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VIDA POLÍTICA

“GRACO, SALTE YA DE LA UAEM”;  GRITA Y EXIGE LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA…

 

 

La Universidad Autónoma del Estado de Morelos,  vive una encrucijada manipulada por intereses externos, que ha dejado como consecuencia una crisis interna en la que los liderazgos de sus sindicatos y estudiantiles entraron en la desconfianza de sus bases.

 

 

No es una situación que suceda cada seis años con el cambio de rector, sino un momento inédito en el que una familia quiere tener todo el control de los recursos económicos, humanos y materiales de los poderes, organismos autónomos y el alma mater.

 

En Morelos desde Emilio Riva Palacio Morales y hasta Marco Antonio Adame Castillo, todos los gobernadores han mantenido su respeto hacia la autonomía universitaria, su cátedra, sus acciones con la sociedad y en defensa de esta, así como su pluralidad.

 

Con Emilio Riva Palacio Morales de gobernador, se reconoció la lucha estudiantil por la autonomía universitaria y desde Palacio de Gobierno lucharon porque los terrenos para lo que sería el H. Colegio Militar, hoy fuera el campus central del alma mater morelense.

 

Aun son recordadas las palabras de Riva Palacio Morales en reconocer que la autonomía plena de las instituciones de educación superior significa el desarrollo de sus pueblos, porque generan mejores condiciones de vida. Y eso fue durante la etapa del totalitarismo en los gobiernos priístas.

 

Con Felipe Rivera Crespo, la UAEM tuvo un crecimiento en su matrícula y reconocimiento al nivel internacional alto, al igual que durante el gobierno de Armando León Bejarano.

 

Con Lauro Ortega Martínez, también la máxima casa de estudios tuvo más que todo su respaldo financiero, de apoyo hacia el crecimiento de nuevas carreras y otros activos como la llegada de estudiantes extranjeros para acudir a sus aulas.

 

En el gobierno de Antonio Riva Palacio López no hubo ningún problema y junto con la rectoría lograron que en varias ocasiones un Presidente de la República entrara al campus universitario, para anunciar obras y más recursos.

 

Con Sergio Estrada Cajigal Ramírez, los universitarios avanzaron sin problemas y con el apoyo del gobierno estatal, quien siempre respetó la autonomía y a pesar de haber ideologías distintas hubo el apoyo sin ningún tipo de problemas.

 

Lo mismo sucedió con Marco Antonio Adame Castillo, porque fue uno de sus egresados de la Facultad de Medicina y mostró respeto, apoyo y coadyuvancia con el alma mater morelense.

 

De todos los rectores, desde que fue reconocida la autonomía universitaria en Morelos, al momento, ninguno fue impuesto por el gobernador, todos se mantuvieron al margen del respeto hacia las decisiones del Consejo Universitario.

 

A ningún ex gobernador –de los antes mencionados- le importó que la ideología de la rectoría, estudiantil y sindical fuera contraria hacia su militancia partidista, al contrario fue un reto trabajar de manera conjunta por el desarrollo académico de los jóvenes morelenses.

 

Ahora ¿por qué un gobernador que se dice demócrata, impulsor de las juventudes y progresista impide el crecimiento de la UAEM?, es la principal pregunta que se hace la base universitaria.

 

Esa base universitaria que le ha perdido el respeto como persona y como autoridad a Graco Ramírez, al que ve como un enemigo y de quien han deseado ya termine su sexenio y se largue del estado.

 

Los universitarios que durante la pasada elección apoyaron un gobierno de izquierda y al Partido de la Revolución Democrática,  hoy lo ven como “la peste” que debe irse, porque ha demostrado estar contra los nativos de la tierra de Emiliano Zapata Salazar.

 

Hoy, los universitarios exigen al gobierno estatal y al PRD sacar sus mugrosas manos del proceso de cambio de rector, por ello han desconocido a sus dirigencias históricas como son sus sindicatos y estudiantiles.

 

La comunidad de base universitaria como la sociedad morelense piden a Graco Ramírez sacar las manos del proceso de cambio de rector, de darle los más de mil 200 millones de pesos que le adeuda y que provienen de los impuestos ciudadanos, no de la bolsa de la dirigencia nacional o estatal perredista y menos del Ejecutivo.

 

Es el momento de que la familia Ramírez Cepeda saque las manos de la UAEM, que le otorgue los recursos que les debe y termine con sus gacetilleros esa campaña que afecta la imagen de los morelenses no de los nativos de Tabasco, Chihuahua o la Ciudad de México.

 

El no sacar las manos del proceso de cambio de autoridad en la máxima casa de estudios, es uno de los peores errores que comete Graco Ramírez y su familia, porque no solo la pugna es con los universitarios de Morelos, sino con todas las del país, incluyéndose las privadas.

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