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SERPIENTES Y ESCALERAS

Muchas cosas fuera de lo ordinario han ocurrido en el sexenio de Graco Ramírez. El estilo de gobernar del perredista es duro, lo cual ha convulsionado constantemente al estado. Al final del régimen la fuerza del tabasqueño ha bajado sustancialmente y sus enemigos se multiplicaron. ¿Con quién no se ha peleado el gobernador?

A lo largo de cinco años el gobierno de Graco Ramírez se ha caracterizado por actuar de manera insólita. Desde su toma de protesta en la plaza de armas, hasta su enfrentamiento con la universidad, nunca habíamos visto en Morelos un estilo de gobernar como el del tabasqueño. El perredista está rompiendo paradigmas, pero lo hace para mal y de esa manera acabó con la tranquilidad y el desarrollo de nuestro estado. ¿De que tamaño son los odios del gobernador?

Nunca en la historia de nuestra entidad un mandatario se confrontó de manera directa con la iglesia católica ni con la universidad; Nunca antes un gobernador había incorporado en un mismo gabinete a tantos familiares, incluyendo a su ex esposa; Nunca un jefe del ejecutivo viajó tantas veces al extranjero ni solicitó tantos créditos a nombre del estado; Nunca antes un gobernador de Morelos genero un mal humor social tan fuerte, ni fue calificado a nivel nacional como el peor gobernador de todo México; Nunca en Morelos un gobernador persiguió tanto a la prensa y ordenó que en sus ruedas de prensa se prohibieran las preguntas.

Los defensores del mandatario repiten insistentemente que las críticas al gobierno carecen de fundamento y que sólo las hacen cuantos personajes, todos con intereses perversos o afectados en su economía. En este régimen no hay autocrítica, no se aceptan voces divergentes ni se tolera la oposición.

Graco repite en todos lados que su gobierno está bien, que todo marcha en orden y que hay un Morelos antes y otro después de él. Lo dice aquí en sus discursos, lo menciona en México en las entrevistas que contrata y lo afirma en el extranjero en las constantes giras que realiza con cargo al estado.

La voz de Graco choca con la de muchas personas que opinan lo contrario y también con las mediciones sobre nuestra entidad. El tabasqueño afirma que vamos bien y que estamos en el camino correcto, pero las encuestas dicen lo contrario y a él lo colocan como el gobernador peor calificado del país, por debajo de Roberto Sandoval, el gobernador Nayarita que está siendo investigado por malos manejos y vínculos con la delincuencia organizada. ¿Cómo puede Graco Ramírez estar peor calificado que un gobernador a punto de ir a la cárcel?

Personalmente no encuentro sentido a la política del gobernador de Morelos; no entiendo su gusto por pelearse con todos, ni la estrategia de abrir tantos frentes al mismo tiempo. Los cercanos al perredista presumen que el tabasqueño es un hombre rudo, bragado, que gusta del conflicto y se crece ante la adversidad. Puede ser, pero lo que estamos viendo hoy no es un conflicto, sino una catástrofe política que deriva en una calamidad social. Por muy tenaz que sea una persona, es imposible vencer a tantos enemigos a la vez.

El pleito con la universidad puede convertirse en la tumba política del gobernador y en la antesala de su proceso penal. Hoy Graco Ramírez está en su peor momento como gobernador, luce débil, enfrentado con la sociedad de Morelos y también con el gobierno de la república. Al perredista la han ido abandonando sus aliados porque entienden que su camino es similar al de sus homólogos de Veracruz, Quintana Roo y Sonora. Nadie quiere estar a su lado cuando empiece la persecución.

Graco Ramírez ya dejó de ser un aspirante presidencial (su escasa rentabilidad política mató sus pretensiones), ha perdido fuerza en la mesa donde se negocia el Frente Amplio y comienza a volverse un lastre dentro de su propio partido. Como si eso no fuera suficiente, el mandatario se ha confrontado con el secretario de gobernación, con el de Comunicaciones y la semana pasada abrió un frente de ataque con el presidente de la república.

