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MILENIO DIARIO: No me disculparé por crimen que no cometí: mexicano ejecutado

Antes de ser ejecutado en Texas, Rubén Ramírez Cárdenas dijo que volvería por justicia, "pueden contar con ello"; recibió una inyección letal por el secuestro, violación y asesinato de su prima.
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Rubén Ramírez Cárdenas, de 47 años, recibirá una inyección letal este miércoles en la noche.


Rubén Ramírez Cárdenas fue condenado por la violación y homicidio de su prima. (Especial )

Texas

"No puedo ni quiero disculparme por un crimen que cometió otro, pero volveré por justicia, pueden contar con ello", fueron las últimas palabras de Rubén Ramírez Cárdenas, ejecutado este miércoles  por el secuestro, violación y asesinato, en 1997, de su prima Mayra Laguna, de 16 años.

A Cárdenas, nacido en el estado mexicano de Guanajuato hace 47 años, lo declararon muerto a las 22:26 hora local (04.26 del jueves GMT) tras recibir una inyección letal en la prisión de Huntsville (Texas, EU).

Sin embargo, la hermana de la víctima, Roxana, dijo tras la ejecución que "las palabras no pueden describir el alivio que se siente de saber que hay paz verdadera después de tanta pena y dolor".

Un jurado consideró probado que él y su cómplice, Tony Castillo, entraron a la casa de la víctima por la ventana de la habitación, se la llevaron, la violaron, la estrangularon hasta que murió y abandonaron el cuerpo en un canal de la localidad de Edinburg, vecina a McAllen.

Ramírez Cárdenas confesó el crimen a las autoridades y, entre él y Castillo, condujeron a los investigadores hasta el cuerpo de Laguna, pero su abogada, Maurie Levin, sostenía que la confesión se obtuvo bajo coacción y que el reo era inocente.

Por ello, Levin pidió hasta el último momento que se realizaran nuevas pruebas de ADN a las uñas de la víctima, pero los tribunales estadounidenses consideraron la petición una maniobra dilatoria de la defensa con la que, además, el mexicano no quedaría exculpado.

La ejecución de Ramírez Cárdenas captó el interés internacional, y tanto el gobierno de México como las Naciones Unidas y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presionaron a Texas para que la suspendiera invocando una supuesta falta de garantías en su proceso judicial.

Cárdenas fue el séptimo preso ejecutado este año en Texas y el número 23 en todo el país. Desde que el Tribunal Supremo restableció hace cuatro décadas la pena de muerte, 1.465 presos han muerto ejecutados en Estados Unidos, 545 de ellos en Texas.

Ámbito: 
Nacional
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