FRACASA EN MORELOS, EL PROGRAMA DE VERIFICACIÓN VEHICULAR….
El exceso de burocracia, coyotaje y corrupción que persiste dentro de los once centros de verificación que hay en el estado es el suficiente sustento para que, otra vez, la Secretaría de Desarrollo Sustentable amplíe el plazo en la revisión de contaminantes de los automotores.
Además, la realidad es que también los propietarios de los automóviles mantienen sus dudas y quejas sobre la necesidad de verificar los mismos, pero sobre todo la carencia de recursos para pagar la medida impositiva.
Y lo que más ha encontrado el automovilista dentro de los verificentros son actos de corrupción, coyotaje y otras irregularidades como es el “manejo” de las máquinas utilizadas para el monitoreo respectivo.
La Secretaría de Desarrollo Sustentable, inició un programa de verificación sin contemplar tiempos, operatividad y mucho menos las situaciones que hoy viven los propietarios de los automotores.
La SDS solamente pensó en el negoció y dejó de lado muchas situaciones sobre todo las de operatividad, por ello hoy en Morelos la verificación es un fracaso en perjuicio del estado.
No es el único programa que la administración local ha fracasado, porque también está el emplacamiento que muchos morelenses prefieren irse al estado de Guerrero.
El fracaso de la SDS es porque también ha permitido el coyotaje y la falsificación de hologramas al interior de los centros de verificación, que son un asunto denunciado por parte de los usuarios.
Las denuncias de los automovilistas sobre la corrupción al interior de los verificentros es un tema inexistente, porque no hay quien responda sobre los mismos y cada vez son mayores.
Es increíble observar que hay vehículos modelo 2017 recién salidos de las agencias que al acudir al monitoreo sean rechazados, quienes suelen ironizar que también son eléctricos.
Por ello es que ahora muchos prefieren pagar al coyote, quien les consigue los hologramas a cambio de mil a mil 300 pesos sin problemas e incluso están dentro del listado oficial.
Los propietarios del automotor saben que también dejarían de perder un día de trabajo o más, porque hay quienes al no pasar la verificación tienen que regresar y estar dentro de los negocios entre dos a tres horas.
Los coyotes, por cierto, traen las camisetas de la Secretaría de Desarrollo Sustentable y son quienes antes de ingresar el automóvil al negocio suelen advertir, para evitar el paso de los automotores.
De ahí que hoy la SDS avala un gran fraude en la verificación, porque dentro de sus explicaciones asegura que la revisión es también conocida por las autoridades de la Ciudad de México al contar con un sistema homologado.
Tal vez porque el gobierno de la Ciudad de México y el de Morelos son del mismo partido político, hay acuerdos en proteger los actos de corrupción que incurran uno y otro.
Luego entonces vale la pena afirmar que el programa de verificación en la hoy denominada “Angelopolis” (que integran al Estado de México, Ciudad de México, Puebla y Morelos) es más que un fracaso y solamente es un negocio para un particular.
La SDS sigue sin dar una, no sólo en la verificación de los automotores, también en la protección al medio ambiente del estado porque cada vez son más las áreas forestales las que se pierden.
Sin duda alguna, mientras el titular de la dependencia, Topiltzin Contreras McBeath, sigue con sus sueños de ambientalista de redes sociales, en su obligación como servidor público –por la que percibe un muy buen salario- está perdido.
La visión del secretario de Desarrollo Sustentable es de un invidente; su escucha sobre la corrupción al interior de la dependencia es de un sordo y grita tanto como un mudo.
Por lo pronto, los automovilistas de Morelos no se preocupen por acudir a los centros de verificación, porque el programa seguirá prorrogándose hasta el 30 de septiembre del próximo año cuando se termina el actual sexenio.