30 de Agosto de 2017
I. Los malos modos. Tras endurecerse el tono de las negociaciones del TLCAN debido a las posturas irrefutables de Donald Trump, presidente de EU, y el amago de que el tratado finalice, Larry Rubin, presidente de la American Society of Mexico, aseguró que Trump tiene una estrategia fuerte de renegociación del TLCAN; sin embargo, la modernización del acuerdo no corre peligro. “No podemos esperar menos de Trump. Siempre ha sido así en sus negocios”, dijo. Aquí, sin embargo, sí se toman las cosas en serio. El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, contestó que la negociación no se define en Twitter. México está preparado para cualquier escenario. La economía mexicana ha entendido que una negociación no se resuelve en 140 caracteres. Firmeza, señores, o se los come el lobo.
II. Aliada. Roberta Jacobson, embajadora de Estados Unidos en México, participó en la firma del Acuerdo Suma de Voluntades para la Profesionalización y Certificación de Operadores y Comunicadores del Sistema de Justicia Penal, donde aseguró que “en unidad, ambos países somos fuertes”. Esto, señalado un día después de que Donald Trump asegurara que México terminará pagando el muro fronterizo. Relaciones Exteriores puntualizó que México no pagará un solo peso por la construcción de un muro en la frontera entre ambos países y que el gobierno de nuestro país se mantendrá de forma seria y con responsabilidad en la renegociación del TLCAN. En este caos internacional, el apoyo de Jacobson es aire fresco: oasis, esperanza. Bien, dama que domina la diplomacia.
III. Confiado. Enrique Ochoa Reza, líder nacional del PRI, aseguró que el triunfo de su partido en 2018 será garante de estabilidad social y económica para el país “frente a los riesgos del populismo autoritario”. Añadió, “a partir del 4 de junio tenemos datos económicos muy alentadores, crecimiento en el empleo, un registro de crecimiento económico del 3%, primera vez que se registra eso desde el 2013... El mundo está volteando a ver a México con confianza”. Por otra parte, afirmó que el PRI no le entra al pleito con el PAN de Ricardo Anaya, a quien calificó como “un niño chillón”. ¿Y pretende que no le respondan?
IV. Estamos perdidos. Cuatro integrantes del grupo delictivo La Unión fueron liberados por el Tribunal de Enjuiciamiento, pese a que fueron atrapados minutos después de cometer un homicidio. El 12 de marzo, los hombres balearon a los trabajadores de la pulquería La Elegante, ubicada en la calle Florencia, luego de que les impidieron entrar a vender droga. Cinco meses después mataron al cadenero del bar y dejaron lesionados a dos empleados de seguridad, el juez consideró que la PGJ no aportó las pruebas suficientes. Les encontraron armas y fueron reconocidos por testigos, pero el juez José Aviña ordenó su libertad. Que los testimonios “se contradijeron”. Huecos legales... a seguir delinquiendo.
V. ¿Más? Alejandro González Murillo, coordinador de los diputados del Partido Encuentro Social, debe andar perdido. Al iniciar su reunión plenaria, anunció que su bancada será una piedra en el zapato en esta última parte de la Legislatura y presionará para que se haga una reforma al sistema de pensiones, pese a que se deban tomar medidas difíciles e impopulares. Aseguró, además, que la guerra que le declaró Ricardo Anaya al PRI paralizará al Poder Legislativo. Existe una lista de espera de leyes y reformas que urgen al país y, dijo, “se me hace verdaderamente irresponsable... los problemas y necesidades de este país son los que se estancan y ellos se siguen encaminando por sus intereses”. El pasmo legislativo lleva meses. Este distanciamiento y los obstáculos del PES son sólo la cereza del pastel. Que sufra México.