Por los resultados de su gobierno y sus actos como gobernador, Graco Ramírez se ha convertido en el mayor peso que deberá cargar su partido en las elecciones del 2018. En un momento tan complicado como el actual, en lugar de moderar su estilo de gobernar y dominar su carácter, el perredista ha endurecido su estilo de hacer política y unido a sus detractores.

¿Cómo piensa Graco Ramírez ganar una batalla contra tantos frentes? ¿De qué manera supone que puede salir victorioso del enfrentamiento con la universidad? ¿Quién le dijo que afectando a los trabajadores y poniendo en riesgo la educación de los alumnos doblaría a los universitarios? ¿No se da cuenta que lo único que está logrando es aumentar el descontento de la gente hacia su gobierno y como consecuencia hacia su partido?

El tiempo corre en contra del gobernador Graco Ramírez. Continuar peleándose con todos lo único que provocará es que el estado se convulsione y que él se coloque en un escenario similar al de Javier Duarte.

¿No lo ha pensado?

  • posdata

Si el rector ha cometido actos irregulares debe ser procesado conforme a la ley, pero hasta ahora ninguna de las instancias que han revisado sus cuentas ha emitido una sentencia definitiva, ni formulado una imputación directa.

La demanda misma del gobierno estatal, presentada por el secretario de hacienda, parte de la presunción de un desvío de recursos, pero no presenta algún elemento concreto que amerite actuar legalmente contra Vera.

Más aún: suponiendo que el rector hubiese cometido actos fuera de la ley, hay canales legales y administrativos a través de los cuales debe actuar el gobierno; ninguno contempla retener el dinero para pagar a los trabajadores o poner en riesgo las clases de los estudiantes.

No hay fundamento jurídico que soporte lo que está haciendo el gobernador contra la universidad. Es más: políticamente se trata de un despropósito que lo único que ha logrado es enrarecer el ambiente social y agudizar el sentimiento de odio contra el gobierno estatal. Los ciudadanos pueden aceptar que se actúe en contra del rector (si es que cometió alguna falta), pero nunca consentirán que por un desquite político se lastimen a trabajadores y alumnos.

Insisto: esta batalla la va a ganar la universidad. No hay forma de que sea diferente, porque en ningún escenario es factible que se permita la quiebra de una universidad pública y se deje en el desamparo a más de 40 mil alumnos y miles de trabajadores.

Si hubo faltas en el manejo administrativo de la UAEM, hay instancias a las que les corresponde actuar; ninguna de ellas es el gobierno del estado. Más aún: si a Graco Ramírez tanto le interesa velar por la transparencia de los recursos públicos y la moralidad en las instituciones, debería exigir con la misma firmeza que se aclaren las cuentas del congreso, donde su pupilo Francisco Moreno Merino desvió más de quinientos millones de pesos.

Retener el dinero de los trabajadores universitarios fue un gravísimo error de cálculo del gobernador Graco Ramírez. Incluir en esta pelea a la esposa del rector es una decisión equivocada e infame que traerá como consecuencia una respuesta en el mismo sentido.

¿No hay alguien capaz de llamar a la prudencia en este estado?

  • nota

Yo no conocía a la esposa de Alejandro Vera, hasta la vi en las redes sociales el lunes por la noche. Sabía de su existencia, de su trayectoria profesional y de la pasión que siente por su familia; nunca antes la había visto, ni tampoco escuchado.

La firmeza con la que se expresa la doctora María Elena Ávila me provoca sentimientos encontrados. Me causa empatía la defensa que hace de los suyos, de su familia, de su vida privada, de sus creencias y de su patrimonio; comparto su enfado ante una serie de ataques sistemáticos de origen político que nunca debieron llegar al seno familiar, ni atentar contra la estabilidad de quienes nada tienen que ver con la vida pública ni la política.

