Por mayoría de votos la legislatura 53 desechó hace unas semanas el expediente de juicio político contra el gobernador Graco Ramírez por uso indebido de recursos públicos. No había elementos jurídicos para darle procedencia, dijeron los legisladores al descartar el proceso, porque el fundamento de la denuncia fue un informe preliminar de la auditoría al crédito de 2 mil 600 millones de pesos. Los promotores del juicio no están tranquilos, ya interpusieron un amparo y amagan con presentar otra demanda, ahora por la inseguridad. La historia continúa.
Aunque muchos de los argumentos y pruebas presentadas por los ciudadanos en el expediente del juicio son válidos y debieron ser (al menos) revisados por los legisladores, la fundamentación legal del expediente es mala y ello permitió a los diputados desecharlo con facilidad. Los legisladores no querían lidiar con este tema y la CMMC, al presentar una solicitud tan pobre en lo jurídico, dieron pie a que los políticos la nulificaran.
El problema de la coordinadora morelense de movimientos ciudadanos es que, a pesar de su congruencia, no ha tenido la capacidad de separar sus odios personales de la lucha social que realizan y eso les impide actuar con inteligencia. Dentro de esa organización comienzan a aparecer algunos signos de enfado porque algunos de sus integrantes quieren acaparar siempre los reflectores y parecería que tratan de capitalizar políticamente la batalla.
El triunfo del gobernador en el juicio político es pírrico. Con todo y el desgaste mediático, al tabasqueño le hubiese convenido dejar que el tema procediera para administrar la crisis y no alentar juicios más peligrosos. Al haber desechado esta iniciativa lo único que los diputados y el gobernador lograron fue incrementar el enojo ciudadano y desgastar a los legisladores; a pesar de que el juicio fue desechado, todavía se califica de corrupto al mandatario y ahora también se les llama cómplices a los diputados.
La querella de la CMMC se fundamentó en resultados preliminares de una dependencia que depende del legislativo y obedece al gobernador, por eso equivocaron el camino. En el tema de la inseguridad la cosa es más compleja, pues se trata de un asunto mucho más delicado, a todas luces visible y que no puede ser negado tan fácilmente por la clase política.
Más claro: si alguien arma un buen expediente por este tema y lo fundamente correctamente en lo jurídico, el gobernador podría enfrentar un reto mucho mayor que el anterior y los diputados tendrían que exponerse muchísimo más para cuidarle la espalda al tabasqueño.
· posdata
Las últimas semanas han sido difíciles para el estado. Dos menores de edad secuestrados y recientemente la ejecución de un adulto mayor y su hija frente a los ojos impávidos de su nieta.
El fin de semana volvimos a ver algo fuera de lo ordinario: tres personas fueron asesinadas y metidas dentro de tambos para ser quemadas.
¿Qué está pasando en Morelos? ¿Cómo es posible que todo pase… y no pase nada?
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El video circula en las redes sociales. Ahí se observa hablando al presidente del Congreso de Morelos en medio de un grupo de gente:
“Ya le estoy viendo patas de gallo a quien pudiera ser un gran gobernador o un gran senador… no hay que dejar de apoyar a Julio, hay que estar muy pendientes de él” Francisco Moreno, diputado priísta, en un acto en Puente de Ixtla, refiriéndose al diputado de Nueva Alianza Julio Espín Navarrete.
La fiebre electoral afecta ya a muchos políticos. El futurismo político ha comenzado muy temprano.