EN LA ENFERMEDAD y en las candidaturas independientes se conoce a los amigos, como ha podido comprobar Margarita Zavala, quien ha estado batallando, como el resto de los suspirantes, para obtener las más de 800 mil firmas que exige el INE.
TAL VEZ eso explica que ayer en Altavista, Zavala tuvo que tomarse un café -y seguramente hasta pagarle la cuenta- con Luis Castro Obregón, el actual dueño del partido Nueva Alianza. Cuentan que la ex primera dama le pidió apoyo para conseguir las firmas y, sobre todo, los datos de las preciadas credenciales para votar.
Y, en tanto, ¿qué hacía Felipe Calderón? Estaba en la mesa de al lado y cada vez que alguien le solicitaba una selfie, aceptaba con todo gusto pero, de paso, les pedía su firma para apoyar a Margarita. Eso es amor, no pedazos.
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ALLÁ en Oaxaca no saben qué desastre es peor: el de los temblores o el de las transas. Varios de los damnificados han visto en estos días desaparecer, como por arte de magia negra, los recursos que les habían depositado a través de tarjetas de Bansefi.
UNA PRESUNTA banda de clonadores ha estado vaciando las cuentas de los damnificados. De acuerdo con la denuncia de habitantes de Ixtaltepec y de Unión Hidalgo, su saldo del apoyo monetario (en algunos casos de 15 mil pesos) disminuyó sin que ellos hubieran retirado. Inclusive a algunos les aparecieron en sus estados de cuenta cargos hechos en otras entidades.
SEGÚN esto, cuando les dieron sus tarjetas en Bansefi, les pidieron no cambiar el NIP que acompañaba el plástico. A lo mejor por ahí podrían ponerse a trabajar los investigadores.
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LOS DIPUTADOS de la ALDF son como artesanías de Santa Clara: de inmediato enseñan el cobre. Apenas siete días le duró a Flor Ivonne Morales, de Morena, el gusto de presidir la Mesa Directiva.
AL DESATARSE la trifulca de ayer, la diputada en lugar de poner orden, permitió que los de su bancada tomaran la tribuna. De ahí pasaron a los arañazos, los jaloneos y hasta los golpes. Y, claro, al final perredistas, panistas y priistas optaron por destituirla.
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ES CURIOSO: cuando un radical islamista mató a ocho personas en Nueva York la semana pasada, de inmediato Donald Trump politizó el asunto exigiendo una reforma migratoria. Pero cuando en Las Vegas y ahora en Texas, el asesino fue un gringo como cualquier otro, lo primero que hizo Trump fue pedir que no se politicen esos casos con demandas de regular mejor las armas. ¿Y la congruencia, apá?