Reitero mi postura: si en su calidad de rector de la universidad de Morelos Alejandro Vera ha cometido actos fuera de la ley, debe ser procesado a través de las instancias correspondientes y bajo las leyes que nos rigen a todos. Su familia nada tiene que ver en un pleito político que está utilizando a las instituciones como armas y a la comunidad universitaria como rehén; maestros y alumnos no pueden quedar en medio de una reyerta que raya en la locura y está colapsando nuestra máxima casa de estudios.

Cada quien puede sacar sus conclusiones tras ver el video de la doctora Ávila; a mi me parecen congruentes sus dichos y creíble su versión. ¿Es imposible que un matrimonio de profesionistas que ha trabajado toda la vida pueda acceder mediante un crédito a una vivienda mejor? ¿Cuántos funcionarios menores de este gobierno, como Andrik Ruíz de Chávez, Sergio Beltrán Toto, Alberto Barona o Jorge Meade González se han hecho millonarios de la noche a la mañana al amparo de la administración actual? Todos ellos, por cierto, tienen más propiedades y de mucho mayor precio que la que le critican a la esposa del rector.

Atentar contra los derechos de los trabajadores universitarios y poner en riesgo la educación de más de cuarenta mil estudiantes es un grave error político y un acto inmoral que no puede ser justificado de ninguna forma. Meter a la esposa del rector al pleito político entre el ejecutivo y la UAEM abre la puerta para que esa misma estrategia se siga en sentido contrario; al fin y al cabo ambas damas acaban de comprar casa.

Mi reconocimiento a la doctora María Elena Ávila, es una mujer inteligente, congruente y valiente.

  • post it

El tercer y último periodo de sesiones de la cámara de diputados arrancará con una agenda social y política muy complicada. Los integrantes de la actual legislatura cargan un desgaste social como ninguna otra, se han convertido en sinónimo de corrupción y constantemente están envueltos en escándalos económicos, sociales y personales.

No todos, hay que aclararlo, son culpables de esta situación; en el parlamento hay algunos personajes que se han mantenido al margen de escándalos, que no han dejado de trabajar en las calles ni de atender a la gente. Otros, en cambio, llegaron al cargo sólo a hacer dinero y a servirse del poder sin importar traicionar sus convicciones ni entregar su dignidad; un ejemplo claro es Paco Moreno; otro es Julio Yáñez.

El 01 de septiembre inicia la cuenta regresiva de la actual legislatura y el arranque será interesante por muchas razones; hay que estar atento al posicionamiento de cada partido para entender cuál será su agenda del año electoral y cómo se acomodarán el rompecabezas parlamentario.

Internamente tienen que definir cómo quedará la mesa directiva: si no hay acuerdo, Bety Alatriste continuará al frente, pero ello descartaría cualquier posibilidad de alianza entre el PRD y el PAN en Morelos; entregar esa posición a Acción Nacional sería una apuesta muy grande de parte del PRD, porque pondría un órgano de control muy importante en manos de sus opositores.

Hacia el exterior hay varios temas que llaman la atención, empezando por la universidad. Ese asunto ya dividió opiniones al interior de la cámara y puede ser un punto de quiebre en la frágil estabilidad parlamentaria. Si el congreso aviva el fuego, el desgaste será enorme y trastocará el capital político de los diputados; si la cámara promueve el encuentro entre las partes (gobierno y universidad) y apuesta por el respeto a los derechos de los trabajadores y alumnos (el rector es cosa aparte), los legisladores ganarán puntos frente a la sociedad.

Muchas cosas hay que ver en el congreso en este último año de trabajo legislativo. Para algunos la cámara será la plataforma desde la cual avanzarán a nuevas posiciones; para otros es la tumba política y la razón de un descrédito social de por vida.

La razón de un congreso es simple, aunque se ha olvidado: equilibrio de poderes.

La pregunta sigue vigente ¿Dónde está el dinero?

  • redes sociales

No recuerdo un momento similar en la historia de nuestro estado. Vamos, no recuerdo algo así en la historia de nuestro país.

¿Alguien sabe si antes de Graco Ramírez algún otro gobernador mexicano en funciones acusó al presidente de la república (en funciones) de ser cómplice de un crimen?

Comentarios para una columna sonriente:

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