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VIDA POLÍTICA

EL LUCRO DEL GOBIERNO CON LOS DAMNIFICADOS, NO TIENE PROGENITORA….

 

A casi un mes de que un terremoto cambió la vida de los habitantes del estado, en algunos casos dentro del sector oficial pareciera que no pasó absolutamente nada y también dentro de las instituciones o partidos políticos cuya arenga está en continuar con la preservación del poder por el poder mismo.

De momento, todavía el Estado sigue rebasado por las acciones que hacen los ciudadanos de Morelos, como del país y la comunidad internacional para sacar adelante lo que un movimiento subterráneo destruyó.

En el sector oficial todavía analizan de dónde van a sacar el dinero para la reconstrucción del sector productivo y las familias que perdieron todo su patrimonio, obviamente sin dañar sus intereses meramente particulares.

En otras palabras al momento no hay un solo servidor público del primer nivel que haya hecho aportaciones personales a favor de quienes perdieron su patrimonio, uno o varios familiares hace casi un mes.

Al contrario, el lucro de los aportado por la comunidad es utilizado, en estos momentos, como un asunto electorero que trae votos y para los partidos políticos, como para el mismo gobierno de Morelos, es el momento de recuperar lo que no hicieron en cinco años, pero con sombrero ajeno.

Es increíble saber que al momento también hay presidentes municipales que siguen sin preocuparse de lo que pasa dentro de los albergues instalados, las quejas de la sociedad por ese abandono y la falta de apoyos van en incremento.

Es más, hoy tanto el presidente municipal de algunas localidades, gobernador Graco Ramírez y la presidenta del DIF, Elena Cepeda, son señalados por la comunidad de asistir a las zonas de desastre solamente para sacarse la foto, entregar una dádiva, que no apoyo, y luego irse a toda prisa en sus camionetas de lujo y blindadas, rodeadas de guaruras.

Lo lamentable es que no son los únicos que han incurrido en acciones de bastardes política, de humillar al que lo perdió todo a cambio de una foto donde todos salgan con una sonrisa, falsa por cierto.

Hay otras oficinas del gobierno federal que desconocen la solidaridad con el pueblo y también lucran con el dolor del pueblo, como es la propia Comisión Federal de Electricidad (CFE) que aun y cuando conocen sobre la emergencia social actúan contra la sociedad.

Después del 19 de septiembre la CFE anuncia un incremento de tarifas en los servicios de energía, del cinco por ciento para las viviendas y 10 por ciento hacia las empresas.

En otras palabras a partir del primero de octubre habrá un nuevo precio en las tarifas de la luz, sin importar que haya zonas devastadas o personas que perdieron su bien inmueble. El asunto es que todos tienen que pagar.

No es la única dependencia del gobierno federal que poco le interesa la solidaridad, también está Petróleos Mexicano (PEMEX), que en cerca de un mes del movimiento telúrico ha incrementado las gasolinas y combustibles en, cuando menos, tres ocasiones.

De pronto los costos de las gasolinas y el gas butano o casero está en costos que poco pueden ser pagados por una sociedad vapuleada, sobre todo porque el daño del movimiento sísmico también dejó –prácticamente- en quiebra negocios.

A cambio, PEMEX otorgó una serie de apoyos extraordinarios a sus trabajadores sindicalizados, especialmente a su dirigente Carlos Romero Deschamps, sin que al momento sea conocido con precisión el concepto.

Y una más la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) que lejos de apoyar a quienes trasladan víveres sobre las carreteras de cuota, que por cierto están desechas, también tienen que enfrentar las multas de los elementos encargados de la vigilancia en las carreteras administradas por Caminos y Puentes Federales (CAPUFE).

Son tres las dependencias federales cuya solidaridad con los pueblos afectados evidencian que poco les interesa, que al contrario anteceden intereses personales como también sucede con los partidos políticos, que han manifestado la donación de sus prerrogativas pero al momento nadie sabe si ya lo hicieron.

Es casi un mes de que cayó la desgracia en Morelos y el lucro sigue y todavía habrá que esperar más cuestiones de corrupción, porque todo mundo quiere manosear los recursos del Fondo Nacional para Desastres Naturales (FONDEN), porque saben que de ahí pueden salir para el pago de campañas electorales.

Lo mismo pasa en el estado, en donde los encargados de operar, administrar y vigilar los recursos para la recuperación de la vivienda, el sector productivo y la vida del estado no son, precisamente, personajes conocidos por su honestidad, al contrario parecería que dejaron al frente a Ali Babá y sus 40 ladrones, claro todos salieron egresados del gobierno progresista o de la nueva visión.

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