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SERPIENTES Y ESCALERAS

 
El enfado de la gente está de manifiesto contra todos los políticos. No hay un partido, ni Morena, que esté a salvo de la desconfianza ciudadana, aunque algunos, como el PRD o el PRI, cargan el mayor peso del desprecio social. la estrategia para ganar la próxima elección debe ir en dos vías: social y política. Si los enemigos del régimen se unen, el refrendo del triunfo será muy complicado.

 

Tres problemas enfrenta el gobierno de Morelos y su partido rumbo al proceso electoral del 2018: inseguridad corrupción y credibilidad; estos aspectos enrarecen el ambiente, radicalizan posiciones y complican la sucesión. Los temas delictivos y de violencia acompañan a Graco Ramírez desde el primer día de su administración: ejecuciones, balaceras, secuestros, el asesinato de una alcaldesa y la muerte violenta de muchos ciudadanos, incluyendo niños, están presentes a lo largo y ancho del territorio. No es que el perredista tenga la culpa de ello, pero la seguridad es responsabilidad del estado y el tabasqueño prometió resolver la crisis en 18 meses.

Es probable que dentro del equipo de gobierno y en el cuarto de estrategia del partido de la Revolución Democrática no se den cuenta del tamaño del problema que tienen enfrente. Quizá a la vuelta del tiempo la acumulación de conflictos y voces críticas han provocado el endurecimiento de la piel y consecuentemente el distanciamiento de la realidad.

El problema es que el escenario está ahí: la gente se encuentra enfadada porque no ve mejoría en las cosas, porque constantemente ocurren incidentes de violencia que les roban la paz y escuchan actos de corrupción que quitan confianza en las instituciones. A los políticos, principalmente a los del PRD y sus aliados, esto les pega de lleno, afecta de lleno sus escenarios y pone en riesgo su triunfo electoral.

Del lado del partido amarillo hay una labor incesante en todo el estado; el dirigente lleva muchos meses trabajando rumbo al 2018: arma estructuras, incrementa la militancia, jala liderazgos y suma personajes a la cartera del Sol Azteca; no hay ningún otro dirigente de partido que tenga la movilidad de Rodrigo Gayosso, pero tampoco existe otro partido en la entidad con un desgaste tan grande como el que carga el PRD como consecuencia del ejercicio de gobierno de Graco Ramírez.

Es este último punto el que está aniquilando la posibilidad de un refrendo electoral. La suma de conflictos en el estado cargados a la bolsa del jefe del ejecutivo se han convertido ya en bandera electoral de muchos partidos y actores de poder y sobre todo, se vuelven en el punto de unión entre aspirantes y sociedad.

El trabajo que está haciendo el PRD en las calles no lo hace ninguna otra institución política, pero este esfuerzo no alcanzará a los perredistas si desde el gobierno continúa la estrategia de confrontación. Por mucho que amplíen el padrón de militantes y crezcan su estructura, el enojo social puede ser mayor y determinante para que el esfuerzo de varios meses en la calle se anule.

Hay muchos ejemplos que tomar para comprobar que la estructura y el dinero no alcanzan para ganar una elección cuando en enfado social es demasiado. Sucedió en entidades como Veracruz, Quintana Roo, Guerrero o Chihuahua y pasó en Cuernavaca en el 2015. Si la estrategia electoral del PRD no toma en cuenta este factor y asume que sólo con recursos, estructura y movilización será suficiente, se pueden llevar una desagradable sorpresa.

Cualquiera se da cuenta que el enfado social contra la clase política es muy grande en México y sabe que está presente en Morelos. No hace falta ninguna investigación para comprobar que la calificación del gobierno que encabeza Graco Ramírez es reprobatoria, ni para entender que este enojo se trasladará a las propuestas electorales que lance su partido en el 2018. La pregunta es simple ¿Qué hace el PRD ante tal escenario?

Los anti perredistas tienen un discurso sencillo: cuestionar a Graco. El caldo de cultivo está a la vista, la molestia por los constantes hechos de violencia y los ofensivos actos de corrupción ofrecen a la oposición un discurso muy cómodo y redituable que, además, ya ha comprobado su efectividad en otras elecciones. Quienes enfrenten a los candidatos amarillos tendrán un esquema muy fácil: aprovechar el enfado social y enfocar sus baterías contra el tabasqueño.

Otro elemento salta en el panorama solaztequista: el partido ha canalizado sus baterías en la estructura, en las calles y con la gente; sigue un camino lógico, inteligente, pero no está atendiendo el cada vez más adverso ambiente político que se está gestando. Explico: el trabajo de base es muy importante, pero también lo es recomponer el ambiente político previo a la elección.; uno a uno es posible, aunque muy difícil, que el PRD pueda superar a sus adversarios, pero si el discurso y los criterios de la oposición se unifican en contra, no hay manera de que el perredismo salga adelante.

Una cosa lleva a la otra: el PRD está jugándose todo en Morelos en la próxima elección, sus adversarios han comenzado a dialogar, están tomando acuerdos y definiendo un mismo discurso de campaña. En el PAN, en el PRI, en Morena y en el PES están pactando un enemigo en común y estructurando un plan de ataque desde diferentes frentes que no sólo hará imposible su contención social y política, también abre la enorme posibilidad de que el próximo gobernador, sea quien sea, lleve a juicio a Graco Ramírez.

La que viene no será una elección sencilla, ni tampoco se puede enfrentar con inocencia o romanticismo; los conocedores del tema saben que hoy la gente escucha a los políticos, atiende sus llamados, les aplaude, recibe los apoyos, pero se reserva el derecho de votar al final por quien quiere; suponer que ahora va a ser diferente sólo porque les aplauden en los mítines, es negarse a ver la realidad.

