AXOCHIAPAN.- La comunidad de Quebrantadero, en Morelos, perdió sus tres escuelas, su iglesia, viviendas… y la confianza en todos los niveles de gobierno. Con el sismo del pasado 19 de septiembre, se convirtió en el epicentro de la ayuda humanitaria.
En esta localidad, a 5 kilómetros del epicentro del sismo, diario se reciben toneladas de víveres, para que sean distribuidos equitativamente a comunidades que necesitan ayuda urgente en Guerrero, Puebla y Morelos.
Ni partidos ni funcionarios públicos son bienvenidos. Lo que no pueda ser entregado hoy, será en un par de semanas, cuando se pueda.
“Nosotros dijimos que contribuiríamos a generar un centro de acopio que vaya de mano en mano, de pueblo a pueblo, de comunidad en comunidad… aunque fuera más lento”, advierte Ángel Ortega, coordinador del centro de acopio Quebrantadero.
La localidad ha desplazado ayuda a 11 comunidades donde el gobierno federal, el estatal y el municipal pasaron, pero se siguieron de largo.
El caso tangible es Amayuca, una comunidad del municipio de Jantetelco. Afectadas, 700 viviendas, el 35 por ciento de ellas se redujo a escombros. La ayuda de Quebrantadero llegó primero.
“El Ejército llegaron como cuatro elementos, del SMN, y sí han venido, doctores, pero nada más vinieron un día y ya”, dijo a El Financiero Roberto Barrera, ayudante municipal de Amayuca, Jantetelco.
En Puebla, por ejemplo, la ayuda desde Axochiapan se ha distribuido a las comunidades de Tlayehualco, Teotlaco y Alpanocan.