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SERPIENTES Y ESCALERAS

 

 

Antes de que concluya la primera quincena de diciembre deberán quedar formalizadas las alianzas electorales que competirán en el proceso del 2018. Hoy no hay nada claro, no hay avances y en algunos casos, ni siquiera pláticas.

 

El tiempo avanza y los partidos políticos en Morelos deben tomar decisiones rumbo al 2018. Antes de la primera quincena de diciembre se tienen que registrar las alianzas o coaliciones electorales y de ahí se desdoblará el proceso de selección de candidatos. Las combinaciones están a la vista, pero aún no hay definiciones concretas en ningún caso; la suma de dos o más partidos es importante, lo mismo que una buena selección de candidatos y la definición de estrategias para la campaña. Hoy nadie tiene asegurado nada.

Analicemos las alianzas posibles:

El Frente Ciudadano por México suma la fuerza de tres partidos políticos (PAN, PRD y MC), está registrado formalmente y en breve definirá la manera de elegir al candidato. En principio se hablaba que Acción Nacional llevaba mano en esa posición por ser el partido más fuerte de los tres, pero luego de la salida de Margarita Zavala el escenario cambió y es probable que el abanderado del Frente surja de una encuesta. Lo mismo puede ocurrir en los estados.

En Morelos puede replicarse el Frente, con la salvedad que aquí el partido con más presencia política es el PRD. La discusión sobre el tema es amplia porque aunque el PRD tiene más estructura que el PAN, la tendencia electoral local favorece a los panistas. Si la definición del candidato se hace a partir de los resultados del 2015, el PRD pondrá al candidato; si es en base a una encuesta es posible que el PAN sea quien lleve la mano en la candidatura.

Los trabajos para concretar una alianza son enormes y aún no comienzan; ya sea por decisión en la mesa o por convencimiento de la base, el Frente debe empezar a dialogarse desde ahora en Morelos, como ya sucede en otras entidades, como Guerrero. Si las dirigencias estatales y nacionales de los tres partidos no inician pronto las charlas, el tiempo los va a comer y la definición del Frente en Morelos se hará sobre las rodillas; eso podría provocar serios problemas futuros.

Hablando del Frente hay algunos personajes claramente perfilados a la gubernatura: el primero es Rodrigo Gayosso, a quien le cargan todas las culpas del gobernador, pero quien más trabajo político y estructura tiene dentro del PRD. Al lado del dirigente aparecen la diputada federal Lucía Meza, el alcalde de Jiutepec Manuel Agüero y el secretario de gobierno Matías Quiroz. Del PAN la figura mejor posicionada es Javier Bolaños, aunque también podría aparecer el legislador Víctor Caballero.

¿Quién encabezará la alianza, el PAN o el PRD? La decisión no se ha tomado, pero no será sencilla desde ningún ángulo. Si el candidato del frente surge de las filas del Sol Azteca, el rechazo panista será alto porque los panistas serán obligados a promover un proyecto contra el que han peleado durante cinco años. Si el candidato es Blanquiazul la reticencia también será alta, porque en ese escenario los perredistas tendrán que prestar la estructura y aportar sus recursos a un partido que no tiene nada.

Otra alianza posible es la que se daría entre el PRI y el PES. La posibilidad de que ambas instituciones logren un acuerdo se maneja en función del cobijo político que tiene el alcalde de Cuernavaca desde la Secretaría de Gobernación y el interés de Miguel Ángel Osorio de recuperar Morelos por cualquier vía.

El PES es un partido nuevo, sin grupos políticos que lo auto flagelen, como ocurre en el PRI, pero sin la estructura ni la experiencia necesaria para ganar una elección tan compleja como la que viene. Encuentro Social cuenta con el candidato mejor posicionado y presume la tutela política de Bucareli, pero olvida que las elecciones no se ganan con aplausos y el apalancamiento político a la distancia puede ser fácilmente anulado. Para que Cuauhtémoc Blanco gane la elección del 2018 se necesita mucho más que el carisma de un futbolista o la voluntad de una persona.

