empresa constructora”.
Responsabilidades. El director general de Servicios Técnicos de la SCT, Felipe Verdugo, dijo que la responsabilidad de la verificación de la calidad de las obras es del contratista, el cual debe tener su laboratorio de control de calidad, mientras que la secretaría realiza la verificación.
“Nosotros lo único que hacemos es verificar que el compromiso que tienen las empresas constructoras en unas muestras, que representan 10, se vea si es correcto lo que están haciendo, si lo es se da el aval, y si no lo es no es sujeta de pago”, dijo.
Verdugo reconoció que cuentan con 120 millones de pesos en el presupuesto para la verificación de calidad de carreteras libres.
“Para las autopistas hay otro esquema. El control de calidad se hace en obras en ejecución a través de los ingenieros independientes donde ellos supervisan y controlan los proyectos, dan sus avances financieros y también vigilan la calidad; sin embargo, está a cargo de los fideicomisos que se forman para atender y otorgar los recursos, pero ese es un tema que la secretaría no atiende con recurso fiscal, eso lo atiende cada concesionario”, detalló el funcionario.