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OBSERVADOR POLÍTICO

 

 

El sismo del pasado 19 de septiembre además de provocar afectaciones graves a varios municipios los cuáles hoy, siguen padeciendo las inclemencias de ese fenómeno natural, también puso al descubierto lo frágil y endeble que resultó el gobierno de Graco Ramírez. Quedó exhibida su falta de capacidad y liderazgo; al igual que la del PRD y su dirigente, a quienes enterró literalmente por lo tanto, ni todo el dinero del mundo, será suficiente para salir de los escombros en fueron sepultados la nueva visión y el sol azteca. Una labor titánica será el recuperar la confianza ciudadana sobre todo, por los abusos y excesos cometidos precisamente contra quien los evaluará el primero de julio del año próximo.

INCAPACIDAD GUBERNAMENTAL.- El sismo del 19 de septiembre agarró a Graco como al Tigre de Santa Julia, fuera de Morelos. Andaba de visita en Michoacán, y ante la desgracia ocurrida en la entidad, no fue capaz de ahora sí pedirle a su colega y amigo, Silvano Aureoles, el helicóptero para llegar lo más pronto posible a esta bendita tierra. No fue capaz de dejar de lado sus confrontaciones y pleitos con casi todos los sectores de la población para pensar, aunque fuera por única ocasión, pensar en el bienestar de los morelenses y sobre todo, de quienes lo perdieron todo. En síntesis, pudo más su ego, su intolerancia, capricho y prepotencia antes que el interés ciudadano y el bien común de sus gobernados.

El terremoto que cuyo origen fue el municipio de Axochiapan, pudo ser el punto con el cual el gobernador Graco Ramírez y su gobierno se reconciliaran con el pueblo de Morelos al que ha tenido en el abandono en su gestión. El terremoto pudo ser el equilibrio para fortalecer la unidad -que jamás en su periodo ha existido- entre todos los actores políticos, económicos, sociales, empresariales, académicos, estudiantiles y religiosos. Lamentablemente, volvió a sus orígenes, a su esencia y su verdadero yo. Decidió Graco, apostarle a su forma de mal gobernar y seguir con su lógica del agandalle como se reflejó en las despensas y en los víveres. Por eso, no fue extraño que quienes se rebelaron, en automático fueron señalados y acusados  a través de su jefe policiaco Alberto Capella Ibarra, como verdaderos delincuentes, incluso en casos excepcionales fueron tratados peor que a  narcotraficantes, por lo que aseguró públicamente que serían detenidos y se les aplicaría todo el peso de la Ley.

¿Y LA UNIDAD? Imagine usted, lector, lectora querida, que el gobernador hubiera incluso rentado el helicóptero del gobierno perredista de Silvano Aureoles para estar lo más pronto posible en Morelos. Previo a su llegada, hubiese girado las instrucciones necesarias a todo su gabinete legal y ampliado para que convocaran a una reunión de carácter extra urgente haciendo una tregua con todos los diputados federales por Morelos; así como los 30 legisladores locales; los 33 presidentes municipales, los directores de Protección Civil del Estado y municipios; el rector de la UAEM, Alejandro Vera Jiménez; el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, líderes de transportistas, empresarios, representantes de la radio, televisión y prensa escrita, al igual que con los presidentes de los partidos políticos y muchos otros más que pudieran participar. Y aquellos que por alguna razón no acudieran, enviaran a sus representantes para todos juntos, dejando de lados sus pleitos y luchas políticas, antepusieran el bien de Morelos.

De haber convocado Graco a una reunión de este tipo, con la participación de la mayoría, sin agandalle y sin utilizar el DIF para recolectar víveres y hacer creer a la población que ellos eran los chidos y que además, se la estaban rifando con la entrega de las despensas, es decir, presumiendo con sombrero ajeno. El gobernador pudo haber designado las escuelas que no resultaron dañadas como centros de acopio; el haber integrado e involucrado a la Universidad Autónoma del Estado de Morelos para que con base en su autonomía apoyarán –cómo lo han hecho- con sus unidades académicas y en los claustros. Con humildad, pedir un reporte de la situación real de afectación de los edificios de la UAEM para resolverles los daños y afectaciones sufridas. La misma historia con las iglesias que no resultaron tan dañadas, pudieron convertirse en centros de acopio al igual que las organizaciones y fundaciones siempre con apertura y transparencia, pero que además, la sociedad civil encabezara la entrega de los víveres y siempre respaldados por las corporaciones policíacas para darles seguridad y confianza a través del Mando Único, del Ejército para todos juntos, demostrar la unidad que debería estar por encima de cualquier partido, de cualquier autoridad siempre pensando en el bien común, en los más desprotegidos y particularmente de quienes lo perdieron todo.

¿Acaso alguien se hubiera negado? Quien hubiera rechazado el llamado sería señalado y sus bonos irían en detrimento en este proceso electoral por auto excluirse, dejar de ser parte de ese posible gran acuerdo que jamás se hizo. ¿La sociedad se los hubiera perdonado en las votaciones? La respuesta es no.

Graco desaprovechó esa gran oportunidad histórica y permitió que el sismo haya enterrado, lo poco bueno que hizo en su gobierno y de paso, le complicó aún más el futuro y las aspiraciones político electorales a quienes serán muy pronto los abanderados del PRD a la gubernatura de Morelos, en los distritos así como en las alcaldías de Cuernavaca, Jojutla, Cuautla, Yuatepec y Axochiapan, por dar algunos ejemplos. En medio de esta tragedia, algunos personajes de la política intentan beneficiarse electoralmente, pero la gente en automático los rechaza, los recrimina y por tanto, los han obligado a desaparecer del mapa territorial, al menos durante esta crisis que sigue.

EL TERREMOTO.- Hay que seguir ayudando, sin actos protagónicos ni presumiendo o difundiendo los hechos, la situación no está para eso. La gente está lastimada, muchos en los últimos días han estado viviendo a la intemperie, aguantando las inclemencias del clima, de la lluvia, otros lo hacen con temor de que sus viviendas puedan venirse en cualquier y su integridad y la de sus familias están en riesgo. Hoy, es tiempo de seguir ayudando, con víveres, con ropa, medicamentos, juguetes, con horas tiempo en ese apoyo humanitario para quitar escombro y descargar lo que por fortuna sigue llegando de distintos puntos del país y fuera de él. Hoy, la incertidumbre reina en los partidos políticos pero peor aún, en aquellas familias que siguen esperando la ayuda humanitaria y recuperar parte de su patrimonio, para salir de esta crisis que ocasionó el sismo más intenso registrado en la historia de Morelos.

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