El septiembre de 2018, cuando acuda por última vez a informar del estado que guarda la administración pública, ya se conocerá el nombre de su sucesor.
De ahí, y con el afán de hacer la más palmaria demostración de avances, la estrategia de profusa difusión de las acciones del gobierno federal diseñada para esta ocasión: mensajes transmitidos en todos los medios electrónicos y redes sociales, desplegados en los impresos y una página electrónica diseñada exclusivamente con referentes estadísticos, gráficos y explicativos, entre otros recursos, se han dispuesto para este penúltimo Informe.
El año pasado, con la impronta de la accidentada visita a Los Pinos, un día antes, del entonces candidato Donald Trump, Peña Nieto ensayó un método insólito para transmitir su mensaje. Convocó a un encuentro con jóvenes de todo el país y diversas ocupaciones para sostener un diálogo nocturno en Palacio Nacional y con ellos abordó temas incluso más allá de la exposición de las políticas de gobierno.
El mismo día, encaró las críticas y asumió la responsabilidad por la decisión de haber recibido al empresario republicano. Una de las primeras consecuencias de ese hecho ocurrió sólo una semana después con la salida de Luis Videgaray Caso de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Cuatro meses después, lo nombró al frente de la cancillería
Con el triunfo del republicano y su empecinamiento de construir un muro a lo largo de la frontera sur de Estados Unidos y reclamar a México el pago del mismo, el gobierno de Peña Nieto inició una complicada relación con la Casa Blanca a finales de enero de este año.
A partir de ahí las relaciones bilaterales se han llevado más en el plano de los encuentros entre funcionarios de los respectivos gabinetes, si bien ambos presidentes se vieron en Alemania a finales de junio pasado.
Al inicio del año, en el plano interno, el gobierno federal encaró la inconformidad generalizada ante su decisión de aumentar, y posteriormente liberalizar, el precio de las gasolinas. A propósito de esta medida hubo brotes de desorden y saqueos en varias partes del país.
Ante un panorama que el propio presidente Peña asumía como incierto y preocupante, convocó a los sectores productivos y sociales a suscribir un Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar.
De este instrumento han derivado medidas de contención y de búsqueda de estabilidad de precios en bienes y servicios. Y es a éste, así como las reformas económicas y a una disciplina en materia de finanzas públicas, que el gobierno federal atribuye hoy un panorama de estabilidad económica y crecimiento.
Sin embargo, si bien se reporta en el sexenio una creación de fuentes de empleo que se ubica en 3 millones, la inflación a julio llegó a 6.44 por ciento, frente a una meta diseñada por el Banco de México de 3 puntos. El año pasado ese indicador fue de 2.3 por ciento, la más baja en la historia del país desde que se tiene registro.
En tanto, la deuda pública equivale hoy a más de 50 por ciento del producto interno bruto (PIB), con un total de 9 billones 268 mil 485 millones de pesos, mientras que en diciembre de 2012 el total de las obligaciones crediticias del sector público era de 5 billones 890 mil 846 millones de pesos.
Así, este sábado, acompañado por los integrantes de su gabinete y representantes de sectores sociales, empresariales y políticos de diversas procedencias, incluidos los gobernadores, Peña Nieto hará un balance de su trabajo en el último año y trazará lo que se propone acometer en el último tramo de su sexenio.
Tras esa ceremonia, partirá a una gira por dos ciudades de China: Xiamen y Hangzhou. Regresará a México el miércoles 6.
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