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Irónico y provocador, sorteó puyas y descontones

Llegó preparado para todo. Retador de principio a fin. Irónico por momentos, provocador. El gobernador de Morelos, Graco Ramírez, se convirtió en ave de tempestades durante su reunión con senadores y diputados, quienes lo esperaban con todo tipo de cuestionamientos, puyas y descontones.

La reunión de la Tercera Comisión se convirtió en un ring desde el principio. Graco Ramírez enfrentó a legisladores de todos los partidos. Lo mismo de Morena, que del PAN y sobre todo del PRI, quienes le lanzaron varios ganchos al hígado que buscaban doblarlo, pero al final no lo tumbaron.

 

Graco Ramírez exigía la renuncia de Gerardo Ruiz Esparza e ironizaba que lo quieren hacer senador para protegerlo con el fuero a fin de que no pague por su responsabilidad en la tragedia del Paso Exprés.

“No entiendo por qué Ruiz Esparza sigue siendo secretario, a lo mejor lo quieren hacer senador para protegerlo”, ironizaba. En esos momentos el rostro de los priistas se endurecía.

De pronto, el mandatario morelense cambió de sparring y lanzó un “volado” a los morenistas. “O a la mejor se va con ustedes para que lo purifiquen”, volteó la vista  hacia los legisladores de ese partido Miguel Barbosa y David Monreal, en clara alusión a las acciones de Andrés Manuel López Obrador para recibir a personajes en entredicho.

Los senadores Miguel Barbosa y David Monreal de inmediato se pusieron los guantes. Le recordaron su responsabilidad en esa tragedia y su intento por evadir culpas.

Pero fue el diputado priista, José Hugo Cabrera, quien se lanzó con todo contra el mandatario morelense.

“Con su  presencia en la inauguración, que es uno de los puntos más cuestionables, legitimó usted una serie de acciones de las cuales ha estado criticando (…) incluso agradeció al Presidente de la República por ello, le recordó.

“¿Estaría usted listo para solicitar licencia en caso de responsabilidades de su gobierno (…) Será muy lamentable que la historia lo juzgue en ese sentido”, atizó.

Graco Ramírez evadió el cuestionamiento sobre la posibilidad de pedir licencia en caso de que se compruebe responsabilidad u omisión de su gobierno en el rescate de las dos personas que fallecieron, así como los cuestionamientos a su desempeño como gobernador y lo atribuyó a un golpeteo político-electoral.

“Entiendo el momento político, más vale golpear al gobierno estatal y ayudar aunque sea un poquito al secretario Ruiz Esparza o encontrar otro culpable; lo entiendo”, justificó.

Graco salía por piernas de las embestidas de sus opositores. Una a una bateó o simplemente  ignoró las protestas por la inseguridad, extorsiones, secuestros en su estado, pero sobre todo evadió las acusaciones sobre su accionar en la tragedia del socavón y su ausencia por estar en Monterrey y no regresar para hacerse cargo de esa situación.

“La  gente de Cuernavaca exigía la presencia solidaria, comprometida del gobernador del estado”, machacaba el priista.

Durante tres horas, el mandatario morelense se defendió y responsabilizó en todo momento a la Secretaria de Comunicaciones y Transportes de la tragedia en el Paso Exprés.

Así como llegó al Senado, se retiró, resguardado por sus colaboradores ante los cuestionamientos de los reporteros evadió responder si presentaría la denuncia penal respectiva luego de acusar al Ejecutivo  por esta presunta negligencia.

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