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VIDA POLÍTICA

 

TEMIXCO, SECUESTRADO POR LA FAMILIA OCAMPO DOMÍNGUEZ.

 

La presidenta municipal sustituta de Temixco, mal entendió cuál es su función en el ayuntamiento, al tomar el espacio como una empresa personal para darles chamba a sus familiares y los de sus secretario Municipal, Carlos Caltenco.

El cargo que heredó Juana Ocampo Domínguez, que no fue designada por ni por el voto de sus vecinos, ha provocado problemas incluso al interior del Cabildo que sigue sin sesionar adecuadamente.

Como bien lo dijo el escritor y periodista Luis Spota, “dale poder al inteligente y se vuelve soberbio, pero otórgalo al ignorante y se vuelve loco”, en el gobierno de Morelos como en el municipio de Temixco está perfectamente reflejado.

La señora Juana Ocampo Domínguez, quizá fue una excelente luchadora social, sobre todo en la construcción de su municipio pero jamás sobresalió como Florencio “El Güero” Medrano, que además de construir la colonia Rubén Jaramillo enfrentó al Ejército Mexicano y al suprapoder del gobierno de la República, para dar vivienda a miles de familias.

Quizá a doña Juana se le inventó ser una luchadora social, porque era de ese tipo de mujeres (esto dicho con todo respeto y sin homofobias) que solamente salían a gritar a las calles, por pretender sobresalir para beneficio personal, como también pasa en los hombres.

Es doloroso lo que pasó la señora Juana Ocampo Domínguez con la forma de cómo perdió una hija por la que jamás dejará de llorar, ni curará sus penas con una presidencia municipal.

Sin embargo, hoy tiene un cargo en donde puede dignificar el nombre y los apellidos de la que arrasó con el voto de los ciudadanos del municipio de Temixco, con base a un proyecto de trabajo.

Desde que tomó el cargo, Juana Ocampo Domínguez no ha pasado absolutamente nada en Temixco, en otras palabras la inseguridad sigue prevaleciente, no hay gobierno municipal y los servicios municipales siguen peor que su pasado reciente.

Juana Ocampo Domínguez como presidenta municipal sustituta de la localidad temixqueña, solamente ha logrado unir a su pueblo, pero en su contra porque cada vez son más las voces de que ya se ponga a trabajar.

Sin embargo, la edilesa sustituta con su promotor personal y secretario del municipio, Carlos Caltengo, han aprovechado el cargo para introducir a sus hijos, nueras, yernos y demás parentela en una nómina oficial saqueada por el ex presidente municipal (por cierto también del PRD), Miguel Ángel Colín.

Juana Ocampo tiene la oportunidad de recuperar el buen nombre que tuvo su hija con sus vecinos, de hacer un nuevo proyecto de 16 meses para el beneficio de una comunidad saqueada y abandonada por las últimas dos administraciones locales.

Nadie conoció seriamente el proyecto de Gisela Mota Ocampo para salvaguardar los intereses de sus gobernados, pero cuando hay voluntad puede llevarse a cabo lo que los de la “izquierda” llaman gobiernos progresistas, claro no como el de Graco Ramírez porque entonces se robarían hasta la ex hacienda.

El papel de la alcaldesa, es también continuar con la promoción de las denuncias del último saqueador de Temixco y que responde al nombre de Miguel Ángel Nava Colín, quien camina impunemente por las calles de esa localidad y en todo el estado.

A doña Juana nadie le dio un cheque en blanco para hacer del ayuntamiento de Temixco en sus bienes financieros, materiales y del personal para que le hicieran con ellos hasta el pedicure.

La señora, hoy tiene un compromiso el que debe cumplir porque trae un mandato legal, que de no hacerlo hay consecuencias severas y más cuando quien la impuso en el cargo quizá ya no sea ni autoridad y no haya forma de protegerla.

Que se dé cuenta Juana Ocampo que ya dejó de ser quien salía por las tortillas y el pan, ahora es la presidenta municipal encargada por sacar adelante una comunidad ansiosa de ver realmente cambios en sus diversas regiones.

En este punto, también debería entrar el secretario Municipal, Carlos Caltenco, quien debe darse cuenta que su etapa de gritón ya terminó y hoy es autoridad, con muchas obligaciones y responsabilidades.

Al momento, Temixco es un municipio en el olvido, en donde todavía se piensa como las viejas rancherías de los años cuarentas del siglo pasado, donde solamente los familiares tenían derecho de paso y de cobrar piso a los ciudadanos con todos los cargos en las presidencias municipales y gubernaturas.

Casualmente eso pasa en esta administración estatal, donde solamente la familia tiene derecho a opinar y hacer de los recursos públicos riquezas personales y de ahí está el ejemplo de la Casa Blanca en la entidad.

No importa que hayan sido ocho millones, lo importante es que vale más tener a la señora bien atendida que a miles de estudiantes universitarios.

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