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VIDA POLÍTICA

ENRIQUE LAFFITE, EL “POLÍTICO” DE DEBUT Y DESPEDIDA; EL CORRUPTO, SOBERBIO, DÉSPOTA E INTOLERANTE…

Por: Felipe Villafaña

Sin una verdadera carrera política y solamente conocido como un simple economista egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, a Enrique Javier Laffite Breton, la vida le sonrió con una diputación local.

El hoy diputado local por el Partido de la Revolución Democrática, es un personaje del municipio de Cuautla conocido por su “nobleza”, su “aristocracia” y también por pertenecer al mundo de los “perfumados” que nada hace por su municipalidad.

Su registro personal dentro de la vida pública es el ser solamente el presidente del Fideicomiso del Balneario Agua Hedionda, que es un símbolo turístico para la hoy conocida como capital histórica de Morelos.

Por su aristocracia tiene cercanía con algunos clubes de Cuernavaca como son los Rotarios, para jugar a las cartas mientras charla y suele tomarse una copa de un buen vino.

No pasa de ahí y su contacto popular es inusual, tanto así que al principio de su corta “carrera política” fue apoyado por sus compañeros Lucia Meza Guzmán como Raúl Tadeo Nava Espinosa, para saber cómo darse un baño de pueblo.

Y es que como presidente del Fideicomiso del Balneario de Agua Hedionda del año 2012 al 2015, no generó nada nuevo, su labor fue solamente la de cobrar y sacarse las fotos para la página de sociales del diario de su pueblo.

En lo general también habrá que recordar el abandono que tuvo al centro de recreación, que en su momento los reporteros locales destacaron incluso hasta el robo de objetos y el abandono de uno de sus principales murales.

Es el diputado Enrique Laffite Breton de los diputados negados en hacer público su patrimonio personal, que por cierto también es uno de los protegidos para evitar que la transparencia sea parte del uso de los recursos públicos que hoy maneja.

Lo anterior viene a colación porque ayudantes municipales de Cuautla y habitantes suelen comentar que el diputado local perredista gusta de cobrar “una cuota voluntaria”, por las obras que presuntamente gestionó para su beneficio.

El moche ciudadano es parte de las buenas acciones de un diputado que hoy pretende ser candidato del PRD al gobierno municipal de Cuautla, que bien sabe no entra en las clases populares porque suele ser despectivo e indiferente ante la sociedad.

En su labor como legislador es conocido que desde la Comisión de Legislación y Puntos Constitucionales todas sus propuestas aprobadas han sido sujetas hacia la revisión de los tribunales federales, en las que recibe también desde la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) severos regaños y le escupen a la cara su realidad: es un ignorante.

Enrique Javier Laffite Breton sabe que su conocimiento en materia legal es demasiado desconocido, tanto así que los profesionales del derecho cada vez que lo ven, al menos en Cuautla, suelen manifestar su desprecio.

En el centro de Cuautla camina por sus calles sin problema, eso es cierto porque la comunidad le tiene rechazo y hasta cierta repugnancia, porque al momento sigue con el abandono hacia la sociedad.

La emergencia social provocada por el sismo del pasado 19 de septiembre, al parecer le ha provocado al diputado cuautlense temor, porque solamente sale para conocer su estado de cuenta bancario y evitar cualquier contacto con quienes hace casi tres años le ofrecieron su confianza.

Cierto es que tampoco hay rechiflas ni recordatorios maternos contra Laffite, pero de la misma manera no hay un ciudadano que al pasar por su frente le estire la mano o cuando menos le otorgue un “buenos días”.

El pueblo sabe que cuando alguien apesta es mejor retirarse, por eso el diputado de Cuautla trata de permanecer más tiempo en la capital morelense y solamente rodeado de algún ayudante llegar a su vivienda por las noches.

La popularidad del diputado que camina con soberbia en las calles de la tres veces honorable e histórica ciudad, es cada vez menor y con la incapacidad de ser un personaje en la vida pública de debut y despedida.

Saben los cuautlenses que Enrique Javier Laffite Breton no es de aquellos que pasan el pantano sin ensuciarse, al contrario su fama personal está por los suelos y más en el último año.

Sin embargo, como es un cero a la izquierda para la comunidad lo mejor que hacen sus paisanos es ignorarlo, como pasa en Cuernavaca es personaje totalmente y ampliamente desconocido. ¡Que pena

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