Nada está escrito todavía; ningún candidato o partido pueden cantar victoria por anticipado, ni tampoco se puede ni debe descalificar a ningún rival. Los que vienen son meses intensos, estratégicos, que pueden ser claves en la definición de un proyecto ganador con alianzas de largo plazo.

La clave, insisto, es que el gobierno entiende sus puntos débiles, los corrija y sobre todo, cambie de actitud.

  • posdata

El discurso se ha vuelto coincidente en varios aspirantes al gobierno del estado; algunos de manera textual anticipan que meterán a la cárcel a Graco.

Lo ha dicho el alcalde de Cuernavaca Cuauhtémoc Blanco “Yo no me tiento el corazón, tengo los pantalones bien puestos, por eso me tienen miedo, porque tienen cola que les pisen. Voy con todo y meteré a la cárcel a Graco”

También lo afirmó el diputado federal panista Javier Bolaños: “Ningún gobernador en ninguna parte de la República se ha enemistado y confrontado con la iglesia y su obispo, con el poder legislativo y su universidad… Daremos repuesta a aquellos que han sido lastimados en su integridad producto de la tremenda inseguridad que padecemos, respuestas también a quienes han visto disminuir su patrimonio por la falta de oportunidades y porque el presupuesto estatal no llega porque se lo embolsan unos cuantos. La respuesta a todos ellos es que habrá justicia: los que nos tienen como nos tienen la van a pagar, no se van a ir tranquilos, van a devolver lo que se embolsaron y los vamos a llevar ante la justicia federal, ¡de eso que no les quede ninguna duda!”

Lo dijo el legislador federal priísta Matías Nazario: “La herencia de este Gobierno será un Estado endeudado, en manos de la delincuencia, con altos índices de violencia, sin oportunidades para los jóvenes, en parálisis económica, con escándalos de corrupción gubernamental y una sociedad carente de paz y cohesión social, agraviada por el cinismo y la desvergüenza. El negro legado será una estela de corrupción que no puede de ninguna manera quedar impune! Cuando la soberbia se apodera del gobernante, se traiciona la confianza ciudadana, se hace mofa del sentir de los morelenses, se corrompe a las instituciones y se abusa del poder para el enriquecimiento personal. ¡No puede haber ni perdón ni olvido! Estaremos pendientes para que con el Juicio de la historia llegue también el juicio de los tribunales, para que tanta ineptitud y corrupción no queden impunes y se aplique la Ley con todo rigor”.

Y lo comentó también la legisladora perredista Lucía Meza: “Es fundamental que como clase política tengamos la capacidad de la autocrítica; es imperativo identificarnos nuevamente con la sociedad a la que le hemos fallado; ver de frente a los ciudadanos desde una curul, desde una senaduría, desde la comodidad del escritorio de un gobernador o de un presidente municipal es imposible si no dejamos de lado la corrupción, el tráfico de influencias y el enriquecimiento ilícito a costa del poder.  Morelos vive momentos difíciles, son sexenios enteros en los que no hemos visto la luz del desarrollo; ni el centro, ni la derecha y con profundo pesar lo admito, ni la izquierda, han logrado darle un rostro diferente y mejorar a nuestro querido estado”.

Los que saben dicen que en política no hay coincidencias.

  • nota

El lunes al medio día la Comisión Estatal de Seguridad difundió un video en donde aparece el recorrido del empresario Rafael Arámburu el día que se reportó su desaparición en Cuernavaca.

La narración corrió a cargo del propio comisionado de seguridad, quien puntualmente detalló el recorrido del abogado desde que salió de un restaurante en Cuernavaca hasta que se perdió del alcance de las cámaras en los límites con el Estado de Guerrero.

Con estas evidencias se descarta de manera contundente que el propietario del Restaurant Jardín Cuernavaca haya sido víctima de un secuestro; las imágenes lo muestran a bordo de su auto, en compañía de una dama, sin ningún tipo de presión o amenaza externa.

Dos cosas llaman la atención del video:

1-     A pesar de lo contundente de la evidencia, una parte importante de la sociedad no cree en la verdad oficial y reclama al gobernador el asesinato de Arámburu. Para muchos estas pruebas no restan culpa a Graco Ramírez, ni aminoran el enfado en su contra. Conclusión: la desconfianza y el rechazo contra este gobierno es mayor al que muchos pensábamos.

2-     Los videos captados por las cámaras de seguridad del gobierno del estado forman parte de la investigación para determinar los hechos y detener a los culpables del crimen. Hacer públicas estas evidencias viola la secrecía que por ley debe tener una investigación y demuestra el nivel de preocupación (o irresponsabilidad) de un régimen al que no le importa actuar fuera de la ley para hacer valer su verdad. Con todo y video, el enojo de la gente contra el gobernador no disminuyó, por el contrario, aumentó.

 Las dos cosas son terribles.

  • post it

¿Cómo estará la penúltima ceremonia del Grito de Independencia del gobierno de Nueva Visión?

¿Habrá vallas? ¿Habrá gritos?

  • redes sociales

El problema de confianza y percepción hacia el gobierno del estado es terrible y quedó confirmado con el asesinato del empresario restaurantero. Los elementos de prueba que mostró el estado son contundentes, dejan sin responsabilidad al gobierno de Graco Ramírez y eliminan por completo la hipótesis de que Rafael Arámburu fue víctima de un secuestro, como se comentó en algún momento.

A pesar de ello la opinión pública es adversa, los reclamos a la autoridad local son fuertes y la culpa del crimen se la achacan al mandatario perredista. De ese tamaño es ya el sentimiento en contra del régimen y la desconfianza en nuestras autoridades.

Eso no conviene a nadie.

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