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SERPIENTES Y ESCALERAS

 

Lo que estamos viviendo en Morelos es muy similar a lo que se vivió en otras entidades cuyos gobernantes se confrontaron social y políticamente. A nadie conviene que el cierre de administración sea convulsionado porque eso nos afecta a todos, pero no hay otra: el último año del régimen perredista será muy difícil y habrá consecuencias para quienes están al frente de las instituciones.

 

El final de sexenio del gobernador Graco Ramírez será el más complejo de la historia reciente en nuestro estado. La suma de conflictos en la agenda estatal y los eternos pleitos entre actores de poder no dejan duda de que los siguientes meses serán muy difíciles para todos. El perredista llega al último año de su mandato peleado con la iglesia, con la universidad, con el ayuntamiento capitalino, con los grupos sociales, con el magisterio… y por si fuera poco también con la federación. La prudencia ha estado ausente a lo largo del régimen.

Muchas circunstancias se han conjugado para dar como resultado el clima hostil que se respira en el estado. Los conflictos políticos y la problemática social acabó con la tranquilidad de un lugar que antes era refugio para descansar y de unos años a la fecha se ha convertido en escenario de innumerables incidentes delictivos, hechos de violencia y problemas sociales.

Hay un aspecto que merece un análisis aparte en lo que estamos viviendo: el enojo ciudadano. Morelos está convulsionado y el odio hacia los gobernantes es una constante muy peligrosa; la clase política se ha desprestigiado, los partidos carecen de representación y las instituciones han perdido credibilidad. El resultado es una población molesta con los hombres y las mujeres de poder, desconfiada del gobierno y enfadada con quienes llevan las riendas de las instituciones.

Todo esto rodea a una administración perredista que no ha podido entenderse con la sociedad, que sigue metida en conflictos mediáticos y arrastra problemas de fondo en varios sectores. Graco Ramírez nunca debió confrontarse con la iglesia ni con la universidad, tampoco tenía necesidad de distanciarse de la secretaría de gobernación, ni de enfrentarse al titular de comunicaciones y transportes. Menos aún debió culpar al presidente de la república de un doble homicidio culposo, ni hacer pública una charla privada con Enrique Peña Nieto.

No es conveniente que el estado este sumergido en un ambiente tan enrarecido; a nadie beneficia que nuestra entidad sobresalga como un lugar en donde todo ocurre y su administrador (el gobernador) tenga la peor calificación de todo el país. Detengámonos en este último punto:

En Morelos hay serios problemas de inseguridad y violencia, pero aún estamos lejos de vivir situaciones tan alarmantes como las que se presentan en Veracruz, Tamaulipas, Chihuahua, Sinaloa, Michoacán, Nayarit o Guerrero. Nuestros índices delictivos están por encima de la media nacional, pero no alcanzan niveles como los de Acapulco o el norte de la república. ¿Entonces porqué nos vemos y nos sentimos tan mal?

Pongamos las cosas en perspectiva: en este momento cuatro gobernadores enfrentan escenarios de crisis:

Héctor Astudillo, de Guerrero, tiene su entidad sumergida en severos problemas delictivos, cada día se registran asesinatos a plena luz del día y las propias autoridades se han convertido en blanco del narcotráfico. A la par está el rezago económico, la corrupción y la incompetencia de una administración que no ha podido regresar la paz a la gente, ni la estabilidad a las finanzas del estado.

Manuel Velasco, de Chiapas, es otro mandatario con serios problemas de operación política y administración pública. Aquella entidad está rezagada en casi todos los rubros, registra altísimos índices de violencia y lo agobian delitos muy graves como la trata de persona. El gobierno está confrontado con el magisterio y al gobernador le adjudican serios actos de corrupción. La frivolidad y la torpeza son aspectos que caracterizan a Velasco.

Miguel Ángel Yunez, de Veracruz, ha demostrado que no es lo mismo prometer que gobernar. En campaña el abogado ofreció que metería a la cárcel a su antecesor y un año después sigue con la misma cantaleta. El puerto estaba mal con Javier Duarte y está peor con Yunes; los índices delictivos en aquella entidad se dispararon con el nuevo gobierno y los crímenes, la corrupción y la falta de desarrollo siguen latentes como en la era de Javidu.

Roberto Sandoval, de Nayarit, tiene un pie en la cárcel. El nayarita enfrenta un escenario terrible: su ex procurador está preso en los Estados Unidos acusado de tener vínculos con el narcotráfico y él es investigado por diferentes instancias nacionales y extranjeras por el mismo delito; recientemente le documentaron la desviación de más de mil quinientos millones de pesos del erario y comienzan a ser públicas sus nuevas propiedades. El priísta ya no tiene margen de maniobra, está acorralado y muy probablemente será detenido el día que entregue el cargo.

Valga el recuento anterior (y faltan hay otros) para poner en contexto lo siguiente: en Morelos no están ocurriendo aún cosas tan graves como en otras entidades, pero Graco Ramírez está calificado como el peor gobernador del país; la mala imagen del tabasqueño supera a la de mandatarios que tienen conflictos mucho más delicados que los de aquí. ¿Por qué? Simple: por su carácter y estilo de gobernar.

