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SERPIENTES Y ESCALERAS

No puede ir una sin la otra: si los trabajos de reconstrucción de las zonas devastadas por el sismo del 19 de septiembre no se hacen de manera adecuada y con la confianza de la gente, los esfuerzos serán en vano. El fideicomiso de Graco Ramírez es bueno, pero la presencia de Beltrán Toto no.

 

La reconstrucción en Morelos es la última oportunidad para que el gobernador Graco Ramírez recupere algo de la confianza perdida por los ciudadanos a lo largo del sexenio. La emergencia que provocó el sismo del 19 de septiembre convulsionó al estado y cimbró a la clase política, no hubo un solo actor que resaltara en la tragedia y mostrara liderazgo en medio de la crisis. Además de una enorme devastación, el terremoto del 19-S evidenció el pequeño tamaño de la clase política morelense.

La emergencia ha pasado, pero la crisis sigue; el primer esfuerzo colectivo fue para rescatar a las víctimas y ayudar con alimento inmediato a los afectados: se instalaron centros de acopio, albergues y la ayuda humanitaria llegó (sigue llegando) de todos lados, principalmente de la sociedad civil. La tragedia nos mostró la fragilidad de nuestras construcciones, pero también la fortaleza de nuestro pueblo.

A casi un mes de aquel fatídico día el siguiente paso en Morelos y en todas las zonas afectadas por el sismo es la reconstrucción. Los centros de ayuda para los damnificados siguen funcionando, miles de familias reciben diariamente tres comidas calientes y tienen un espacio seguro donde vivir de manera temporal, pero esa situación no puede continuar de manera indefinida. La gente necesita retomar su vida, recuperar su patrimonio y volver a su espacio personal. Ahora es tiempo de la reconstrucción.

Políticamente hablando la reconstrucción representa una oportunidad para que las autoridades muestren sensibilidad y ganen simpatías. El gobierno federal está haciendo lo propio, en Chiapas y Oaxaca está en marcha el proceso de reconstrucción de las zonas afectadas por el movimiento telúrico del 7 de septiembre; la ayuda se canaliza a través de monederos electrónicos que se entregan directamente a los afectados para ayudarlos a costear la reconstrucción de sus casas.

Lo mismo sucederá en Morelos: en unos días más comenzarán a entregarse los recursos del Fonden para que los afectados puedan reconstruir parte de su patrimonio. En zonas como Jojutla o Tlaquiltenango ya comenzó el proceso de demolición de edificios afectados y limpia de los lugares en donde por muchos años estuvieron viviendas y negocios.

Localmente el gobierno estatal anunció un esfuerzo paralelo con recursos propios para ayudar a quienes no entren al fondo nacional de desastres. El mandatario conformó un fideicomiso local que arranca con 300 millones y busca multiplicarse con el dinero del FAIS. La idea, ha dicho Graco Ramírez, es sumar voluntades para multiplicar los apoyos a favor de los miles de afectados por el terremoto.

El plan es bueno, se ha puesto en marcha, pero aún no es claro cómo, cuándo y dónde empezará a fluir la ayuda. El tabasqueño se ha reunido con alcaldes, empresarios y sociedad civil para dar vida a su programa; en una primera reunión los presidentes municipales atendieron el llamado y escucharon la propuesta, pero no dijeron si estaban de acuerdo en entregar sus recursos al fideicomiso; hace unos días algunos representantes del PAN y PRI hicieron público su desacuerdo y se sumaron a la negativa que desde el principio manifestó el edil de Cuernavaca.

La reticencia al fideicomiso planteado por el gobernador Graco Ramírez es por desconfianza. La reacción del gobierno estatal ante la emergencia del sismo del 19 de septiembre dejó muy mal sabor de boca entre la población y la clase política, colocó a Graco Ramírez en el ojo del huracán nacional y la manera como se intentó manejar la ayuda humanitaria dio la vuelta al mundo, marcando al perredista y a su esposa por tratar de lucrar con la desgracia. Nadie, ningún otro mandatario o personaje político en México ha sido tan duramente cuestionado por intentar robar a los damnificados como lo fueron Graco Ramírez y Elena Cepeda.