Del lado del PRI persisten los mismos vicios y las mismas divisiones de siempre. En un mismo partido hay diferentes versiones del mismo, está el PRI de Alberto Martínez que impulsa un proyecto institucional y el de Maricela Velázquez que apuesta por una derrota pactada con el PRD. En el tricolor hay varios aspirantes al cargo: Matías Nazario, Rosalina Mazari, Lisbeth Hernández, Amado Orihuela, Guillermo del Valle y hasta el rector Alejandro Vera.

Las posibilidades de que el PRI gane la elección del 2018 con un priísta de base son muy pocas, porque ninguno de quienes aspiran al cargo tiene liderazgo social más allá de un grupo interno del partido; más aún, representan todo aquello que la gente rechaza en la política. Independientemente de quien resulte electo candidato es fundamental que los priístas comprendan la necesidad de tomar acuerdos, de tener una visión institucional y de aceptar que sólo unidos pueden ganar la elección.

Si las dirigencias nacionales del PES y el PRI pactan una alianza en Morelos, será muy difícil que cualquiera de los aspirantes priístas le quite la candidatura a Cuauhtémoc Blanco, porque ninguno de ellos (ni Matías, ni Rosalina, ni Amado ni Memo) tienen la rentabilidad electoral del futbolista. La única manera de que el PRI haga contrapeso a una decisión de ese tipo es poniendo en la mesa a una figura que pueda crecer en lo electoral y provoque empatía social; ese es el rector.

Una tercer alianza posible es la de Morena con el PT. El Partido del Trabajo es el único (lo ha dicho López Obrador) con quien se aliaría el Movimiento de Regeneración Nacional. En Morelos esa alianza es posible porque ambos partidos caminan de la mano, comparten estructura, pero sobre todo porque las dos dirigencias están convencidas desde ahora de quién debe ser el candidato.

Fidel Demédicis emigró del PRD para irse a Morena y como ahí no lo aceptaron dio el paso hacia el PT. El senador aspira a la gubernatura, lo ha externado, pero ha cometido errores estratégicos y ahora no tiene el cobijo de ninguna institución, por eso ha externado su interés por competir como independiente. Con alianza con el PT o solos, el candidato de López Obrador en Morelos es el senador Rabin Salazar.

En Morelos el partido de López Obrador encabeza la preferencia electoral como partido, pero no con su candidato. Morena no tiene estructura, no tienen dirigencia, ni tampoco tiene estrategia. La fortaleza del Movimiento de Regeneración Nacional en Morelos es únicamente López Obrador y a eso apuesta la dirigencia y el candidato. Rabín no tiene presencia física en Morelos, Miguel Lucia no tiene idea de cómo estructurar un partido y ambos olvidan que aunque en Morelos históricamente gana Andrés Manuel, esa ola no arrastra a sus candidatos.

Las alianzas están a la vista, pero a unas semanas de que se venzan los plazos formales para registrarla sólo en Morena existe claridad. En las próximas elecciones van a definirse muchas cosas, no sólo a las nuevas autoridades del estado. Lo que veremos en la contienda siguiente es la consolidación o fin de algunos proyectos políticos, el nacimiento o muerte de liderazgos y el reacomodo de piezas de poder.

Para algunos se trata de una elección importante, pero nada más. Para otros es una batalla de vida o muerte que puede acabar con una carrera política… o hasta con su libertad.

  • posdata

El alcalde capitalino Cuauhtémoc Blanco dice que “le quieren cargar el muertito” del Áttico. Responde así a la información que derivó de la difusión del video donde se ve cómo asesinan a un joven dentro de dicho bar.

Este incidente ocurrió el pasado 29 de septiembre, pero es hasta ahora que las autoridades municipales lo toman en serio y opinan del tema. No es cuestión de cargarle nada a nadie, sino de entender la enorme red de complicidades que existen en los tres niveles de gobierno y en este caso, las terribles omisiones en las que ha incurrido el gobierno de Blanco Bravo.

El futbolista puede alegar, otra vez, que es víctima de ataques, que la seguridad no es su responsabilidad o que los políticos no lo quieren; lo tangible es que en el tema de Áttico hay varios aspectos en los cuales el ayuntamiento ha sido omiso, empezando porque no ha clausurado de forma definitiva el establecimiento y dos funcionarios municipales (Juan Pons de Turismo y Jorge Meade, Coordinador de Asesores) insisten en brindar protección al lugar a pesar de lo ocurrido.

