El fiscal especial Robert Mueller acusa a Manafort y Gates de “conspiración”. Papadopoulos contactó con una persona cercana al Kremlin y admite que mintió al FBI
La presentación de cargos contra el exjefe de campaña de Trump, Paul Manafort, que ayer se entregó al FBI, y contra su mano derecha Rick Gates, así como el acuerdo de culpabilidad alcanzado con el Buró Federal de Investigaciones por el exasesor presidencial, George Papadopoulos, quien reconoció que mintió sobre sus contactos con personas vinculadas al Kremlin, son las primeras evidencias firmes de que hubo una conexión secreta entre hombres cercanos al presidente ruso, Vladímir Putin, y hombres que trabajaban para la campaña de Trump.
Doce cargos. Los 12 cargos contra Manafort y Gates, aprobados el viernes por un gran jurado federal, son los primeros dentro de la investigación que lidera Mueller desde mayo sobre la supuesta intromisión rusa en las elecciones de noviembre de 2016 y si hubo coordinación entre Moscú y el equipo de campaña del republicano, con el fin de perjudicar a la candidata demócrata, Hillary Clinton.
El escrito de acusación detalla que Manafort y Gates están acusados de “conspiración contra Estados Unidos, lavado de dinero y realizar declaraciones falsas y engañosas”. Aunque no ha trascendido de la acusación del fiscal Mueller, el ex jefe de campaña de Trump está siendo investigado por haber recibido 12.7 millones de dólares del ex presidente ucraniano prorruso Víktor Yanúkovich, huido a Rusia tras su caída en 2014.
Arresto domiciliario. Manafort y Gates se entregaron a primera hora al FBI y comparecieron después ante la jueza Deborah A. Robinson de la Corte del Distrito de Columbia, donde sus abogados indicaron que ambos se declaran no culpables de todos los cargos.
Ante la gravedad de los cargos y el riesgo de fuga, la parte acusatoria pidió que ambos sean puestos bajo régimen de arresto domiciliario. La jueza no sólo accedió, sino que fijó a Manafort una fianza de 10 millones de dólares, y de 5 millones de dólares a Gates, que tendrán que pagar si infringen las condiciones de su reclusión.
La magistrada retiró el pasaporte a Manafort y determinó que el acusado solo podrá salir de su vivienda para comparecer ante la corte, reunirse con su abogado, acudir a citas médicas o a actividades religiosas.
¿El eslabón perdido? En su cuenta de Twitter, Trump trató de quitar gravedad al escándalo y aseguró que los cargos contra Manafort no pueden involucrarlo en “ninguna conspiración” de su equipo de campaña y Rusia, sino que se refieren a fechorías cometidas por su exasesor “años atrás”.
Por contrario, un tercer caso, estallado el mismo día, sí podría acabar siendo el eslabón entre el Kremlin y los republicanos.
A la vez que se conocían los cargos contra Manafort y Gates, la oficina de Mueller publicó también el acuerdo de culpabilidad de Papadopoulos, cerrado el pasado 5 de octubre y pendiente de sentencia.
En su declaración de culpabilidad el exasesor de Política Exterior de la campaña de Trump admite que mintió al FBI en enero pasado sobre una conversación que mantuvo en abril de 2016, en plena campaña electoral con un profesor extranjero con conexiones con el Kremlin, que le prometió entregarle “miles de correos electrónicos” con información comprometedora sobre Hillary Clinton.
Además, Papadopoulos ha reconocido ahora que también mintió al FBI sobre las gestiones que realizó para tratar de organizar reuniones entre miembros de la campaña de Trump y funcionarios del Kremlin, e incluso entre el magnate republicano y el presidente ruso, Vladímir Putin.
Y los hijos también. En la lista de investigados del fiscal Mueller se encuentran también Michael Flynn, exasesor de seguridad nacional de Trump, pero el fiscal especial también está investigando reuniones con figuras rusas del yerno y asesor del presidente, Jared Kushner, y otra en la que participó el hijo mayor del magnate, Donald Jr.
Asimismo, Mueller busca determinar si Trump incurrió en obstrucción de la justicia cuando despidió en mayo al entonces director del FBI, James Comey, quien lideraba la investigación de la trama rusa.
La inteligencia estadunidense ha concluido que Rusia trató de interferir en las elecciones a favor de Trump, algo negado rotundamente por el Kremlin y por el mandatario.