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TERTULIA POLÍTICA

 
Ladrones y drogadictos

 

En los días más recientes he dedicado la Tertulia Política, para hablar sobre quiénes, en mi opinión y de nadie más, son quienes creo deben contender por la gubernatura, las alcaldías y las diferentes posiciones en disputa en el 2018.
Las respuestas han sido muchas y muy variadas, desde los ilusos que gritonean sin razonar, que se les retire el dinero a los partidos, hasta los que plantean que todos deben ser profesionistas titulados; en esa fauna de aquellos que piensan que los que están mal son los de enfrente, que sólo ellos son los correctos, hay de todo, incluidos los que a todos acusan de ladrones y/o drogadictos, obviamente sin probar.
        Lo mismo en mis depósitos de mensajería electrónica, que a través de recados telefónicos, hay quienes me han ofendido por expresar lo que pienso, según yo, lo que conviene al estado y a los municipios, sólo que la mayoría de quienes lo han hecho, son gente de dudosa reputación, enchufada a nóminas partidistas, gracias a la recomendación o la imposición muy propia de todos los signos políticos.
        Hay también quien “víctima” de algún despido o negativa para ser enchufado en alguna nómina burocrática, compró pleito con tal o cual aspirante que, al final del día, ni enterado está, lo mismo que aquellos a los que se les negó algún contrato o componenda.
        En muchos casos, quienes me han regañado por mencionar a tal o cual persona, “porque es corrupto”, “es drogadicto”, “no terminó ni la secundaria”, “es más de lo mismo”, “porque es de los dinosaurios”, “porque son los mismos de siempre”, “porque ahora queremos ciudadanos”, “porque no es morelense”, “porque no son jóvenes”, “porque hay que privilegiar la paridad”, son sujetos de dudosa reputación, lo mismo vinculados a grupos criminales, llámense como se llame la franquicia delictiva, igual “Guerreros Unidos” que “Los Rojos”.
        Esos que acusan a sus correligionarios o a los de enfrente, son el mejor ejemplo del ratero que sale gritando: ¡agarren al ladrón!; son como aquellos que cobran venganza y buscan lavar rencores personales y pasionales, en el grito y la movilización, en la difamación mediática, en la denostación de café y la filtración de rumores goebelianos, copia fiel del sello del sexenio, del estilo de Graco Ramírez y su hijastro, Rodrigo Gayosso.  
        Frente a lo anterior, estoy convencido, la experiencia adquirida en más de 3 décadas de ejercicio periodístico, me ilustra que ni todo lo bueno es nuevo; ni todo lo malo es viejo; como tampoco ser morelense, es garantía de honestidad, ni ser profesionista, asegura talento.
        Para quienes gritonean exigiendo que se retire el subsidio a los partidos, les recuerdo que muchísimos grupos criminales, como los que operan alrededor de la Estación del Ferrocarril de Cuernavaca, están a la espera de patrocinar a partidos y candidatos; como seguramente lo hacen en algunos casos.
        Quienes dicen que es el tiempo de los candidatos independientes y “los ciudadanos al poder”, creo que ignoran la dimensión de las estructuras electorales y recursos económicos que hay que disponer para ir a la contienda; en Morelos no hay un solo nombre, no hay un solo personaje, cuyo prestigio, honorabilidad e ingenuidad, alcance para ganar una elección.
        Por cuanto a que sean profesionistas o no, hay un viejo adagio que dicta que “el título no quita lo pendejo, muchas veces lo enaltece”; conozco profesionistas titulados por promedio, que viven rodeados de la desgracia de sus limitaciones, de su carencia de talento, como disfruto también la amistad de exitosos empresarios, “que no terminaron ni la secundaria”-

        Por cuanto a “ladrones y drogadictos”, como acusan a personajes que he mencionado, creo que a la hora de limpiar la casa en los partidos, lo mismo de rateros que de drogadictos, estaría difícil encontrar quién cierre la puerta. Valentones, fanfarrones, ladrones, como ignorantes, hay lo mismo en las filas de los partidos, que entre los ciudadanos independientes que sienten que hoy, las redes sociales los harán ganadores, olvidan que precisamente, es ahí en donde se exhiben de cuerpo entero, en donde muestran su ingenuidad, pero también su perversidad.

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