Es cierto que el municipio no tiene bajo su tutela la seguridad (la tiene el estado a través del Mando Único), pero también es cierto que la expedición de licencias de funcionamiento, la supervisión de lugares y la corrupción entre inspectores es asunto que compete única y exclusivamente a las autoridades de Cuernavaca.

Era evidente que el incidente de Áttico iba a rebotarle a Cuauhtémoc Blanco y es previsible que, si no atajan rápido el asunto, esta historia perseguirá al americanista hasta la campaña del 2018. Una vez más el alcalde luce sólo, sin asesoría política, manejo de comunicación, ni estrategia de partido.

Por razones como estas es muy difícil que el PES gane sólo la elección del 2018.

  • nota

Un problema serio, de fondo, siguen cometiendo en el gobierno estatal. Regla simple, pero que pocos entienden: los problemas sociales y políticos no se resuelven en los medios de comunicación.

Mientras no se haga un trabajo real y se atiendan los conflictos, las demás estrategias tendrán resultados negativos.

  • post it

Escucho hablar a algunos peredistas y reflexiono: el problema no es que les quieran imponer a Rodrigo Gayosso como candidato, lo complicado es que a esta altura de la carrera no tiene otra opción a la vista.

El joven dirigente les comió el mandado desde hace tiempo a todos los demás aspirantes, es el único, junto con Lucía Meza, que observaron el panorama con claridad y se pusieron a trabajar desde hace meses en la candidatura.

En el caso de Rodrigo hay un elemento más: muchos dentro del partido, por la circunstancia que se quiera, apostaron por su postulación y pusieron sus canicas en ese proyecto; ahora es muy complicado buscar una nueva opción, sobre todo porque Lucía Meza ha dado un paso a un lado del PRD y los otros aspirantes no tienen capital político ni rentabilidad electoral.

Por supuesto que es complicado vencer la imagen negativa que emana del gobierno de Graco Ramírez, pero ninguno de quienes pudieron hacer la diferencia quisieron hacer un alto en el camino y replantear la estrategia a tiempo. Recientemente Lucia Meza se desmarcó del gobernador y del partido en Morelos, pero ya es demasiado tarde.

Muchos de los que aspiran a una candidatura en el 2018 amarraron su suerte a la de Rodrigo Gayosso, empezando por los legisladores locales. Hoy el dirigente perredista tiene el control casi total del partido y consecuentemente la decisión de definir espacios en el 2018; quien le juegue la contra al joven dirigente, difícilmente podrá obtener un espacio en la próxima contienda electoral.

Es curioso: los que ahora son críticos del presidente del PRD son los mismos que lo ayudaron a llegar a donde está; quienes hoy critican sus aspiraciones y reniegan de su estilo, son los mismos que se beneficiaron de su fuerza y de sus influencias.

  • redes sociales

Fue a través de las redes sociales como se supo que el abogado José Luis Urióstegui declinaba buscar la alcaldía de Cuernavaca bajo las siglas de Morena, lo haría como un candidato independiente.

La decisión de José Luis parte de una lógica simple: estar más cerca de los ciudadanos. Urióstegui no rompió con Morena, su declinación dice, es algo bien pensado, analizado con amigos y en familia, atendiendo a una aspiración personal, pero observando que la gente no confía en los partidos.

José Luis es un buen candidato en cualquier partido y lo será también como independiente, aunque ahí tendrá que hacer un doble esfuerzo para competir sin la estructura tradicional que vemos en campaña.

En combinación con el proyecto de López Obrador, José Luis estaba en una fórmula muy difícil de vencer; fuera de Morena Urióstegui cambia los escenarios a todos y abre la puerta a otros aspirantes.

Morena perdió a su mejor candidato porque su dirigencia es muy limitada y no tiene la capacidad de organizar una estrategia electoral. ¿Cuántos más como José Luis se bajarán del proyecto obradorista en Morelos por culpa de Miguel Lucia?

Comentarios para una columna optimista:

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