Luego de un acto en el que fue increpado, el Presidente se acercó a los periodistas y, entre risas, soltó: “Ningún chile les acomoda”.
La dosis la repitió el lunes, de manera respetuosa, cuando dijo: “Se escuchan más las voces que vienen de la propia sociedad civil que condenan, que critican y que hacen bullying sobre el trabajo que hacen las instituciones del Estado…”.
Peña respondió a María Elena Morera —de Causa en Común—, quien había dicho que “la violencia que vivimos ya no es regional, ni temporal; es endémica y de alcance nacional y no se ha logrado contener y menos revertir”.
La expresión de Peña Nieto confirmó que en redes digitales y la “comentocracia” existe, no solo intolerancia y odio hacia Peña Nieto, sino —sobre todo— ignorancia y mala leche, propia de tiempos electorales.
Pero no pretendemos justificar ni ocultar los altos niveles de violencia. Está claro que existe y que es incontenible. Y tampoco hablamos de censurar la voz ciudadana.
Creemos que en problemas endémicos, como el de la violencia y la inseguridad, prevalece no solo la ignorancia y mala leche de las militantes “organizaciones de la sociedad civil” y de actores políticos que buscan ganar votos en tiempos de sucesión, mediante el descrédito de las instituciones.
Y el ejemplo es la propia señora Morera, quien parece ignorar no solo la separación de poderes y las facultades de los tres órdenes de gobierno, sino que ya no son tiempos del “presidente todo poderoso”.
Morera —como la clase política— sabe que los delitos de mayor incidencia son del fuero común y que prevenirlos y perseguirlos corresponde a gobiernos estatales y municipales, antes que al federal.
La señora Morera, las “organizaciones de la sociedad civil” y la clase política saben que quienes se han opuesto a cambios radicales en materia de seguridad, como “el mando único” —por citar solo uno—, son gobernadores de todos los partidos.
Saben —la señora Morera, organizaciones civiles y partidos— que el Poder Judicial está atrapado en una montaña de corrupción y que —por ejemplo—, más tarda el gobierno federal en detener criminales que el Poder Judicial en dejarlos libres.
Saben que el Nuevo Sistema Penal Acusatorio —que tiene en la calle a miles de criminales— fue producto del trabajo deficiente e irresponsable del Poder Legislativo.
La señora Morera, líderes de partidos y las militantes organizaciones “de la sociedad civil” saben que —por ejemplo— el fiscal especial, el fiscal anticorrupción y el fiscal electoral no han sido nombrados por los groseros cálculos político-electorales de los partidos opositores, no por una ocurrencia presidencial.
Sin embargo, la señora Morera y las organizaciones civiles no protestan ante los poderes Judicial y Legislativos por su deficiente desempeño. Hace lo “políticamente correcto” en tiempo político-electoral y “madrea a Peña Nieto”.
Y es que según su cálculo electorero, Morera olvida que en el Estado mexicano el presidente es jefe del Ejecutivo y, por tanto, nada tiene que ver con los poderes Legislativo y Judicial.
Pareciera que muchos de quienes cuestionan la inseguridad y violencia —desde las matonas legiones de idiotas, de redes digitales— quieren un rey —más que un Presidente— capaz de resolver por arte de magia los males de un Estado donde “papá gobierno” es culpable de todo lo malo y responsable de conseguir todo lo bueno.
Hoy no importa lo que haga o deje hacer el gobierno; no importa si está bien o mal; no importa si es lo correcto o no. Lo que importa es practicar el deporte de moda en tiempos electorales; el deporte “políticamente correcto, “madrear a Peña”, “pendejear al gobierno”, “mentarle la madre al Presidente”.
Y ay de aquel que no se atreva, porque será parte de la mafia del poder.
¿Qué han dicho la señora Morera y “las organizaciones civiles” sobre la defensa que hacen Morena y el PAN de las mafias asaltantes de trenes; de la defensa de cárteles criminales por parte de Morena; qué han dicho de policías, militares y marinos quemados, emboscados y denigrados.
Con toda razón se quejan de la violencia. ¿Y cuándo han defendido a un policía caído, a un marino emboscado, a un militar masacrado; cuándo han presentado iniciativas al Congreso para que sus salarios y capacitación sean mejores? ¿Cuándo han intercedido por un marino, policía o militar preso injustamente, víctima de una campaña de odio?
Tiene razón el Presidente. ¡En tiempos electorales no hay chile que les acomode…!
Al tiempo.