Es ahí donde está el meollo del asunto. La idea de implementar un fondo estatal de reconstrucción es noble, pero la gente no cree en las buenas intenciones de este gobernador. El desgaste post sismo fue tan grande que a la vuelta de los días la imagen negativa del tabasqueño es inmensa y la confianza en su palabra es prácticamente inexistente. Graco necesitará de un enorme esfuerzo para lograr que la gente confíe en él y de un actuar absolutamente transparente para que una buena acción no se considere una manera de lucrar con la desdicha.

Implementar un esquema local de reconstrucción de viviendas es un buen camino para reencontrarse con los ciudadanos, pero es fundamental que el programa genere confianza y se maneje con claridad para que no se genere la idea de que es una manera de hacer negocio con el sismo. Las giras del gobernador a las zonas afectadas y sus reuniones con las víctimas muestran voluntad de parte del perredista, pero la designación de Beltrán Toto al frente del fideicomiso es un mensaje que hace pensar que detrás del discurso de ayuda existe la idea de lucrar con las víctimas.

Cuenta la sabiduría popular que no hay que hacer cosas buenas que parezcan malas; la designación del subsecretario más corrupto del sexenio como encargado de la reconstrucción lo es. No hay forma de confiar en la probidad de una persona que es conocido por pillo, por su gusto por el dinero, que se ha enriquecido de manera exorbitante y a quien la mayoría le conoce por sus actuaciones fuera de la ley. La presencia de Sergio Beltrán Toto como encargado del fideicomiso de reconstrucción en Morelos hace imposible creer en la palabra del gobernador y en sus promesas de honestidad y transparencia en un momento tan delicado como el actual.

El plan de reconstrucción para las zonas afectadas por el sismo está en marcha; tanto el programa federal como el estatal se han dado a conocer y ambos buscan ayudar a los damnificados; el mecanismo nacional es directo con la gente, sin intermediarios, a través de monederos electrónicos y sin trabas burocráticas. El segundo es en forma de fideicomiso, pero aún no se sabe cómo, cuándo y de qué manera va a operar.

Al gobernador de Morelos le urge aprovechar esta coyuntura para recuperarse mediáticamente, necesita que este fideicomiso funcione y que la ayuda llegue de manera efectiva lo antes posible. Con el fideicomiso estatal de reconstrucción Graco Ramírez enfrenta una nueva coyuntura: mostrarse solidario y recuperar confianza ciudadana o quedar como un político que aprovechó la desgracia para hacer negocios con la tragedia.

La idea del fondo local de reconstrucción es buena, pero tener al frente de él a Sergio Beltrán Todo es lo peor que pudo hacer el gobierno. El subsecretario de obras de Graco es tan honorable como el ex policía consentido de Sergio Estrada.

  • posdata

La del bar Áttico en Cuernavaca es una historia de horror. Las imágenes que circulan en redes sociales del momento justo cuando un joven es asesinado dentro de esa discoteca muestran la frialdad con la cual una persona arrebata la vida de otra y la impunidad como se puede actuar dentro de ese lugar.

Según las autoridades estatales la identidad del asesino está plenamente confirmada, en redes sociales circulan fotografías del supuesto agresor y es comentario público que entre el personaje en cuestión y los propietarios del lugar existe una estrecha amistad que se extiende a distintos personajes de la vida pública y política de nuestra entidad.

Ítem más: frente a un hecho tan terrible como éste, las autoridades municipales han sido cómplices, no han cerrado definitivamente el establecimiento y por el contrario, desde la secretaría de turismo que encabeza Juan Diego Pons existe una absoluta protección al lugar.

Según reportes de la Fiscalía de Morelos el asesino de Áttico es hijo de una mujer detenida en una cárcel federal por tráfico de drogas y tiene vínculos con el cártel de los Beltrán Leyva. El abogado de la víctima Enrique Paredes afirma que personal del bar movió el cuerpo de la víctima y alteraron la escena del crimen; el abogado del negocio dice que no tienen protocolos de revisión de armas porque no es obligatorio tenerlos.

De parte del gobierno estatal el Comisionado de Seguridad Pública Alberto Capella informó que hace unos días intentaron reabrir el lugar y que la preocupación principal del ayuntamiento de Cuernavaca era conceder las “facilidades” a Áttico para poder reiniciar actividades en lugar de buscar la clausura definitiva.

