Río amarillo
Tema central del debate en el interior del PRD será, lo es ya, la selección del candidato presidencial del 2018.
El senador Miguel Barbosa no aguantó más y se tiró al ruedo. Dijo que el abanderado del sol azteca tiene que ser el jefe de Gobierno, Miguel Mancera.
No sólo eso, calificó de “impensable” una alianza con el PAN para la elección presidencial.
Barbosa tomó el riesgo porque hay olas bravas en el interior de su partido. Mucho de lo que ocurrirá dentro de dos años se está dirimiendo desde ahora.
La eventual alianza con el PAN es uno de esos temas delicados. No sólo están en juego cargos partidistas, sino la viabilidad misma del instituto político.
Reflector verde
El tema de la calidad del aire en la Megalópolis acapara las primeras planas.
No es para menos. La vida de millones de personas ha tenido que ajustarse para cumplir las disposiciones para enfrentar la emergencia.
No es raro que algunos personajes públicos traten de hacer ruido para conseguir unos minutos de fama.
Ahí está el caso de Perla Gómez Gallardo, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, que levantó la mano, congregó a la prensa para decir que la Comisión está lista para entrar al debate y claro salir también en la prensa.
La nueva norma todavía no se conoce, pero la ombudsman chilanga ya dijo esta boca es mía.
Que alguien le recuerde que no por mucho madrugar amanece más temprano.
A las carreras
Resulta alucinante, por llamarle de alguna manera, el súbito interés de los legisladores sobre el tema de la amapola.
Se quieren saltar etapas, ahorrarse los debates, las reflexiones, los análisis y pasar sin preámbulos a la autorización del uso medicinal.
Con la mariguana se hizo y el proceso está a medio camino. Todavía falta su debate en las cámaras.
Por eso hay que exigir sensatez en el caso de la amapola y no tomar decisiones sobre las rodillas.
Que la mariguana recorra su camino y que se conozcan y evalúen las decisiones que se tomarán.
La legalización de la amapola debe esperar su turno, pero su combate tiene que seguir sin pausas.
Mensaje equivocado
A los jóvenes que ni estudian ni trabajan, los llamados ninis, hay que apoyarlos abriendo para ellos oportunidades de empleo o de estudio.
Pero recurrir a dádivas envía un mensaje equivocado.
Se corre el riesgo de que no busquen alterar su posición, pues como están reciben cosas gratis o a bajo precio.
La política pública conducente es que ningún joven se quede sin opción para estudiar. En eso hay que invertir los recursos.