EN MORENA SE ESPANTAN DEL MUERTO Y VIVEN ABRAZADOS A ÉL…
Sin una línea, directriz o un sustento filosófico real, el partido del Movimiento de Regeneración Nacional, salió en México, solamente por la idea de su máximo dirigente, Andrés Manuel López Obrador, de salir enfilado a un proceso electoral.
La figura de López Obrador ha cautivado a muchos con su mensaje de terminar con la corrupción, de construir un nuevo proyecto de nación y atender la democracia como un punto prioritario.
En el año de 1988 con el mismo discurso conmovió a México Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, hoy el gran Tlatoani del Partido de la Revolución Democrática (PRD) quien al final está convertido en un estandarte de la llamada izquierda nacional y nada más.
Así funciona MORENA en el país y en Morelos, basado en los momentos de tristeza, felicidad, nostalgia y aburrimiento de Andrés Manuel López Obrador, quien tiene ya su partido y por la falta de liderazgos nacionales no hay quien pueda, hoy, arrebatarle la posibilidad de ser el próximo Presidente de la República.
En Morelos, MORENA es de dos personas: el Senador Rabindranath Salazar Solorio y el empresario Raúl Iragorrti Montoya, tanto así que el secretario particular del legislador federal, Miguel Ángel Lucia Espejo, es el coordinador del instituto político.
Quienes renunciaron a su anterior militancia para irse con el canto de las sirenas hacia el “proyecto de AMLO”, hoy ven con desencanto la falta de una verdadera democracia al interior de esa “nueva izquierda”.
Lucia Espejo es el títere de Rabindranath Salazar Solorio, tanto que todavía sigue manejándole la agenda, las citas y hasta los discursos, porque es el Senador quien dispone de lo que suceda en un partido político que no tiene nada.
En el Consejo estatal de MORENA hace algunos días decidieron analizar y posponer, o desechar para algunos, el registro de militancia de Manuel Martínez Garrigós presuntamente por incurrir en acciones de corrupción en su gobierno municipal (2009-2012).
Se mostraron tan papistas los consejeros de dicha agrupación política que hoy han registrado a verdaderos y auténticos pillos en sus filas, que –por cierto- como en su momento lo hizo el PRD los han purificado.
Si damos nombres, a nivel nacional hay muchos iniciándose por quien quebrantó la democracia nacional y tiene nombre y apellidos, responde cuando le dicen Manuel Bartlett Díaz, inmiscuido también en el asesinato del gran periodista Manuel Téllez Girón, entre otros muchos más.
En el plano estatal y solamente por dar una mirada en los militantes de MORENA hay dos familiares de Rabindranath Salazar Solorio implicados en actos de corrupción, en el ayuntamiento de Jiutepec.
El principal es Miguel Ángel Rabadán Calderón que hoy es parte del Consejo Estatal del Movimiento de Regeneración Nacional, con capacidad de señalar quien es corrupto o no.
No es el único, otra ex presidenta municipal y también familiar del Senador de MORENA es Silvia Salazar, cuyo papel al frente del ayuntamiento de Jiutepec fue de proteger y solapar la corrupción, de la que hoy se espantan con el petate del muerto.
Hay más, el presidente municipal de Tlaquiltenango, Enrique Alonso Plascencia, quien hoy también está afiliado junto con su “protector y progenitor político” el Senador Fidel Demédicis Hidalgo al partido de Andrés Manuel López Obrador.
Ambos están encargados de saquear y hacer del presupuesto del municipio en comento su caja chica, sin que nadie los moleste –de momento- y sin tener la necesidad de acudir ni a la presidencia municipal y tampoco hacer acto de presencia en la localidad territorial más grande del estado.
A los militantes de MORENA como a la propia opinión pública les espantó la afiliación de Manuel Martínez Garrigós al proyecto de AMLO, pero no así de otros personajes que como las reses están marcados por sus actos de corrupción comprobados.
Y al final no es Manuel Martínez Garrigós el tema de MORENA, sino la experiencia que tienen como partido político que hoy les pesa y demasiado al carecer de un proyecto electoral, pero también de gobierno que convenza al electorado de cuál es el objetivo.
Los militantes del partido de Andrés Manuel López Obrador, al parecer quieren cruzar el Río Nilo cuando su jefe les diga que apartó las aguas y pasen por ellas, de lo contrario no tienen idea de lo que les depara el futuro. ¡Que pena, de verdad, que pena!