La postura del gobierno de Cuauhtémoc Blanco en este como en otros temas es la misma: acusan ataques políticos, se dicen víctimas de las circunstancias y deslindan responsabilidades. La tarea de prevención del delito, por la implementación del Mando Único, corresponde al estado y ese motivo sirve al municipio para hacerse a un lado de todos los conflictos que tengan que ver con delincuencia e inseguridad. La operación de bares y discotecas, desde los permisos de operación hasta la supervisión de su funcionamiento, en cambio, son de absoluta responsabilidad municipal.

En Áttico ya se habían presentado diversos hechos que ameritaban, al menos, una revisión puntual de su operación de parte del ayuntamiento de Cuernavaca. Tras estos lamentables hechos lo que se comprueba es la impunidad con la cual operan todos los negocios de venta de bebidas alcohólicas y la complicidad en éste y varios casos más del corrupto secretario de turismo municipal Juan Pons.

Cuauhtémoc Blanco habla de honestidad y acusa a los corruptos del gobierno estatal, pero la presencia en su equipo de personajes como Juan Diego Pons en Turismo, Jorge Meade en la coordinación de asesores y Eduardo Molina en Desarrollo Sustentable demuestran que al futbolista la corrupción le incomoda… pero sólo cuando está fuera de su equipo de trabajo.

  • nota

Poco a poco las dirigencias partidistas van tomando ritmo y posiciones rumbo al proceso electoral del 2018.

El presidente que más tiempo lleva trabajando ese escenario es Rodrigo Gayosso; aunque le pesa la marca y le cargan los errores del gobierno de Graco Ramírez, el perredista ha construido una enorme estructura política y de base que sirve mucho en un proceso electoral. Gayosso quiere ser candidato a gobernador del Frente Amplio en Morelos y lo puede lograr si desde México no le hacen una mala pasada.

En el PRI Alberto Martínez ha venido de menos a más, trabajando desde las bases del partido, reconstruyendo la estructura y reencontrándose con los liderazgos olvidados por años. Al diputado le ha costado moverse entre escombros políticos, luchar contra los grupos internos y cuidarse de los ataques de Maricela Velázquez, a quien muchos consideran el Caballo de Troya del PRD en el PRI.

El PAN sigue sin dar señales de vida, su dirigente Juan Carlos Martínez Terrazas está ausente de la agenda estatal, ha perdido liderazgo interno y hasta el control de su consejo. Al joven Terrazas le quedo muy grande el cargo y no tiene capacidad de coordinar los trabajos institucionales en una elección sexenal, lo único que apura al presidente panista es lograr buenas posiciones para su familia y seguir viviendo del presupuesto.

La sorpresa en esta historia de poder la ha dado el PES. Desestimado por muchos por su juventud y “novatez” en cuestiones políticas José Luis Borbolla está dando ejemplo a los viejos políticos de cómo se debe trabajar en equipo y construir un partido. Encuentro Social es un organismo nuevo, pequeño aún y carente de estructura; el reto de Borbolla es titánico, pero lo está sacando de manera correcta.

  • post it

Lo ocurrido a la camioneta del diputado federal panista Javier Bolaños es un aviso de lo que podríamos ver en las próximas elecciones. El intento de atentado que sufrió cuando los birlos de las cuatro llantas de su vehículo fueron aflojados es algo que debe preocupar a todos.

Javier es un actor político local que tiene roce nacional, es un aspirante natural a la gubernatura de Morelos y el panista mejor posicionado hasta el momento. El legislador ha mantenido una postura crítica con el gobierno estatal desde hace tiempo, ha cuestionado el actuar de Graco Ramírez y recientemente fustigó la manera como, dijo, trataron de aprovecharse de la ayuda humanitaria a los afectados por el sismo del 19 de septiembre.

No es claro qué ocurrió a la camioneta de Bolaños, pero es obvio que no es algo normal; la denuncia por los hechos ya fue presentada y aunque seguramente no habrá consecuencias lo que deja este suceso es un mal sabor de boca y una señal de lo complejo que será el proceso electoral del año siguiente.

¿A quien le interesaría atentar contra la integridad física de Javier Bolaños?

  • redes sociales

A propósito de lo ocurrido en la discoteca Áttico. ¿Será cierto que el asesino es amigo personal del delegado de la Sedatu en Morelos, Rodrigo Peña, quien a su vez se presume a si mismo como amigo personal y primo del presidente de la república Enrique Peña Nieto?

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