El gobierno estatal niega la realidad, no acepta que su desgaste es enorme y que el enfado de la gente no tiene precedente; el tabasqueño insiste en vivir en una burbuja y supone que todos están equivocados, excepto él. El problema podría quedarse en lo personal, en la percepción de un hombre al que no le interesan otras opiniones y le tiene sin cuidado el qué dirán, pero no es así porque se trata de un gobernador y sus actos impactan la marcha de todo un estado y el futuro de su partido. El enojo de la gente no es producto de la casualidad.

No se trata de calificar mal al gobierno de Graco, sino de reflexionar lo que está sucediendo en la entidad y lo que puede venir en materia política. No es lo mismo que el gobernador tenga diferencias personales, políticas o de opinión con algunas personas al arranque de su mandato, que mantener pleitos con muchos sectores sociales y el gobierno federal a unos meses de que concluya su administración.

El gobernador de Morelos puede insistir que todo está bien y que no hay nada que corregir, puede prolongar el estilo peleonero e intentar evadir la realidad controlando los medios de comunicación a su alcance. Lo que ya no puede hacer es recuperar el tiempo perdido ni engañar a una población que superó al estado, que rompió el cerco informativo a través de las redes sociales y se informa más allá de los comunicados oficiales.

Lo que tendría que hacer Graco al final de su sexenio es tratar de recomponer las cosas, dejar de pelearse, conciliar intereses y con ello ayudar a que su partido llegue de mejor manera la elección del próximo año.

El problema de fondo para el perredista no es lo que vive hoy desde la silla de gobernador, sino lo que derivará de su conflicto con el presidente de la república y enfrentará sin fuero.

Para que la federación actúe se requieren condiciones sociales. En Morelos las hay.

  • posdata

Hoy inicia el tercero y último periodo de la actual legislatura. La agenda política es interesante y la social incluye temas muy delicados.

En la sesión solemne los partidos fijarán una postura; será interesante ver lo que dice cada grupo parlamentario y de qué manera abordan temas de interés público y de coyuntura social como la inseguridad, la universidad y el desfalco legislativo.

Los dos primeros años han sido de mucho desgaste para el congreso y sus integrantes; el tercero puede ser la oportunidad de enderezar el camino para afrontar el reto de una nueva elección.

  • nota

Otra vez aparecen en redes sociales documentos que exponen la compra de propiedades de parte de funcionarios del gobierno estatal; ahora tocó el turno a la secretaria de turismo.

Es sintomático como se filtran papeles que, en teoría, deberían ser privados y tendrían que estar resguardados por un notario, pero están a la vista de todos en Facebook y Twitter.

Dos cosas se conjugan en esta historia: 1- Muchos funcionarios andan estrenando casa y 2- Al fedatario se le están escapando los documentos de sus clientes.

  • post it

El alcalde de Amacuzac fue extorsionado por la delincuencia organizada y obligado a pagar una cuota a Los Rojos; son 13 los presidentes municipales que enfrentan esa misma situación, dijo el comisionado de seguridad luego de la difusión del video.

Hace una semana Jorge Toledo presentó la denuncia correspondiente y solicitó a las autoridades federales que entraran a su municipio a coadyuvar a las labores de seguridad. Antier su secretario particular fue ejecutado al salir de su casa.

¿Qué está pasando en Morelos?

  • redes sociales

A propósito del enrarecido clima que vivimos en Morelos, retomo un interesante comentario publicado en el muro de mi querido amigo Mauricio Vega Chavaje, brillante abogado y experto en seguridad:

“Es una preocupación latente para todas aquellas autoridades que son amenazadas por grupos de la delincuencia en el Estado; aun y cuando en otras latitudes de país suceda algo similar, en Morelos se empeñan en seguir tapando el sol con un dedo. Resulta contundente en los hechos y no en las declaraciones lo que ya sabía, SI, ¡LO QUE YA SABÍAN!

En diversas ocasiones se declaró que había alcaldes amenazados por el crimen, algunos obligados otros a colaborar o brindar "facilidades" y posiciones a esos grupos transgresores de la ley. Hoy una amenaza del 2015 se materializa después de divulgar un video (quien sabe quien y quien sabe con que propósito); a los ojos de la opinión publica resulto muy ilustrativo como son las cosas en los municipios que son víctimas de este mal endémico.

Las autoridades se niegan por sistema a aceptar una realidad para mantener una teoría de seguridad, un discurso oficial que defiende a ultranza un Modelo policial que aun no termina de cuajar, pero goza de un amplio y costoso marketing.

Hoy un Presidente Municipal que fue amenazado, arrodillado y obligado a colaborar; días después renunció a su encargo por el temor fundado que corre su integridad física y la de su familia luego del homicidio de su secretario particular.

Lejos de preguntar o pensar lo evidente, el sentir de muchas personas es: Si las autoridades del estado ya lo sabían ¿Qué hicieron?

El esfuerzo por lograr una paz social debe ser enorme y de alto riesgo, al menos así debe ser. ¿Será que se esta dejando la prevención por la persecución?

Ojala no sea así.

  • es viernes

Hay música, hay poemas, hay imágenes, hay pinturas, hay esculturas y hay modos de hablar que propician el encuentro amoroso.

Alguien dijo que la belleza es el resplandor de la verdad.

Si al ser amado le ofreces verdad y belleza sazonadas con ternura y amor, el encuentro se cumplirá.

No lo olvides: Hoy toca.

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