¿Y ahora qué van a decir?
Repentinamente, el “honesto” ex fiscal de la Fepade entendió que su regreso al cargo era imposible y que continuar con su plan de pelear con uñas y dientes por su regreso, ponía en peligro no solo la credibilidad institucional de su persona sino del proceso electoral todo.
Por eso —y sin explicar el origen de la divinidad que iluminó su certera decisión—, Nieto “tiró la toalla” y “dejó tirados” a todos sus aliados, a pesar de que muchos de ellos hicieron el mayor ridículo de la temporada electoral y exhibieron su parcialidad y filiación partidista.
Y, claro, por lo pronto Nieto deberá enfrentar no una ni dos… sino ya nueve demandas acumuladas en su contra, supuestas intrigas de malquerientes que nunca entendieron que el ex fiscal hizo lo que hizo porque era “ejemplo de servidor público, dedicado y responsable”.
Lo cierto es que Nieto ya está fuera y no será más un peligro para el proceso electoral y tampoco el aliado tramposo e ilegal que tenían el PAN, PRD y Morenas.
Y si Nieto ya es historia, hora la pregunta es qué dirán todos aquellos que a ojos cerrados metieron las manos al fuego por Nieto y que terminaron “chamuscados” en su credibilidad, confianza y hasta capital político.
Y es que muchos de los idiotas útiles que sin un mínimo de rigor apostaron por lo políticamente correcto —por propinar otra madriza al gobierno de Peña y al PRI—, terminaron víctimas de la “chamusquina” de un cartucho quemado.
Muchos de los “chamuscados” gritan contra la impunidad, pero cuando las instituciones impiden la impunidad como en el caso de Nieto, entonces gritan que el gobierno usa las instituciones para vengar a sus adversarios.
¿De verdad querían seguir solapando a Nieto, quien solapó por años a AMLO, quien viola todas las reglas electorales?
¿Qué van a decir, por ejemplo, los jefes de los partidos que defendieron de manera mentirosa e interesada a Nieto, quienes pretendían recuperar a un aliado que fue privilegiado y que a los ojos de todos solapó las tramposas campañas adelantadas de AMLO y de Ricardo Anaya?
¿Qué van a decir “intelectuales”, analistas, opinantes y columnistas que sin pudor y sin información elemental salieron en defensa de un servidor público tramposo, mentiroso y que abiertamente actuó de manera parcial e ilegal en su gestión?
¿Qué van a decir los senadores del PRD, Morena, PAN, MC y otros, que llegaron al extremo inconstitucional de paralizar la “cámara alta”, no a favor de la legalidad de una causa democrática, justa y de interés colectivo, sino que por consigna y parcialidad defendieron el interés de sus tramposos y mentirosos líderes?
¿Quién sancionará a esos senadores que con el cuento de que defendían el puesto de Santiago Nieto, en realidad trataban de chantajear para obtener de vuelta la jugosa zanahoria electoral de 10 mil millones de pesos, motejada como “los moches”?
¿Qué van a decir los periodistas del militante diario Reforma, que es parte de la prensa mexicana de consigna y que fue ariete del circo mediático de Nieto y del Senado?
¿Qué van a decir todos los membretes tramposos, mentirosos y nada serios de la mal llamada “sociedad organizada”, que no solo “metieron la pata” sino medio cuerpo a favor del regreso de Nieto a la Fepade, sin aceptar un milímetro de la montaña de mentiras empleadas para hacer fiscal a Nieto y luego para encubrir sus violaciones legales?
También en el caso de las agrupaciones de “la sociedad organizada”, su “metida de pata” resultó virtuosa para la democracia electoral mexicana. ¿Por qué?
Porque queda claro que buena parte de los membretes “de la sociedad civil organizada”, no son más que militantes de partidos metidos al engaño de la “ciudadanización” de la cosa pública.
Y es que, como no había ocurrido, queda claro que “la sociedad organizada” tiene una clara tendencia político electoral y se mueven a la par del interés del PAN, Morena y PRD.
¿Y qué van a decir los promotores de la alianza PAN-PRD, una vez que la terca realidad desenmascaró la trampa que tenían preparada para la elección presidencial y que hasta se frotaban las manos porque llegarían a la elección presidencial con “dados cargados”?
Es decir, PAN, PRD y Morena habían comprado para su causa político electoral a uno de los árbitros fundamentales, el titular de la Fepade.
Lo curioso es que antaño gritaban contra un inexistente “fiscal carnal”, pero hogaño tenían en su nómina al mejor “fiscal carnal”; el que les garantizaría una victoria de manera ilegal.
En pocas palabras, los apoyadores de la permanencia de Nieto en la Fepade, en realidad pretendían cometer un fraude electoral adelantado.
Al tiempo.