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COLUMNA DE HIERRO

El Estoril de Polanco Este lujoso comedor
y bebedero para gente de altos ingresos
fue el escenario de una discusión políti-
ca, que fue escuchada en las mesas contiguas
por varios comensales que no pudieron evitar
estar presentes en la airada discusión entre el
gobernador de Morelos Graco Ramírez y los
llamados Chuchos, Jesús Zambrano y Jesús
Ortega, del PRD que se niegan a aceptar la
candidatura de Rodrigo Gayosso al gobierno
estatal de Morelos.
La intensidad de su diatriba que se convir-
tió casi en debate, los hizo olvidar que no esta-
ban solos, que el lugar es abierto al público, y
por eso descuido comensales que estaban en
las mesas de enseguida no pudieron evitar
escuchar parte de la conversación entre el trío
de jefazos del PRD.
Tanta trascendencia tuvo este pleito en
El Estoril, que ya Rodrigo expresó en una
reunión cerrada señaló a sus más cerca-
nos que radicalizará su posición dentro del
PRD Morelos, porque tiene noticias de que
no lo van a dejar pasar hacia la candidatura
a Gobernador.
El primer round surgió por la reclama-
ción del Jefe del Ejecutivo Estatal contra
su correligionario, a quien pretendió hace
varias semanas exigir una explicación a
Zambrano por haber acudido al informe
de labores de la también diputada federal
Lucía Meza, en un evento en el que Lucy
abjuró de Graco Ramírez y de su intentona
por dejar un heredero en el gobierno como
sui se tratara de una sucesión por derecho
de sangre y no a través del voto de la ciu-
dadanía.
El reclamo de Graco incluyó echar
en cara el hecho de que Zambrano, en su
momento, comentó a los medios que Gayosso
no debe presentarse a la candidatura, sería un
mensaje de abuso y nepotismo, negativo para
el electorado. Y tiene razón el PRD no está en
su mejor momento. y tiene varios tiradores en
contra, (Cuauhtémoc Blanco y Sergio Estrada, Jesús Vera, entre otros con mucho feeling).
Jesús Ortega el Chucho Mayor, entró al
quite y convenció a Zambrano de no rom-
per con Graco, sino reunirse con él, para
limar asperezas y hacerlo entrar en razón, pues era amigo, camarada de luchas, hom-
bre poderoso y muy resentido y vengativo. Mejor hacer las paces con él. Y entonces se
citaron en El Estoril para comer y aclarar
paradas.
El trío se aposentó en El Estoril de Polanco, un escenario muy lejano al de sus inicios de
porros y activistas unos, y de guerrillero el
otro, Chucho el diputado federal que vino al
informe de la diputada ex perredista Lucía
Meza Guzmán.
Quién antes fue entrevistado en Cuautla, por los audaces chicos de la prensa, a los que
declaró:
Que veía inviable la candidatura a gober-
nador de Rodrigo Gayosso, por el PRD, por-
que estos no eran tiempos de la Edad media, ni estamos gobernados por una monarquía
para heredar el trono por línea directa a los
hijos, en este caso a los hijastros.
Y ese fue motivo de un airado reclamó
del Gobernador para Jesús Zambrano, tan
fuerte que se mandaron prácticamente a la
fregada. Por lo que mediador en el asunto, Jesús Ortega, más centrado, con más tablas, más estómago y más versado en esquivar los
altibajos de la política, intentó mediar entre
sus dos correligionarios y amigos con los que
han construido un imperio para el PRD, para
las reformas estructurales y para beneficios de
sus propios fortunas. El festín sobre la mesa no fue suficiente
para lograr la concordia y establecer la paz, al
menos en ese momento, dicen los que vieron
y oyeron, que las reclamaciones se fueron al
detalle, que Graco les llamó ingratos, y ya al
calor de los coñaques, los otros se animaron
a responderle, que no hay tal ingratitud, y que
eso de tenerle que reportar y dar cuenta al
señor Ramírez Garrido de cada vez que visiten
el estado de Morelos, y el motivo de su pre-
sencia, de plano es un exceso de su parte.
Y Don Graco, al referirles que aquí los reci-
be a cuerpo de rey en La Antica Vila, donde
los hospedan alimentan y emborrachan hasta
que digan basta, con cargo a los gastos del
Gobierno del estado, los obliga a lealtad, según él.
Zambrano considero eso como un exceso, y Ortega trataba de mediar pero también se
sintió aludido, total que sin acuerdos de por
medio, el señor Ramírez Garrido se levantaría
de la mesa de manera poco recomendable
según el Manual de buenas costumbres y
reglas de etiqueta de Carreño, para los que
visitan exclusivos salones de lujo. Sus pala-
bras no eran las que marca la etiqueta mucho
menos la cortesía, dicen que la concurrencia
que estaba en otras mesas guardó un profun-
do silencio y que Graco salió de mala forma, haciendo a un lado su silla con algo más que
enojo, casi con violencia.
Las cosas no llegaron al desafío, pero
pelear entre gallones de la izquierda unos que
han sido guerrilleros, y otros activistas de rup-
tura, no presagia nada bueno, Aunque logre
llegar a posteriores acuerdos de paz. Hoy en el
PRD muchas cosas están en riesgo, sobre todo
la negativa para ungir a Rodrigo con la candi-
datura, quizá le den otra posición importante
pero esa no en este momento. Y eso fue como pisarle la cola al doberman, y ya Rodri se puso en alerta máxima apoyado
con todo por por Papi. Ahora se va a imponer
a fuerza, tienen todos los recursos y un anda-
miaje de estructura que los puede llevar a
repetir en la gubernatura. Graco es cabrón, y no le teme a nadie. Ni
a los Chuchos. A ver de qué cuero salen más
correas, después de que los propietarios de
la franquicia amarilla le pusieron las peras a
cuarto al gobernador que se les quiere subir a
las barbas. Esto todavía no acaba, es más ape-
nas comienza Y por eso VOY POR MAS...

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